Después de casi tres meses de negociaciones (desde la desconvocatoria
de la huelga del 17 de diciembre) no ha habido ningún gesto serio por
parte de la Conselleria de llegar a ningún acuerdo. Por fin, la
Plataforma por la Educación Pública ha reconocido la esterilidad de
esta vía y ha decidido plantarse.
Después de casi tres meses de negociaciones (desde la desconvocatoria de la huelga del 17 de diciembre) no ha habido ningún gesto serio por parte de la Conselleria de llegar a ningún acuerdo. Por fin, la Plataforma por la Educación Pública ha reconocido la esterilidad de esta vía y ha decidido plantarse.
Ha sido necesario todo este tiempo para que los miembros de la Plataforma llegaran a la conclusión que miles de profesores ya habíamos sacado en diciembre: la única vía para conseguir nuestras reivindicaciones es demostrar nuestra fuerza en la calle.
Ante el ridículo documento presentado por la conselleria, la Plataforma ha decidido dar por finalizada la negociación y convocar huelga de profesores para el 28 de abril. Esta decisión no es fruto de una aparición divina que les ha hecho ver la luz, sino de la presión que sienten de sus bases y de la necesidad que tienen de recuperar parte de su autoridad y prestigio. Esta presión se ha hecho sentir mucho más en el STEPV, sindicato mayoritario que siempre ha sido visto como el más combativo. En cambio, CCOO y la FAPA persisten en su actitud desmovilizadora: aunque también convocan, mantienen aún sus esperanzas en una respuesta positiva por parte de la conselleria incluso antes de la huelga. Sin duda esta convocatoria supone un paso adelante totalmente necesario. Es también una rectificación de la errónea estrategia llevada a cabo en otoño que desembocó en una negociación sin posibilidad de presionar. Pero es necesario sacar todas las conclusiones de ese grave error: confiar en el movimiento, basarse en las iniciativas de los profesores, unificar la lucha desde abajo con comités de lucha en cada centro, convocar asambleas decisorias, coordinarse con el Sindicato de Estudiantes y otras asociaciones para que los estudiantes se impliquen en la huelga y la lucha, convocar manifestaciones para el 28 y no concentraciones.
El sentimiento de traición y el cabreo hacia las direcciones que hicieron descarrilar la lucha en su momento más álgido persiste todavía, ya que podíamos haber conseguido mucho. Los acontecimientos del primer trimestre de curso pusieron en evidencia la maravillosa capacidad de lucha de miles de profesores, padres y alumnos, y el freno que supuso la dirección, que no supo estar a la altura de los acontecimientos. Hemos aprendido esta lección y es de aquí desde donde partimos ahora. No podemos permitir que esto vuelva a ocurrir y debemos estar alerta.
No va a ser fácil recuperar el nivel en el que estábamos, pero aún así esta huelga puede ser un éxito igualmente. El malestar entre el profesorado por las condiciones de la educación pública persiste, y también se sigue acumulando el odio hacia este gobierno del PP. Para revitalizar la lucha, es necesario volver a activar las asambleas de centros y las asambleas generales, donde todos los profesores nos veamos las caras y nos escuchemos, y obliguemos a nuestros dirigentes a cumplir los acuerdos decididos en asamblea. Sabemos lo que ocurre en los centros, estamos en contacto con la realidad, conocemos nuestra capacidad de lucha y confiamos en ella.
Si queremos que esta huelga sea un éxito es necesario una implicación consciente. Tenemos que estar vigilantes e impedir que se vuelva a producir algo tan grave con la desconvocatoria de huelga sin la opinión de la opinión de los trabajadores. En ese caso, el STEPV, el sindicato mayoritario, debe mantenerla y arrastrar a ella no sólo a sus bases, también a los afiliados de otros sindicatos y a los padres y madres que tienen claro que la única manera de luchar por la educación pública es en la calle, uniendo todas nuestras fuerzas
Ha sido necesario todo este tiempo para que los miembros de la Plataforma llegaran a la conclusión que miles de profesores ya habíamos sacado en diciembre: la única vía para conseguir nuestras reivindicaciones es demostrar nuestra fuerza en la calle.
Ante el ridículo documento presentado por la conselleria, la Plataforma ha decidido dar por finalizada la negociación y convocar huelga de profesores para el 28 de abril. Esta decisión no es fruto de una aparición divina que les ha hecho ver la luz, sino de la presión que sienten de sus bases y de la necesidad que tienen de recuperar parte de su autoridad y prestigio. Esta presión se ha hecho sentir mucho más en el STEPV, sindicato mayoritario que siempre ha sido visto como el más combativo. En cambio, CCOO y la FAPA persisten en su actitud desmovilizadora: aunque también convocan, mantienen aún sus esperanzas en una respuesta positiva por parte de la conselleria incluso antes de la huelga. Sin duda esta convocatoria supone un paso adelante totalmente necesario. Es también una rectificación de la errónea estrategia llevada a cabo en otoño que desembocó en una negociación sin posibilidad de presionar. Pero es necesario sacar todas las conclusiones de ese grave error: confiar en el movimiento, basarse en las iniciativas de los profesores, unificar la lucha desde abajo con comités de lucha en cada centro, convocar asambleas decisorias, coordinarse con el Sindicato de Estudiantes y otras asociaciones para que los estudiantes se impliquen en la huelga y la lucha, convocar manifestaciones para el 28 y no concentraciones.
El sentimiento de traición y el cabreo hacia las direcciones que hicieron descarrilar la lucha en su momento más álgido persiste todavía, ya que podíamos haber conseguido mucho. Los acontecimientos del primer trimestre de curso pusieron en evidencia la maravillosa capacidad de lucha de miles de profesores, padres y alumnos, y el freno que supuso la dirección, que no supo estar a la altura de los acontecimientos. Hemos aprendido esta lección y es de aquí desde donde partimos ahora. No podemos permitir que esto vuelva a ocurrir y debemos estar alerta.
No va a ser fácil recuperar el nivel en el que estábamos, pero aún así esta huelga puede ser un éxito igualmente. El malestar entre el profesorado por las condiciones de la educación pública persiste, y también se sigue acumulando el odio hacia este gobierno del PP. Para revitalizar la lucha, es necesario volver a activar las asambleas de centros y las asambleas generales, donde todos los profesores nos veamos las caras y nos escuchemos, y obliguemos a nuestros dirigentes a cumplir los acuerdos decididos en asamblea. Sabemos lo que ocurre en los centros, estamos en contacto con la realidad, conocemos nuestra capacidad de lucha y confiamos en ella.
Si queremos que esta huelga sea un éxito es necesario una implicación consciente. Tenemos que estar vigilantes e impedir que se vuelva a producir algo tan grave con la desconvocatoria de huelga sin la opinión de la opinión de los trabajadores. En ese caso, el STEPV, el sindicato mayoritario, debe mantenerla y arrastrar a ella no sólo a sus bases, también a los afiliados de otros sindicatos y a los padres y madres que tienen claro que la única manera de luchar por la educación pública es en la calle, uniendo todas nuestras fuerzas