Esperanza Aguirre ofrece descaradamente la enseñanza y la sanidad pública al sector privado
El gobierno del PP en Madrid está en plena ofensiva en todos los frentes. La sanidad pública está siendo desmantelada, al igual que la educación y los servicios públicos más básicos. Estas medidas están teniendo un efecto devastador en estos sectores que condicionan decisivamente la calidad de vida de millones de trabajadores.
El sistema sanitario madrileño, está siendo entregado en bandeja de plata a los empresarios del sector. Los datos son concluyentes: la inversión de dinero público en los nuevos hospitales (de gestión privada ) y para la asistencia sanitaria (análisis, pruebas de todo tipo, etc.) proporcionada por empresas privadas, aumenta un 63% en los presupuestos de 2009, mientras los recursos destinados a los hospitales públicos se reducen en un 2,8%.
La educación pública no sale mejor parada. La Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) es la región de todo el Estado que menos dedica a educación en porcentaje de PIB autonómico. Pero por si esto fuera poco, en cinco años el dinero destinado para nuevos centros concertados se ha doblado. Además, han cedido más de cincuenta parcelas de suelo público a empresas y particulares para la construcción de colegios privados. Así no es de extrañar que en Madrid de cada diez nuevos alumnos, ocho vayan a la privada y dos a la pública.
Ofensiva ideológica del PP
Esta política viene acompañada de una ofensiva ideológica de gran intensidad. El PP anuncia, abiertamente, estas medidas como oportunidades para las empresas de hacer negocio."Conozca las peculiaridades del nuevo pliego de condiciones administrativas particulares del nuevo plan de Infraestructuras y aproveche las oportunidades de negocio para su empresa". Con este reclamo invitaba la Conserjería de Sanidad a las empresas interesadas en sacar tajada de la sanidad madrileña, a una reunión en el hotel Ritz el pasado mes de septiembre. También Esperanza Aguirre, refiriéndose a la privatización del Canal Isabel II, explicaba que "el agua es un bien que siempre todos necesitaremos, por lo tanto es un negocio seguro".
Paralelamente ha lanzado una campaña de acoso y derribo hacia los sindicatos, acusándolos de tener demasiados liberados y afirmando que suponen un coste económico demasiado grande para los madrileños. Como vemos el PP en Madrid va a por todas.
¿Dónde están las organizaciones de la izquierda?
Ante este ataque frontal de la derecha, la respuesta de las organizaciones tanto políticas como sindicales de los trabajadores, está brillando por su ausencia.
IU ha desaparecido, prácticamente, de la actividad reivindicativa; su ausencia en la calle, en los barrios, es clamorosa. Por su parte los dirigentes del PSOE siguen profundizando su giro hacia la derecha. A la propuesta del secretario general de la federación socialista madrileña de suprimir el impuesto sobre el patrimonio, que naturalmente Esperanza Aguirre recogió encantada, se suma el anuncio de que el grupo parlamentario socialista de la asamblea de Madrid se abstendrá cuando se debata la privatización del agua.
En la misma dinámica se encuadran los dirigentes de CCOO y UGT que, ante los contundentes ataques del PP, se limitan a realizar ruedas de prensa o a convocar movilizaciones de carácter prácticamente testimonial o en las que los distintos sectores se manifiestan de forma aislada unos de otros.
Los trabajadores y los jóvenes sí queremos luchar
Esta actitud de los dirigentes políticos y sindicales de la izquierda, choca con la clara disposición a la lucha de los trabajadores y la juventud. El curso pasado acabó con multitudinarias manifestaciones de profesores y estudiantes en defensa de la educación pública. Los pasados 22 de octubre y 13 de noviembre decenas de miles de estudiantes de enseñanza media y universidad se manifestaron por el mismo motivo convocados por el Sindicato de Estudiantes. También el pasado 13 de noviembre decenas de miles de trabajadores salieron a la calle en Madrid convocados por la coordinadora en defensa de la sanidad pública y ese mismo día otros tantos hacían lo propio en Getafe. También los trabajadores del Canal Isabel II están protagonizando importantes movilizaciones contra la privatización del agua.
Hay que pasar de las palabras
a los hechos
Hace pocos días el secretario general de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, dijo públicamente que, de continuar esta situación, la UGT contempla la posibilidad de convocar una huelga general en Madrid. La verdad es que no hay ningún indicio que haga prever que el PP va a parar en sus ataques, más bien todo lo contrario. A Esperanza Aguirre y su equipo no les intimidan los amagos, es más, los interpretan como signos de debilidad y les insuflan confianza.
Ha llegado el momento, de hecho ya hace bastante tiempo que llegó, de pasar de las palabras a los hechos. Hay que convocar ya una huelga general en Madrid, esto es una necesidad urgente y es un reclamo cada vez más insistente entre los trabajadores.
La clase trabajadora madrileña es fuerte y puede no sólo frenar los ataques del PP, sino también, a través de una campaña de movilizaciones contundentes, desalojar a la derecha del gobierno de la CAM.
El único requisito que ahora falta es que las organizaciones obreras estén a la altura de las circunstancias. Los trabajadores, por nuestra parte, tenemos mecanismos para obligar a los dirigentes de la izquierda a cambiar de política; es necesario organizar asambleas en los centros de trabajo en las que se aprueben resoluciones exigiendo la convocatoria inmediata de una huelga general. No podemos seguir esperando, no podemos frenar al PP con acciones aisladas, es necesaria una respuesta contundente y global.