‘La crisis está teniendo un efecto devastador en México, la población está harta de los abusos de la burguesía'

‘La crisis está teniendo un efecto devastador en México, la población está harta de los abusos de la burguesía'

El Militante.- El 22 de octubre participaste en la manifestación del SE en Madrid y dirigiste un saludo a los estudiantes que fue muy bien recibido. ¿Qué destacarías más de esta experiencia?
Alondra Ramos.-
Es una experiencia muy gratificante saber que en el Estado español los jóvenes estudiantes se movilizan por sus derechos. Creo que al igual que en diversos países de América Latina, en el Estado español y en cualquier otra parte del mundo la política de la burguesía es desmembrar la escuela pública y somos los estudiantes, en conjunto con los trabajadores, quienes detendremos los intentos de terminar con la educación pública y, en general, con el decadente sistema capitalista.
EM.- ¿Cuál es el origen de CLEP-CEDEP, cuáles son las líneas fundamentales de su programa y de su actuación? ¿Cuál es la situación del movimiento estudiantil en México?
AR.-
El CLEP-CEDEP es una organización tradicional de los estudiantes en México. Es heredera de las luchas estudiantiles más importantes que ha habido en la historia de México desde 1968.
El movimiento estudiantil en México, en las últimas fechas, ha salido a movilizarse. Miles de jóvenes han alzado su voz en contra de la política de ataques a la educación pública dictada por organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial. Además, los jóvenes se han sumado a la clase trabajadora en defensa de la seguridad social, de la educación pública y los derechos de los maestros y en contra de la privatización de Petróleos Mexicanos (PEMEX), entre otras cosas.
EM.- ¿Qué acontecimientos recientes y qué aspectos políticos destacarías más de la situación en México? ¿Qué efectos está teniendo la crisis mundial en el país?
AR.-
La crisis está teniendo un efecto devastador en México. En lo que va de este año los precios de la canasta básica (huevos, leche, pan, tortilla, carne) se han duplicado o triplicado y, en contraste, el salario real de un trabajador tiene una capacidad de compra equivalente a la que poseía en 1980. Nuestro salario ha sufrido un retroceso de 27 años.
Esto no es ninguna sorpresa. El gobierno derechista y reaccionario de Felipe Calderón ha atacado despiadadamente a los trabajadores y sus luchas. Por ejemplo, en 2006 impulsó un fraude electoral de magnitudes increíbles, al mismo tiempo que reprimió brutalmente el movimiento de masas que se desarrollaba en el Estado de Oaxaca; en 2007 aprobó una reforma de la seguridad social de los trabajadores del Estado, que elimina la jubilación de miles de ellos.
Este año ha aprobado la "Alianza por la Calidad de la Educación", que elimina el derecho a la educación de miles de jóvenes en comunidades rurales, hijos de campesinos e indígenas, entre otras cosas. Han aprobado también la Reforma Energética, que deja abierta la puerta a la industria privada para hacer de PEMEX lo que les venga en gana. Es la clara privatización de una de las únicas empresas paraestatales existentes en México. Todo ello ha llevado adelante un proceso de luchas importantes de los trabajadores, los campesinos y la juventud en últimas fechas.
EM.- ¿Qué perspectivas se abren para México?
AR.-
México se encuentra en un proceso revolucionario. Al igual que muchos países de América Latina la población mexicana está harta de los abusos de la burguesía. México cuenta con más de 20 millones de personas en situación de extrema pobreza y, a la vez, cuenta con el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, que posee una fortuna estimada en más de 50.000 millones de euros.
Todos estos años de miseria y explotación han terminado por transformar la situación. En tan sólo unos años hemos tenido movilizaciones de millones de personas. Es muy probable que en muy poco tiempo se de una explosión que profundizará el proceso de revolución en el que se encuentra el país. Las masas saldrán a la calle, al igual que sucederá en todo el mundo, y tomarán su destino en las manos para transformar el putrefacto sistema capitalista en el que vivimos por una sociedad justa, una sociedad socialista.

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