Por una alternativa de izquierdas contra los recortes, en defensa del derecho de autodeterminación y por el socialismo
La convocatoria de elecciones anticipadas en la Comunidad Autónoma Vasca del próximo 21 de octubre se produce en el marco de un proceso de movilizaciones masivas para frenar la batería de ataques del Gobierno de Rajoy. A la huelga general del pasado 26 de septiembre organizada por la mayoría sindical vasca, se unen las movilizaciones estudiantiles del 11, 16, 17 y 18 de octubre, y la perspectiva de una huelga general el 14 de noviembre en el Estado español y Portugal.
Por una alternativa de izquierdas contra los recortes, en defensa del derecho de autodeterminación y por el socialismo
La convocatoria de elecciones anticipadas en la Comunidad Autónoma Vasca del próximo 21 de octubre se produce en el marco de un proceso de movilizaciones masivas para frenar la batería de ataques del Gobierno de Rajoy. A la huelga general del pasado 26 de septiembre organizada por la mayoría sindical vasca, se unen las movilizaciones estudiantiles del 11, 16, 17 y 18 de octubre, y la perspectiva de una huelga general el 14 de noviembre en el Estado español y Portugal.
Aquí hay crisis, hay paro y hay recortes
Aunque desde el gobierno vasco se ha intentado presentar una situación económica en Euskal Herria diferente a la del Estado, aquí también hay crisis, cierres de empresas, de-sempleo creciente y recortes sociales. Las exportaciones del sector industrial, donde reside el músculo de la economía vasca, están descendiendo de forma muy significativa después de la caída de la economía francesa que está al borde de entrar en recesión, y de la desaceleración de la economía alemana y estadounidense. Los cierres de empresa están volviendo a apretar, igual que el número de EREs y despidos en el sector industrial impulsados por Confebask (la patronal vasca) que aplica a fondo la reforma laboral y exige con arrogancia que el próximo Gobierno vasco, “sea el que sea”, “ajuste los gastos a los ingresos”. Es decir, que traducido al lenguaje común, se meta la tijera y se profundice en una política de recortes del gasto social y trasvase de plusvalía desde los bolsillos de la clase obrera al de los capitalistas.
Mientras tanto, el panorama es cada vez peor para miles de familias trabajadoras: empobrecimiento, crecimiento de la inflación y una tasa de desempleo que alcanzó el 14% en el último año. Los recortes en sanidad y educación y la reducción de las prestaciones sociales del Gobierno de Patxi López han sido una realidad palpable, a pesar de las cabriolas dialécticas de los dirigentes del PSE para negarlos. Esta implicación de los dirigentes del PSOE en la política de recortes cuando llegan a los gobiernos, sea estatal o autonómicos, su actitud tendiendo la mano al PP en aspectos esenciales y vacilando a la hora de prestar su apoyo a la movilización social, está detrás de sus malas expectativas electorales. Respecto a Izquierda Unida, la escisión entre los partidarios de Madrazo y los que apoyan a la dirección federal, sumado a la potencia de la Izquierda Abertzale, reduce las posibilidades de que IU tenga representación en el parlamento vasco.
La derecha es la derecha, se vista con la bandera española o con otras
La prensa capitalista, la patronal, la gente de “orden”, buscan desesperadamente que el PNV recupere el poder y haga el trabajo que el PP realiza en el Estado español. Es evidente que la burguesía necesita un gobierno fuerte, o menos débil que el anterior, como el mejor instrumento para defender sus intereses de clase en una época de crisis aguda del sistema y enconamiento de la lucha de clases. Incluso hay sectores del PSOE que no verían con malos ojos apoyar al PNV y arrimar el hombro para impedir un gobierno de la Izquierda Abertzale.
Los dirigentes peneuvistas han moderado su discurso independentista de la época de Ibarretxe, y postulan la necesidad de un gran acuerdo nacional para salir de la crisis (sin hacer ningún asco en apoyar al PP en cuestiones esenciales y recibir el apoyo de éste cuando lo necesitan). Durante meses el PNV ha agitado sobre el peligro de una “quiebra inminente” de las finanzas vascas para justificar que, si llega al Gobierno, llevará a cabo una política de recortes salvajes al estilo de CiU con la excusa de la “herencia” recibida del anterior gobierno.
Por su parte, el Partido Popular está utilizando en la campaña electoral vasca su discurso más reaccionario y xenófobo: Javier Maroto, alcalde de Vitoria-Gasteiz y candidato al parlamento, afirma que “hay muchas personas de otros países que vienen a vivir de la sopa boba y además a hurtar y a robar”, mientras el ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, acusa al nacionalismo vasco y catalán de estar al “unísono”, con “una vanguardia en la ruptura, que es ETA”. Siguiendo un guión más que gastado, PP y PNV, la burguesía española y vasca, azuzan conscientemente, una vez más, el debate en líneas nacionales para tapar su política de recortes sociales que ha sacado a decenas de miles de trabajadores y jóvenes a las calles.
