Los datos de El Diario de Guipúzcoa son muy significativos del impacto de la huelga. En Oñate pararon las grandes empresas Stadler, Hijos de Juan de Garay, Cegasa y Zahor; en Aretxabaleta Arcelor, Torunsa y TTT, así como en las compañías Elay y Balzers de Antzuola. En Deba y en Mutriku la huelga fue secundada por la gran mayoría de los establecimientos comerciales y hosteleros, así como por trabajadores de las empresas ubicadas en los polígonos de Itziar (Deba) y Mijoa (Mutriku). También en Soraluze el seguimiento fue generalizado, En Elgoibar y Mendaro la huelga también contó con un apoyo importante, mientras que en Eibar apenas tuvo repercusión. La mayoría de las empresas, además de los bares, restaurantes y comercios de Beasain y Ordizia, motores de la comarca, permanecieron cerradas. Las empresas de mayor envergadura estuvieron también cerradas en general: los trabajadores de Irizar, Orkli, Jaso, Ampo y CAF se unieron a la huelga. La protesta se hizo notar sobre todo por la adhesión de los grandes centros comerciales como Eroski y Carrefour, además de los establecimientos del mismo sector como Lidl o diversos Erosles y Consumer. Los ayuntamientos también se unieron. En la comarca del Bidasoa el paro fue total en grandes empresas como CAF, mientras que en polígonos industriales como Arretxe-Ugalde o Aranibar la actividad permaneció bajo mínimos. En Legazpi, todas las pequeñas empresas hicieron huelga y entre las grandes sólo trabajó Bellota y en toda la comarca en los polígonos reinó la inactividad. En Zumarraga y Urretxu sucedió algo parecido, mientras que Arcelor-Mittal fue la única que trabajó. En Tolosa, las calles de la Parte Vieja permanecieron desiertas. En el polígono industrial Apatta-Erreka de Tolosa la actividad fue casi nula. Los trabajadores de empresas importantes como Voith no acudieron a sus puestos de trabajo. En Pasaia, todos los establecimientos de la principal vía comercial cerraron. Además, las tiendas adheridas a la asociación de comerciantes del municipio, Laurak Bat, emitieron una nota en la que anunciaban que secundaban la huelga para denunciar las dificultades y las pocas ayudas de que dispone el pequeño comercio para salir adelante. Asimismo, la actividad del puerto estuvo prácticamente parada. La estampa no era muy diferente en Errenteria, donde el centro comercial Niessen y todos los comercios del centro cerraron por completo. En Lezo y Oiartzun la incidencia de la huelga fue, si cabe, aún mayor. En este último municipio secundaron el paro los hipermercados Alcampo y Carrefour. No obstante, los servicios mínimos establecidos en el transporte público funcionaron sin altercados reseñables. Hubo otras zonas con menor seguimiento y destaca la no participación del grupo de cooperativas Mondragón. Pero la gran mayoría de asalariados guipuzcoanos no fue a trabajar el 21.

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