El bloque reaccionario de la derecha españolista PP, Ciudadanos y Vox  han revalidado los desastrosos resultados que obtuvieron en abril en Euskal Herria perdiendo 17.005 votos más en la CAV y otros 7.680 votos en Navarra, donde se presentaban en coalición UPN, PP y Ciudadanos. El discurso reaccionario contra las autonomías, las amenazas de ilegalización de las fuerzas independentistas ERC, CUP, BNG, EH Bildu e incluso el PNV no han logrado una mejora de sus resultados. Esa es la mejor respuesta a su discurso franquista y españolista de odio, represión y venganza.

La estrategia de Pedro Sánchez de repetir las elecciones ha sido un auténtico fracaso. Querían evitar el pacto con Unidas Podemos y salir reforzados de estos comicios, con más margen para poder llegar a acuerdos con Cs o incluso el PP para llevar a cabo las políticas de ajuste que exige Europa. El resultado ha ido en la línea opuesta a lo que pretendían y es que  a pesar de que la participación ha bajado en un 5,61% en la CAV y un 7,08% en Nafarroa y ha afectado fundamentalmente a la izquierda (33.445 votos de la suma EHBildu, Podemos, Más País y PSOE frente a los 10.532 votos que se van a la abstención por parte de PNV, PP, Na+, Cs y VOX), la superioridad de los votos de la izquierda es rotunda con diez puntos porcentuales por encima de las formaciones de la derecha.

El Partido Popular ha logrado a última hora obtener un diputado por Bizkaia, el único en toda la CAV que obtiene el bloque reaccionario a costa del hundimiento de Ciudadanos y ayudado también por la caída de Podemos. La lista de Más País de Iñigo Errejón que ha sacado 8.463 votos sin obtener representación ha sido un regalo añadido al PP.

Ciudadanos en Euskal Herria, que no obtuvo ningún diputado en la pasada legislatura se ha hundido aún más bajando de 39.963 votos  en abril en la  Comunidad Autónoma Vasca a 13.058, una pérdida de 26.905 votos en parte han ido al Partido Popular y a la abstención. Vox ha sacado tan solo 597 votos más en toda la CAV.

La táctica del PNV de presentarse como la “derecha progresista” y esconder su verdadero rostro

Hego Euskal Herria aporta al Congreso estatal 23 diputados. Sólo  9 corresponden a la derecha y  6 de ellos pertenecen al PNV que apoyó los gobiernos de Rajoy y que ahora se vende como una fuerza progresista.  Esta táctica, de verse forzados a esconder su verdadera naturaleza – la de la derecha de toda la vida y defensores a ultranza del régimen del 78 –   revela también la tremenda fuerza y presión de la movilización en las calles.

El PNV con 377.423 votos ha sido el partido más votado al igual que en abril recogiendo el voto útil de la derecha. Aunque mejora en porcentaje, pierde 17.204 votos respecto a las elecciones de abril en la CAV y 2.852 votos en Nafarroa,  donde su candidatura -Geroa Bai - tan solo saca 4.030 votos. Esta formación del PNV en Nafarroa usó la dirección que le entregó la izquierda para frenar el cambio, rompiendo el tripartito cuando ya estaba en sus horas más bajas buscando aliados más cómodos para aplicar sus políticas de derechas. A Geroa Bai tampoco le tembló el pulso a la hora de reprimir a los trabajadores de Huerta de Peralta o a los jóvenes en el brutal desalojo del Gaztetxe Maravillas.

La fuerza de la movilización se expresa también en las urnas

EH Bildu ha logrado unos resultados históricos y por primera vez tendrán grupo propio en el parlamento de Madrid con 5 diputados. Es la única formación de la izquierda que, pese a la abstención, crece en porcentaje y en votos (11.622 votos más entre la CAV y Nafarroa) y porcentualmente (2% más en la CAV y 4,7% más en Nafarroa). Sin duda, estos resultados y el haber tenido a Bel Pozueta – madre de unos de los jóvenes de Altsasu - como cabeza de lista por Nafarroa, les han permitido agrupar el voto más combativo y auparse en las grandes movilizaciones sociales en Euskal Herria en los últimos meses, pensionistas, movimiento feminista, en defensa de los derechos de los presos vascos, por la libertad de los jóvenes de Altsasu etc.

Elkarrekin-Podemos ha quedado en cuarta posición. Ha obtenido 181.337 votos - 41.908 votos menos que en abril donde ya había sufrido una fuerte caída -. Incluso descontando los 8.463 votos de la candidatura de Iñigo Errejón, la pérdida es de 33.445 votos. Hay que recordar la fuerte irrupción de Elkarrekin Podemos en las elecciones generales de 2016 en Euskal Herria, que colocaron a la formación morada como primera fuerza política con el 29% de los votos en la CAV (ahora ha sacado el 15,41% de los votos) y la segunda en Navarra con el 28,3% (este 10N se ha quedado en el 16,46%) . Elkarrekin-Podemos obtuvo el doble de votos mientras que el discurso de la formación unía la lucha contra los recortes, y el régimen del 78, con la defensa del derecho a decidir. Pero los acontecimientos le han puesto a prueba: la equidistancia y el desprecio que adoptó a la hora de la verdad ante el levantamiento del pueblo catalán, así como su discurso de defensa de la constitución y el abandono de toda lucha en la calle les ha pasado factura.