Ascenso de la izquierda abertzale
La Izquierda Abertzale (IA), que no pudo presentarse a las pasadas elecciones autonómicas al estar ilegalizada, vuelve al parlamento vasco en coalición con Aralar, Alternativa y EA bajo las siglas de EH-Bildu. La fuerza de la izquierda abertzale ya se puso de manifiesto en las municipales de mayo de 2011, donde obtuvieron más de mil concejales, y en las generales del pasado noviembre cuando lograron siete actas de diputados. Pero este apoyo no ha hecho más que acrecentarse, como se ha podido observar el pasado 26S durante la sexta huelga general convocada en Euskal Herria desde mayo del 2009, y especialmente en los mítines al finalizar las manifestaciones multitudinarias que recorrieron las capitales de los cuatro herrialdes (Araba, Bizkaia, Guipúzcoa y Nafarroa). La presencia de EH-Bildu fue muy destacada: Laura Mintegi, Garitano, junto a centenares de concejales y militantes, estuvieron en las calles mientras los diputados de Amaiur se unían en Madrid a quienes rodeaban el parlamento.
La Izquierda Abertzale está canalizando el voto de descontento y las esperanzas de decenas de miles de trabajadores y jóvenes que buscan una alternativa por la izquierda, contra los recortes, contra la crisis y el desempleo, por el derecho de autodeterminación y por cambiar de raíz la sociedad. El programa de EH-Bildu enfatiza la lucha contra el paro como prioridad, apostando por la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, un salario mínimo interprofesional de 1.075 euros, la disminución de la edad de jubilación para repartir el empleo, entre otras medidas, que son muy positivas. Sin embargo, un programa semejante solo puede ser puesto en práctica si se liga a la movilización y al control de las principales palancas de la economía; sólo a través de la nacionalización de la banca y de los grandes monopolios, sin indemnización y bajo el control de la clase trabajadora y sus organizaciones, se puede planificar democráticamente la economía en beneficio de la gran mayoría de la sociedad.
Estas elecciones van a probar la fortaleza de la Izquierda Abertzale, sus raíces entre la juventud, entre el movimiento obrero y entre sectores de las capas medias, todos ellos duramente golpeadas por la crisis. Pero este gran avance también presenta riesgos que es necesario tener en cuenta. La defensa de los derechos democrático nacionales de Euskal Herria están inseparablemente unidos a la lucha contra el capitalismo, por una alternativa socialista que defienda los intereses de la mayoría de la clase obrera. En este combate, la burguesía vasca no es ninguna aliada confiable de la Izquierda Abertzale, de los cientos de miles que apoyarán en las urnas a Bildu y participan en las movilizaciones activamente. Todo lo contrario. La burguesía vasca, fusionada en los aspectos esenciales a la burguesía española en la defensa de sus intereses de clase, es una enemiga declarada de la causa de Euskal Herria.
Un programa de clase, socialista e internacionalista
Es necesario que la dirección de la IA rompa con cualquier estrategia de pactos y acuerdos con la burguesía vasca. La idea de que conformando un bloque nacional se estaría en mejores condiciones para alcanzar el derecho de autodeterminación ha sido desmentida por la experiencia. La burguesía vasca y sus representes políticos, sean del PNV o EA, han dado muestras sobradas de su incapacidad para luchar consecuentemente por los derechos democráticos nacionales de Euskal Herria. Cuando han gobernado no han dudado en utilizar la represión contra aquellos que luchaban por estos derechos, además de beneficiar con sus leyes y medidas a los más ricos. El hecho de que EA se sume ahora a la IA en sus iniciativas, no debe engañar a nadie. Su debilidad electoral les lleva a aceptar de manera demagógica estas posiciones, con el afán de conducir a la Izquierda Abertzale hacia el institucionalismo burgués, obstaculizar la defensa de un programa auténticamente socialista y revolucionario y sobrevivir políticamente. Pero la Izquierda Abertzale no necesita estos compañeros de viaje: tiene la fuerza suficiente y el apoyo social necesario entre la clase trabajadora y la juventud, para fortalecerse como una alternativa de izquierdas que conecte con las aspiraciones de los oprimidos. La experiencia de Irlanda es clara al respecto: los pactos con la burguesía y la aceptación de la lógica del capitalismo, sólo sirven para generar frustración y fortalecen a nuestros enemigos.
El próximo 21 de octubre, cientos de miles de jóvenes y trabajadores vascos que han sido protagonistas de las grandes huelgas generales organizadas en Euskal Herria, de las movilizaciones masivas en defensa de los derechos democrático nacionales, van a votar por EH-Bildu. Un voto que respalda el papel decisivo de la IA en el fin de la actividad armada de ETA, pero que también reclama una política alternativa, revolucionaria, la misma que miles de personas han reivindicado en cada una de las huelgas generales de Euskal Herria y en cada una de las grandes movilizaciones del 15-M. Los marxistas de El Militante en Euskal Herria participamos de este gran movimiento que se mueve por la transformación de la sociedad. ¡Que cada uno de esos votos sirva para fortalecer la lucha contra el capitalismo, el verdadero responsable de la opresión social y nacional!