¿Para quién ha gobernado Carmena?
La Operación Nuevo Norte pasará a la historia por ser, hasta la fecha, la mayor operación especulativa de la Comunidad de Madrid y, probablemente, una de las mayores de Europa. Se trata de un faraónico proyecto que comienza en el año 79 bajo el nombre de Operación Chamartín. En aquel entonces bajo la excusa de financiar la gran reforma de la estación de Chamartín, se acaban concediendo derechos de explotación de suelo público pensado para desarrollo ferroviario a Argentaria, una entidad bancaria de titularidad pública que tras un proceso de privatización acaba siendo absorbida por el BBVA. Actualmente, el proyecto especulativo está bajo el control de Distrito Castellana Norte (DCN), propiedad de dos grandes accionistas: un 75% por el BBVA y 25% por la constructora Grupo San José.
A pesar de los esfuerzos que han hecho tanto el PSM como Ahora Madrid por lavar la cara al proyecto y envolverlo en un aura progresista, apelando a un nuevo enfoque de ciudad y la sostenibilidad del proyecto; es difícil ocultar que Madrid Nuevo Norte ha sido diseñado básicamente para poner los recursos públicos a disposición de los intereses de un solo grupo financiero: el BBVA. La evolución del proyecto lo demuestra: en estos 26 años el suelo edificable en la operación ha pasado de los 625.000 metros cuadrados originales a 1.167.000, entre los cuales está el suelo público que será vendido por Adif a la mitad de su valor de mercado, para luego urbanizar y vender el mismo a precios desorbitados. Un pelotazo urbanístico en toda regla en el que los inversores esperan sacar, de un espacio que actualmente es en un 80% suelo público, al menos 30.000 millones de euros en venta de viviendas y otros 10.200 en locales y oficinas solo en la zona de la Castellana.
Ahora Madrid y el PSOE al servicio de la especulación a costa de los recursos públicos
Si el proyecto ha tardado casi 30 años en cerrarse es por las implicaciones sociales que tendrá y el miedo a sus posibles consecuencias. Sin embargo, Ahora Madrid y el Ministerio de Fomento del PSOE han llegado más lejos de lo que nunca se atrevió el PP madrileño. El mismo gobierno de Ahora Madrid, que no fue capaz de mejorar la limpieza e infraestructuras de los barrios obreros de Madrid, que lejos de revertir la externalización y privatización de servicios las profundizó, y que tampoco quiso enfrentarse al boom de los locales de apuestas en los distritos más vulnerables de la región, no ha dudado, junto con el PSOE, en hacerle el juego a DCN, urdiendo este macroproyecto de contratos oscuros, y todo de forma opaca y a espaldas de los madrileñas y madrileños, al más puro estilo PP.
Las instituciones están tan descaradamente comprometidas con este negocio que el 30 de julio asistimos a un pleno absolutamente vergonzoso, dónde Ahora Madrid y los socialistas madrileños votaron junto con VOX, PP y Ciudadanos la aprobación del proyecto, algo fundamental de cara a disparar el valor de las acciones de DCN en bolsa, y orquestado únicamente para qué al día siguiente, 31 de julio, el BBVA sacara tajada anunciando la venta de sus acciones en el proyecto. Especulación pura y dura de forma abierta y descarada.
Este tipo de políticas, que dejan de lado las promesas electorales que se hacen a las y los trabajadores para apoyar con entusiasmo este tipo de megaproyectos especulativos en favor de grandes bancos y constructoras explican la decepción entre muchos votantes de Ahora Madrid, y el porqué de la derrota electoral de mayo. Carmena y el conjunto de Ahora Madrid han desilusionado y frustrado a su base social, que votaron con entusiasmo contra el PP y su modelo político de especulación y negocietes, buscando un cambio radical, y tener un Ayuntamiento transparente al servicio de las y los trabajadores, y no de bancos y multinacionales como ocurrió durante años con la derecha. Su medida estrella ha sido cargar con un proyecto especulativo como este, haciéndole con ello un favor impagable a PP, Ciudadanos y VOX, que jamás habrían podido aprobarlo por sí mismos sin desencadenar una gran movilización social contra el mismo.
¡Basta de Ayuntamientos y políticas municipales al servicio de los ricos!
Si es urgente levantar una oposición a este tipo de políticas es porque megaproyectos como la Operación Nuevo Norte tendrá enormes consecuencias negativas para las y los trabajadores. Aparte del expolio de los recursos públicos, la construcción de una nueva zona de lujo elevará el precio de la vivienda, acentuando la expulsión de la clase trabajadora a zonas más y más periféricas; además el impacto medioambiental del plan urbanístico es incalculable.
Pero no tendría por qué ser así. Los recursos públicos de la región y de la ciudad de Madrid deberían ser gestionados con transparencia y bajo el control democrático de las y los madrileños, y estableciéndose una planificación seria de ciudad en base exclusivamente a criterios sociales y medioambientales, y no del correspondiente negocio especulativo de turno. En este caso, existían y existen diversas posibilidades alternativas que supondrían impulsar un verdadero proyecto social, desde la construcción de un parque 100% público de vivienda para comenzar a solucionar el enorme problema del precio del alquiler, hasta la creación de un gran parque urbano que ayude a paliar los efectos de la crisis climática y la contaminación. Pero para ello es necesaria una verdadera voluntad de cambio al servicio de la mayoría, para lo que Más Madrid, la nueva marca política de Carmena, debería rectificar completamente el rumbo que ha mantenido en los últimos cuatro años y que ahora ha ratificado aprobando definitivamente esta bochornosa operación junto al PSOE y las derechas. Eso evidentemente, exige evitar que los recursos públicos acaben en manos de bancos y grandes constructoras de cara a enriquecerse especulando, y una alternativa clara, transparente y con la participación de las y los trabajadores y la juventud, de cara a dotar a la ciudad de nuevos espacios social y ecológicamente sostenibles y de vivienda 100% pública, económica y ecológica.
Asimismo, la oposición a esta operación especulativa a costa de las arcas públicas, no puede limitarse ni a los plenos del Ayuntamiento -que finalmente ha aprobado el proyecto sin fisuras- ni a confiar en la mera acción de la Justicia y los Tribunales -que entre otras cosas ya han desestimado la denuncia de Ecologistas en Acción y la FRAVM, condenándoles a pagar 1.000€ por las costas judiciales-. La alternativa pasa por una movilización amplia y contundente en las calles, como hicieron los vecinos de Gamonal, que exija la inmediata cancelación de esta nefasta operación, la expropiación de todos los terrenos regalados durante años a bancos y grandes constructoras, y un Plan con los mismos de cara a resolver las enormes necesidades sociales que padecemos las vecinas y vecinos de Madrid. ¡Sólo así tendremos un Madrid sostenible y ecológico al servicio de la inmensa mayoría!