O con los unos o con los otros. O con la burguesía o con la clase trabajadora. No se pueden servir a dos amos a la vez”.

(Pablo Iglesias PSOE).

El golpe del “Comando Dimisionario-17” liderado por Felipe González ha desatado una crisis en el PSOE de la que no hay precedente en décadas. Esta maniobra destinada a dar el gobierno al Partido Popular, ha despertado la indignación de la militancia, como se comprobó en las concentraciones ante el Comité Federal celebrado el sábado 1º de octubre en la sede de Ferraz o ante la sede de Valencia. Las bases socialistas, todos aquellos que votan o militan en el Partido de forma desinteresada, sin esperar un cargo o algún tipo de privilegio de su participación en política, están hartos.

Este golpe de mano contra Pedro Sánchez refleja la alarmante burocratización a la que ha llegado la organización. Asimismo, y a pesar de la trayectoria política de los sectores en disputa, pone de relieve el enfrentamiento de clases contrapuestas en el seno del Partido, expresado por el conflicto entre una parte de la dirección que continúa girando a la derecha y, por otro sector, que empieza a comprender que de continuar esta deriva reaccionaria el PSOE puede ser completamente abandonado por su base social.

Si observamos el panorama de la izquierda en todo el continente, se percibe la profunda crisis que afecta a todos los partidos socialdemócratas europeos. Es el precio a pagar por su implicación activa en el llamado ‘austericidio’.

Uno de los máximos exponentes de esta situación, es sin duda el Partido Laborista de Gran Bretaña, donde el ala de izquierda de Jeremy Corbyn ha ganado en dos ocasiones, la última con más de un 60 % de apoyo, al ala de derechas blairista. Con anterioridad vimos la escisión encabezada por Oscar Lafontaine en el PSD alemán o el surgimiento del Front de Gauche en Francia, formación política en la que se integraron dirigentes que abandonaron el PS francés. A su vez hemos asistido a la catástrofe del PASOK en Grecia, cuyos pactos con la derecha de Nueva Democracia transformaron su mayoría absoluta en una representación parlamentaria residual.

La escandalosa actuación encaminada a permitir un Gobierno de Rajoy, en la que han confluido las llamadas baronías y Felipe González, encargados de poner en práctica los objetivos de la burguesía y del IBEX-35, es una maniobra antidemocrática y vergonzosa, impropia de un partido que se llama Socialista y Obrero. La prensa burguesa, con El País a la cabeza, se quitó la careta y apuntó a Pedro Sánchez como el enemigo a batir, último escollo para la abstención del grupo parlamentario del PSOE en la investidura. Desataron una campaña histérica y venenosa acusando a todo aquel que se resistiera a sus planes de extremista.

Este plan chocó con la actitud de Pedro Sánchez, si bien es necesario recordar que el hasta hace poco secretario general, tiene en su haber importantes errores que han asfaltado el camino a los sectores más pro-burgueses. Tal fue el caso del pacto PSOE-C’s tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015. Sin embargo, tras las elecciones del 26-J, y hasta el momento, ha sostenido el “NO, es NO”, avalado en un principio por el Comité Federal. Manteniendo esta posición, el sector encabezado por Pedro Sánchez ha conectado con la resistencia de la base socialista al apoyo contra natura al PP.

Si bien en un principio el sector liberal que impuso una Gestora afín, aparentaba divisiones respecto a la investidura de Rajoy, las últimas noticias apuntan a que un próximo Comité Federal decidirá por mayoría abstenerse y facilitar un gobierno de la derecha. Veremos que pasa finalmente, aunque lo que si podemos afirmar es que la decisión que finalmente adopten se está fraguando a espaldas de la militancia. Los valedores de la política burguesa dentro del PSOE, Felipe González, Susana Díaz, Javier Fernández, no quieren dar la voz a los afiliados porque conocen su posición a servir en bandeja el gobierno del PP. Por ello exigimos que la posición del grupo parlamentario socialista en la investidura de Rajoy sea decidida por los afiliados a través de una consulta democrática con una pregunta clara. Abstención o voto en contra.

Nos enfrentamos a un momento decisivo. Si continúa la deriva derechista, se avanzará peligrosamente hacia la destrucción del PSOE. Un sector del Partido está dispuesto a seguir los pasos del PASOK poniendo en práctica las demandas de los capitalistas: un nuevo gobierno -ya sea gracias a la abstención de los parlamentarios del PSOE o tras unas nuevas elecciones- que continúe aplicando recortes salvajes, endurezca los ataques a los derechos democráticos, profundice la privatización de la sanidad y la educación pública, las reformas laborales y la precariedad laboral.

Aún no está claro si el sector de Pedro Sánchez está dispuesto a dar una batalla hasta el final, ni si están dispuestos a romper con la deriva derechista del Partido.

Por el contrario, nuestra posición siempre ha sido clara y está plasmada por escrito en los materiales críticos que hemos elaborado durante muchos años. Defendemos un genuino programa socialista y democracia plena, porque la lucha por el socialismo no puede ser tarea exclusiva de los dirigentes, sino que requiere de la participación activa y protagonista de los trabajadores. Como explicaba el abuelo Pablo Iglesias: “Tras el debate, elegid a los mejores, pero luego vigiladlos como si fuesen canallas”.

La lucha social y la defensa intransigente de la causa de los trabajadores es el único camino. El lugar de los auténticos socialistas está en la batalla junto con la juventud y nuestra clase contra los horrores del capitalismo. Necesitamos un rearme ideológico del que nos permita poder avanzar hacia la unidad de las izquierdas, en los planos político, social, económico y cultural, sin olvidar la lucha por la igualdad de género y por el medio ambiente. Para ello, exigimos que se abra un debate en las bases del Partido y una guerra sin cuartel contra aquellos que defienden los intereses de la burguesía dentro del PSOE.

Por ello PROPONEMOS:

a) El PSOE debe votar NO a la investidura de Rajoy. En cualquier caso, la posición del grupo parlamentario socialista debe ser decidida por la militancia en una consulta democrática.

b) Romper con la burguesía y su política de recortes y austeridad.

c) Es indispensable desarrollar una profunda crítica a la política desarrollada por el conjunto de la dirección a lo largo de todos estos años. Lejos de ocultarlos, es necesario reconocer interna y públicamente los graves errores cometidos.

d) Defensa de un programa genuinamente socialista que exija que la riqueza se ponga al servicio y bajo control de la mayoría.(*)

e) Unir indisolublemente este programa a la movilización de la clase trabajadora y la juventud. Los derechos no se conquistan en los despachos o el parlamento, se conquistan luchando.

f) Por un régimen interno democrático que garantice el protagonismo absoluto de las bases en todas las decisiones: elaboración de programa, elección de la dirección, posición en el Parlamento. Un militante un voto, elección y revocabilidad de los cargos en Asamblea, limitación de mandatos a 8 años, etc.

g) Por un Congreso Extraordinario. Elección del Secretario General mediante primarias.

(*) Si quieres conocer el programa que hemos propuesto a debate, puedes solicitarlo gratuitamente al correo de abajo, poniendo en asunto las palabras: “Por un Estado Socialista y Federal”.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

http://izquierdasocialistamalaga.blogspot.com.es/

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