Hace mucho tiempo que en Málaga el colectivo LGTBI+, los inmigrantes, las personas y organizaciones de izquierdas sufrimos constantes ataques de los fascistas cada vez que nos cruzamos en el camino de uno de estos elementos, agrupados en torno a distintas siglas: MSR, Respuesta Estudiantil, Hogar Social, el grupo ultra de la hinchada del Málaga C.F., Frente Bokerón, o Málaga 1487, organización que acaban de crear.
Aunque denunciemos cada acción de los fascistas con testigos y fotos, al llegar a juicio quedan sistemáticamente libres o, en el mejor de los casos, se les condena a una pequeña multa. El Sindicato de Estudiantes ha denunciado en numerosas ocasiones que esa impunidad de la que gozan, ese amparo que reciben por parte del Estado en sus manifestaciones fascistas, racistas y machistas son el caldo de cultivo para que lleguen tan lejos como llegaron la madrugada del 22 de abril en Málaga. Esa noche asesinaron a Pablo, un chico de 22 años, cuyo único delito fue intentar evitar que siguieran dando una brutal paliza a otro joven.
Desde el primer momento los medios de comunicación dieron la noticia, pero omitiendo el hecho más importante: no fue una pelea que “se fue de madre”, sino un asesinato a sangre fría a manos de fascistas reconocidos de la ciudad. De esta manera, amparaban a estos individuos en el anonimato. Ésta era la gota que colmaba el vaso. Así que respondimos con la contundencia que exigían los hechos.
11 de mayo: paro estudiantil y concentración de toda la izquierda
El 11 de mayo, miles de estudiantes malagueños secundamos la huelga de una hora convocada por el Sindicato de Estudiantes contra el fascismo y en repulsa por el asesinato de Pablo. Después de una intensa campaña pública de denuncia, en la que repartimos miles de hojas, y de haber debatido en las aulas y en asambleas sobre lo que representan las bandas fascistas y cómo combatirlas, las clases se pararon de 10 a 11 de la mañana y se celebraron concentraciones en institutos como el Politécnico Jesús Marín, La Rosaleda, Fernando de los Ríos, Ben Gabirol, Miguel Romero Esteo, en la Facultad de Educación en Teatinos y en la Escuela de Arte San Telmo en El Ejido. Hay que destacar la concentración con cerca de 500 estudiantes en el instituto Huelin, situado en el barrio donde los fascistas tienen un local y desde el que planifican sus actividades y agresiones.
En todas estas concentraciones leímos un comunicado contra la impunidad de las bandas fascistas, explicamos el nexo cronológico y político entre el golpe de Estado fascista del 18 de julio de 1936 contra la Segunda República, los tres largos años de guerra civil, la matanza de gente que luchó por la libertad, y los 40 oscuros años de dictadura franquista. Los hijos, nietos y herederos del franquismo —agrupados hoy en el PP y en el gobierno de Rajoy— que no sólo no han depurado el aparato del Estado de elementos reaccionarios, sino que se niegan a conceder reparación y justicia a las víctimas de la dictadura franquista, son los que con sus leyes y sus tribunales ofrecen impunidad a todos los elementos fascistas que en la ciudad de Málaga se esconden como “simples aficionados al fútbol” en el Frente Bokerón.
La lucha continúa. ¡No pasarán!
La jornada de lucha concluyó con una concentración unitaria de todas las organizaciones de la izquierda que lucha en la Plaza de la Constitución. Los afiliados y activistas del Sindicato de Estudiantes participamos en ella masivamente, y durante las tres horas que duró no paramos de corear “¡Pablo, hermano, no te olvidamos!” y “¡no pasarán!”. Éste es el camino para acabar con las bandas fascistas y su impunidad: la lucha en las calles y la organización revolucionaria.
Los convocantes hemos coincidido en la necesidad de actuar juntos contra la actividad de las bandas fascistas y su impunidad. Por ello estamos conformando una coordinación permanente para ejercer la suficiente presión —con movilizaciones y desenmascarando los subterfugios “legales” que utilizan estos fascistas— para conseguir su disolución y la prohibición de sus actividades, como ocurre en otros países de Europa. Por eso, en junio organizaremos una manifestación, que esperamos masiva, para que se cumplan nuestras exigencias y que de verdad haya juicio y castigo para los asesinos de Pablo.