El PSE-PSOE ha quedado en segundo puesto con 225.905 votos perdiendo 26.905 votos respecto a las elecciones del mes de abril. Pero esto no refleja grandes esperanzas ni confianza el PSOE, que no ha revertido ni una sola de las contrarreformas del PP ni tampoco de los recortes. Tampoco responde a la aprobación a las políticas de derechas que aplica en Euskadi como socio fiel al PNV, sino que refleja que muchos trabajadores han recurrido al Sánchez como voto “útil” para parar al bloque reaccionario. De hecho, el voto a la izquierda del PSOE ha subido tres puntos porcentuales. Más en Navarra (2,47%) que en la CAV (0,56%).

El PNV no es nuestro aliado ¡Hay que desenmascararles!

La polarización en Euskal Herria en líneas de clase la expresa por la derecha el voto del PNV y por la izquierda el voto de EH Bildu, que sigue en la línea de mejorar los buenos resultados que ya obtuvo en las elecciones municipales y forales en las que logró los mejores resultados de su historia. Ruiz de Pinedo, cabeza de lista de EH-Bildu en Álava que en abril ganó por poco más de 300 votos ha ganado al PP por más de 2000 votos. Pese a sus buenos resultados, EH-Bildu debería sacar lecciones de lo ocurrido en Vitoria-Gasteiz, donde la anterior legislatura y tras haber logrado ser el segundo partido más votado en la capital entregó la alcaldía al PNV: en estas elecciones EH-Bildu es la quinta fuerza en Vitoria-Gasteiz.

El PNV, intenta constantemente desmarcarse del discurso de la derecha españolista y aparecer como una alternativa más progresista, que únicamente aboga por el bienestar, la estabilidad y la paz social en Euskadi. Pero en la práctica, está más que claro que los jeltzales gobiernan para el beneficio de los grandes empresarios y las patronales. Así lo han demostrado en la huelga general del Metal en Bizkaia donde Urkullu salió públicamente a apoyar a la patronal frente a los trabajadores. Para ello sus principales aliados en las instituciones son el PSE y el PP.  La multitud de casos de corrupción en los que está implicado y que superan 100 millones de euros, son una buena muestra de su gestión. La destrucción constante del empleo en la industria, de derechos laborales, la plaga de la precariedad, la temporalidad y los trabajos basura, los recortes recientes en la RGI, los desahucios, dejan al desnudo que el “oasis vasco” del que suele hablar es una gran mentira.

Es un completo error tomar como aliado al PNV en ningún terreno, como plantean los dirigentes de EH Bildu o Podemos. La experiencia de los últimos años en Euskal Herria demuestra un grandísimo nivel de movilizaciones, en los sectores privatizados y precarizados de la administración y en la industria, pasando por el 8M, las impresionantes movilizaciones de los pensionistas. Todas estas luchas han sido de abierta confrontación con las políticas del PNV y han tenido efectos muy profundos.

Los dirigentes de EH Bildu y Podemos debería ser el de basarse en esa enorme fuerza de la movilización, impulsarla y unificar todas las luchas desenmascarando y combatiendo al PNV, en lugar de dar espacio a su discurso hipócrita. Si algo ha demostrado la experiencia de los últimos años es que sólo en las instituciones no vamos a poder cambiar nuestra realidad. Eso sólo es posible con la movilización masiva en las calles.

¡La lucha en las calles es el camino!

La clase trabajadora y la juventud en Euskal Herria hemos demostrado que tenemos la fuerza para echar a la derecha de las instituciones y mucho más. Pero votar no es suficiente. Por eso es necesario continuar y fortalecer la movilización. La huelga general convocada por la mayoría sindical vasca para el próximo mes de enero es el camino.

La lucha de clases pondrá a cada uno en su sitio, en Euskal Herria y también en el gobierno central. La clase obrera ha respondido y responderá a los ataques de los capitalistas, que ya planean una nueva ofensiva de austeridad ante la perspectiva de una nueva recesión económica. El gobierno de Sánchez y Unidas Podemos sufrirá enormes presiones para seguir ajustando las tuercas a la juventud y los trabajadores. Por eso es necesario responder con fuerza en la movilización, exigiendo que se cumplan nuestras demandas. La experiencia ha demostrado que no es posible gobernar para dos amos a la vez: o con los capitalistas o con los trabajadores. Debemos continuar con la movilización masiva y construir una izquierda combativa, con un programa revolucionario, que pueda llevar la confrontación con los grandes poderes económicos y políticos a la trasformación socialista de la sociedad.

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