La catástrofe de la tercera ola que avanza ante la vista de todo el mundo no es casual, es el resultado de mantener intactas las políticas capitalistas y de una gestión infame.
Cuando nos acercamos a los 100.000 fallecidos en el Estado español y los hospitales públicos y las UCIs se encuentran colapsadas, las multinacionales farmacéuticas interrumpen el abastecimiento de vacunas especulando para obtener aún más beneficios.
Este desastre demuestra, una vez más, que a los grandes poderes económicos y a los Gobiernos que se subordinan a ellos les importa un bledo la vida de la población. En el Estado español la desastrosa gestión del ministro Illa, incapaz de romper con la política de recortes sanitarios y meter en vereda a la derecha en Madrid y en otros territorios, deja claro que el PSOE sigue haciendo las mismas políticas de siempre.
Esto es lo que envalentona a la reacción. En Madrid el Gobierno de Ayuso firma contratos multimillonarios con la sanidad privada para pagar 750 euros por paciente y día que atiendan por la Covid y 2.100 euros diarios por ingreso en UCI. ¡Y aquí no pasa nada! El Gobierno de coalición deja hacer, e
incluso se apoya en los tribunales para imponer unas elecciones en Catalunya este 14 de febrero en el pico de la pandemia y con la oposición de todos los expertos médicos.
No podemos tolerar que siga esta matanza. Los y las ministras de Unidas Podemos no pueden ser un día más cómplices de este espectáculo, amparar y legitimar este desastre para las familias trabajadoras y la juventud. Si no pueden cambiar radicalmente el rumbo de la acción de Gobierno deben pasar inmediatamente a la oposición de izquierdas e impulsar la movilización más contundente.
La izquierda política, sindical y los movimientos sociales debemos levantar un frente de acción unitaria para enfrentar esta situación de emergencia y exigir:
1. Nacionalización inmediata de las farmacéuticas y la sanidad privada para garantizar la salud de todos y todas, el abastecimiento de vacunas para toda la población y la contratación de decenas de miles de profesionales sanitarios para acabar con el colapso de la sanidad pública.
2. Paralización inmediata de la actividad económica no esencial para facilitar el confinamiento domiciliario. Garantizar permisos retribuidos con el 100% de los salarios. Prohibir por ley los despidos y asegurar un seguro de desempleo de 1.200 euros al mes financiado con impuestos a las grandes fortunas.
3. Hay que nacionalizar las eléctricas y la banca. Basta ya de que los más ricos llenen sus bolsillos a costa de la muerte de millones. Poner los recursos que éstos parásitos concentran en sus manos para resolver los problemas acuciantes de la población, garantizar el derecho al techo, al trabajo y al pan.
Es la hora de pasar a la acción y parar esta matanza.