El nuevo coordinador de IU, Cayo Lara, introdujo la idea de la huelga general en su discurso ante el Consejo Federal que le acababa de elegir. Dijo que era necesaria una huelga general "para decirles a los poderosos que por aquí no vamos a ningún camino". El revuelo mediático que se formó posteriormente, por supuesto en contra de esta idea, nos da una idea de la aprensión que esta perspectiva provoca en los círculos dirigentes de la burguesía, en la cúpula de los grandes sindicatos y en el propio gobierno del PSOE.

El nuevo coordinador de IU, Cayo Lara, introdujo la idea de la huelga general en su discurso ante el Consejo Federal que le acababa de elegir. Dijo que era necesaria una huelga general "para decirles a los poderosos que por aquí no vamos a ningún camino". El revuelo mediático que se formó posteriormente, por supuesto en contra de esta idea, nos da una idea de la aprensión que esta perspectiva provoca en los círculos dirigentes de la burguesía, en la cúpula de los grandes sindicatos y en el propio gobierno del PSOE.
¿Por qué este revuelo si, como no se cansan de decirnos, IU está poco menos que acabada? Cayo Lara, aunque luego matizó sus palabras, puso el dedo en la llaga de la actual situación.
¿Cómo frenar todos los ataques que se están dando a raíz de la crisis?, se preguntan muchos trabajadores que han participado en incontables manifestaciones locales contra cierres, impago de salarios o expedientes de regulación. Solo una gran movilización conjunta de la clase obrera puede obligar al gobierno a tomar medidas que impidan despidos masivos y el mantenimiento de todos los empleos. Esta percepción es lo que hace que la idea de una huelga general esté presente en el ambiente y que su sola mención provoque una reacción tan virulenta por parte de todos los que quieren evitarla a toda costa.
Los dirigentes sindicales conocen de primera mano qué está ocurriendo en el conjunto del Estado. Saben que la situación de shock inicial de la clase obrera debido a la abrumadora magnitud de la crisis económica, que ha destruido decenas de miles de empleos en muy pocos meses, está cambiando. Hemos asistido a movilizaciones locales muy duras que en la mayoría de los casos no han impedido los cierres, pero son avisos muy serios de por donde van a ir las cosas. Las recientes movilizaciones estudiantiles, los acontecimientos de Italia y Grecia, son señales claras de que finalmente habrá una expresión generalizada del descontento de los trabajadores.
El mismo Cayo Lara señalaba que "si todo el mundo habló de la huelga general es porque todo el mundo sabe que hay condiciones dramáticas en este país que sí propician al menos un acto de protesta masivo". Dijo también que había un "caldo de cultivo", que se está produciendo por la situación "dramática de mucha gente", y agregó que esto puede terminar "desembocando en actos de protesta masivos, porque de alguna manera se le tendrá que decir al gobierno que así no se puede seguir" (Agencia Efe, 3-1-2009).
Como en el cuento, Cayo Lara se ha encargado de decir que el rey está desnudo, aunque claro está las palabras no son suficientes: hay que lanzar una campaña organizada en los sindicatos para presionar en este sentido y levantar la bandera del socialismo y su programa, la única alternativa al capitalismo.

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