El 13 de diciembre hubo una magnífica respuesta de los trabajadores, tanto afectados por expedientes de regulación de empleo como no afectados, a la manifestación convocada a iniciativa de los comités de distintas empresas: Dana, Koxka, Kybse, Bosch, etc.
El 13 de diciembre hubo una magnífica respuesta de los trabajadores, tanto afectados por expedientes de regulación de empleo como no afectados, a la manifestación convocada a iniciativa de los comités de distintas empresas: Dana, Koxka, Kybse, Bosch, etc.
Dana Automoción es una multinacional del sector del transporte ubicada en el polígono de Landaben y que se dedica a hacer carcasas y ejes motrices para camiones. Tiene más de 450 trabajadores y quiere despedir a 71. Kybse se dedica a la fabricación de amortiguadores para coches. Tiene más de 800 trabajadores y pretenden echar a 200 (el 25%). Koxka (Pamplona) y Koxka Kobol (Peralta) también forman parte de un grupo internacional y producen cámaras frigoríficas para las grandes superficies comerciales. En estas dos fábricas quieren despedir a 191 y 40 trabajadores respectivamente, y lo que explican los trabajadores es que detrás de este expediente está el cierre de las empresas. Bosch ha planteado no seguir con la fabricación de frenos en 2009, así que cerrojazo a esta empresa de 102 trabajadores.
De las amenazas que se ciernen sobre los trabajadores navarros no se libran ni las empresas que dan trabajo a minusválidos, como la Fundación Aspace que plantea echar a 80 trabajadores de un total de 230. También se movilizaron el 20 de diciembre en defensa de su puesto de trabajo y contra los incumplimientos del gobierno de Navarra respecto a la reserva de plazas para minusválidos.
La manifestación del 13 de diciembre fue la primera, y muy positiva, movilización unitaria de las empresas con EREs. Pero no ha sido la última. El 23 de diciembre unos 1.000 trabajadores de Koxka y Koxka Kobol y otras empresas se manifestaron por el centro de Pamplona. Los trabajadores de Bosch presentes nos decían que no se iban a quedar con los brazos cruzados.
El gobierno de Navarra finalmente aprobó el 2 de enero el expediente de Dana Automoción por el que 71 trabajadores van a la calle. Los trabajadores de Koxka tienen reunión en Madrid el 2 y el 9 de enero y de momento el acuerdo está lejano, ya que hasta ahora la oferta de la empresa "es ridícula", según el comité, y han iniciado paros de tres horas en cada turno, como medida de presión. En Kybse los trabajadores han empezado una huelga indefinida contra los despidos desde el 8 de enero, con un seguimiento de más del 90%.
Al acabar la manifestación del 13 de diciembre Michel Gómez, presidente del comité de empresa de Dana, criticó que "la mayoría de las empresas, que han ganado dinero a espuertas en tiempos de bonanza económica pretendan ahora que la crisis caiga sobre nuestras espaldas" aligerando plantillas y empeorando condiciones laborales. Esto es un sentimiento general de los trabajadores, que por supuesto se puede generalizar a todos los trabajadores del Estado
Generalizar las luchas
En la hoja que repartimos los compañeros de El Militante explicamos que esta lucha se puede ganar, pero que es necesario que los sindicatos lancen una ofensiva de movilizaciones orientada a obligar a la administración a que rechacen los EREs. Hay que llevar la lucha hacia fuera, hacia el conjunto de la clase obrera; aprovechar al máximo todos los días de paro para recabar el apoyo de la clase obrera; organizar piquetes informativos, organizar a las plantillas en grupos de trabajadores distribuidos por toda la ciudad repartiendo miles de hojas informativas denunciando los planes de las multinacionales y la actitud pasiva del gobierno de Navarra y el de Zapatero.
Es necesario unificar los diferentes conflictos en una misma lucha. Los dirigentes sindicales deben convocar una huelga general de la automoción contra los despidos que prepare el camino para la convocatoria de una huelga general de 24 horas. Ésta representaría una fuerza tremenda sobre los gobiernos de Navarra y el de Zapatero. Gobierno, este último, que teme a la clase obrera y por eso esconde su política de recortes sociales y de favores a los empresarios y a los bancos tras un discurso "social", en el que aseguran hacer lo contrario de lo que realmente hacen. Hay que exigirle a Zapatero que lleve a cabo una política de izquierdas. Una huelga general de 24 horas por el empleo y en contra de los despidos sería un mensaje muy claro en ese sentido.