La última convocatoria de huelga de los trabajadores, el pasado 4 de setiembre, anticipaba una batalla dura por parte de la plantilla contra el despido de un trabajador. La empresa, viendo que la moral estaba bastante alta (al menos en el sector más combativo de los trabajadores) comenzó a mover ficha. Precisamente el mismo día de la convocatoria (a la que no se sumó la Federación de CCOO, pero sí sus afiliados) nos enteramos de un rumor sobre una supuesta "asamblea" que estaba siendo convocada para el día siguiente. El objetivo: "votar" la continuidad de la huelga. La empresa presionó mediante los encargados a algunos trabajadores a que confirmaran su presencia. Todo esto con el claro objetivo de dividir a la plantilla y desmoralizar a los trabajadores. La última convocatoria de huelga de los trabajadores, el pasado 4 de setiembre, anticipaba una batalla dura por parte de la plantilla contra el despido de un trabajador. La empresa, viendo que la moral estaba bastante alta (al menos en el sector más combativo de los trabajadores) comenzó a mover ficha. Precisamente el mismo día de la convocatoria (a la que no se sumó la Federación de CCOO, pero sí sus afiliados) nos enteramos de un rumor sobre una supuesta “asamblea” que estaba siendo convocada para el día siguiente. El objetivo: “votar” la continuidad de la huelga. La empresa presionó mediante los encargados a algunos trabajadores a que confirmaran su presencia. Todo esto con el claro objetivo de dividir a la plantilla y desmoralizar a los trabajadores.
Por supuesto a esa “reunión” no apareció ni el tato. Por su parte la Federación de UGT comunicó a los trabajadores una posibilidad: tener una reunión con la empresa y junto al Consejero de Industria, Graciano Torre, “para encontrar una salida”. Se decidió suspender la huelga temporalmente hasta el martes 9 de setiembre cuando tendría lugar dicha reunión.
Finalmente esa semana se tuvieron sendas reuniones entre sindicato, empresa y consejero donde finalmente se llega a un acuerdo: readmitir al trabajador pero con una sanción de un mes.
No hay duda que esta victoria de los trabajadores se debe a la fuerte movilización que han impulsado y a su resistencia. La empresa ha dado un paso atrás pero eso no significa que abandonen su estrategia de golpear a los que se mueven. En una situación como en la que estamos entrando de crisis económica y de cierres puede que intenten utilizar el fantasma de la deslocalización para atacar a los trabajadores nuevamente. Además la situación peligrosa que padecen los trabajadores cotidianamente no ha cambiado. El ejemplo es una nueva fuga de gas que se produjo el 23 de setiembre.
Desde estas páginas queremos felicitar a los auténticos protagonistas de una lucha dura, pero que no será la última. Los trabajadores de CHEMASTUR han demostrado que la lucha sirve, que la movilización y los métodos tradicionales de nuestra clase (la huelga y los piquetes) son la mejor arma para enfrentar a una patronal que está cada vez más envalentonada.
Por supuesto a esa "reunión" no apareció ni el tato. Por su parte la Federación de UGT comunicó a los trabajadores una posibilidad: tener una reunión con la empresa y junto al Consejero de Industria, Graciano Torre, "para encontrar una salida". Se decidió suspender la huelga temporalmente hasta el martes 9 de setiembre cuando tendría lugar dicha reunión.
Finalmente esa semana se tuvieron sendas reuniones entre sindicato, empresa y consejero donde finalmente se llega a un acuerdo: readmitir al trabajador pero con una sanción de un mes.
No hay duda que esta victoria de los trabajadores se debe a la fuerte movilización que han impulsado y a su resistencia. La empresa ha dado un paso atrás pero eso no significa que abandonen su estrategia de golpear a los que se mueven. En una situación como en la que estamos entrando de crisis económica y de cierres puede que intenten utilizar el fantasma de la deslocalización para atacar a los trabajadores nuevamente. Además la situación peligrosa que padecen los trabajadores cotidianamente no ha cambiado. El ejemplo es una nueva fuga de gas que se produjo el 23 de setiembre.
Desde estas páginas queremos felicitar a los auténticos protagonistas de una lucha dura, pero que no será la última. Los trabajadores de CHEMASTUR han demostrado que la lucha sirve, que la movilización y los métodos tradicionales de nuestra clase (la huelga y los piquetes) son la mejor arma para enfrentar a una patronal que está cada vez más envalentonada.