La empresa Clariana SA, después de más de cien años de actividad, ha decidido llevar a una empresa rentable a la quiebra a través de la descapitalización y el fraude, y pasar su actividad al suculento negocio de la especulación urbanística. Los propietarios, la familia Simó, ya hicieron la misma operación con la textil Paduana situada en Ontinyent, que cerró sus puertas el año pasado para la edificación de viviendas y un centro comercial.
Después de la congelación de salarios de los últimos años y un goteo constante de despidos y subcontrataciones, el actual director general de Clariana prepara un cierre encubierto lo más barato posible. Los recortes de presupuesto ya se han traducido en falta de mantenimiento de la maquinaria, que fue la causa de un accidente mortal a principios de año, además de un accidente grave por la falta de experiencia del personal precario.
El pasado 15 de octubre pudimos conversar con algunos de los trabajadores que se concentran diariamente en la puerta de la empresa. Pedro, uno de ellos nos explicaba que "hay 47 trabajadores afectados por el ERE de 150 del total de la plantilla, hace tres años ya se hizo un ERE de 20 trabajadores para subcontratar un empresa externa. En Navidad se despedirán 30 más. Esto es un despido que encubre un cierre de la empresa". Esto no es algo que les sorprenda ya que "el actual director ya ha cerrado cinco empresas más" y, además, "están engañando al fondo de garantía salarial ya que la empresa es rentable". Y continuaba, explicándonos la jugada empresarial: "Esta empresa ha diversificado su actividad al sector inmobiliario, ya tiene unas promociones en Valencia donde ha desviado el capital. En Vila-real los terrenos están cerca de la Ciudad Deportiva y del centro de la población, con lo que van a aprovechar los terrenos para la construcción y eliminar la industria".
Nos explicaron que "de momento no podemos acceder a otros trabajos ni al desempleo porque aún no nos han despedido, estamos de permiso retribuido, pero no estamos recibiendo dicha retribución desde hace varios meses" y, también, que seguirán luchando por sus empleos, realizando "concentraciones en la puerta de la empresa con reuniones diarias y piquetes hasta las diez de la noche". Se mostraban satisfechos con la solidaridad y muestras de ánimo y apoyo mostrada por los trabajadores y vecinos, aunque echaban de menos una actitud similar por parte de las direcciones sindicales, "el presidente del comité de empresa pertenece a CCOO", y UGT tiene afiliados, pero a pesar de ello "no han organizado ninguna movilización. Los trabajadores son los que están organizando las concentraciones".
Les trasladamos nuestra solidaridad e insistimos en que no deben admitir ni un despido más y exigir la recolocación inmediata de los trabajadores afectados. Para ello es imprescindible continuar con la lucha, obligar a los sindicatos a que defiendan todos los puestos de trabajo y que extiendan la lucha sin vacilaciones.