El 10 de mayo el Bloque Nacionalista Galego (BNG) celebró una Asamblea Nacional extraordinaria, a la que asistieron en torno a 2.400 delegados, convocada a raíz de la dimisión de toda la executiva nacional ante el fracaso electoral en las autonómicas de marzo pasado. La asamblea, que eligió a Guillerme Vázquez (UPG) como nuevo portavoz nacional, colocó en los máximos órganos de dirección, de forma muy mayoritaria, a los sectores que hasta ahora ya dirigían el Bloque.

El 10 de mayo el Bloque Nacionalista Galego (BNG) celebró una Asamblea Nacional extraordinaria, a la que asistieron en torno a 2.400 delegados, convocada a raíz de la dimisión de toda la executiva nacional ante el fracaso electoral en las autonómicas de marzo pasado. La asamblea, que eligió a Guillerme Vázquez (UPG) como nuevo portavoz nacional, colocó en los máximos órganos de dirección, de forma muy mayoritaria, a los sectores que hasta ahora ya dirigían el Bloque.


Cuatro listas concurrieron para la elección del Consello Nacional. La lista organizada en torno a la Unión do Pobo Galego (UPG) partido mayoritario en el Bloque, que obtuvo el 45,3% de los votos. La segunda lista, Máis BNG, agrupaba a los partidarios de Quintana y era sin duda la lista más a la derecha y obtuvo el 36,8% de los votos. La tercera, que logró un 14,8% de apoyo, era la apadrinada por el ex dirigente del Bloque Xosé Manuel Beiras, quien es visto como un dirigente combativo a pesar de que el giro a la derecha emprendido por el Bloque se desarrolló con fuerza cuando él era portavoz nacional.
La última lista, articulada en torno a la corriente Movemento Galego ao Socialismo se trataba de un grupo muy minoritario, con alguna posición en la CIG y que, si bien enfatizaba mucho en la necesidad de un giro a la izquierda, no presentaba un programa nada articulado más allá del deseo de volver al "nacionalismo soberanista desde coordenadas de la izquierda transformadora". Obtuvo el 3,13% de los votos.

El sector más a la derecha
no logra sus objetivos

Las dos primeras listas, las que han llevado las riendas del Bloque hasta ahora y que habían provocado su profundo retroceso electoral debido a su "giro al centro", obtenían más del 80% de los votos. El documento político a debate fue aprobado por el 78% de los delegados. Un documento que en esencia omite cualquier crítica a la política del BNG durante su estancia en la Xunta y achaca el retroceso electoral a problemas de comunicación y a la fortaleza del PP.
Para la elección del portavoz nacional se presentaron: Guillerme Vázquez, apadrinado por la UPG y Carlos Aymerich, de Máis BNG. Si bien ambos representaban el continuismo, había algunas diferencias. Aymerich representaba el sector más derechista. El sector que pretende moderar aún más el discurso y la actuación para ganar a la base social de la derecha. El sector que constantemente habla de ser el partido de "todos los gallegos" y así romper definitivamente con cualquier orientación hacia la clase trabajadora. Esta opción, que en definitiva pretende convertir al bloque en un partido nacionalista burgués a imagen de CiU o PNV no logró hacerse con la portavocía nacional, al obtener el 45% de los votos frente al 55% obtenido por Vázquez.

El BNG ante la crisis capitalista

La elección de una executiva nacional totalmente continuista no significa que la política del Bloque vaya a ser un calco de la del pasado.
La crisis del capitalismo sacudirá de arriba abajo la conciencia de la clase trabajadora en los próximos años y ésta intentará convertir a sus organizaciones en una herramienta útil para resolver sus problemas. El BNG, precisamente por tener una fuerte base entre la clase obrera gallega, como demuestra la existencia del sindicato CIG, no será ajeno a este proceso.
De hecho, el BNG tras haber sido obligado a situarse nuevamente en la oposición, ha empezado a hacer algunos guiños hacia la izquierda en un intento de recuperar terreno: cambio de alianzas electorales para las elecciones europeas (rompiendo la coalición con CiU y PNV), intentos de reactivación de sus organizaciones juveniles, declaraciones más contundentes en defensa de los derechos laborales...
Si el Bloque quiere recuperar el apoyo de amplios sectores de la clase trabajadora y la juventud, debe volver a la calle. No es suficiente decir en el parlamento que hay que defender las condiciones laborales si después la organización no se vuelca en apoyar activamente y con todos sus medios la huelga del metal de Pontevedra.
Los jóvenes y los trabajadores que militan en el BNG deben dar esta batalla y a la vez, luchar por dotarse de un programa político que defienda la ruptura con el capitalismo,  que luche hoy por la expropiación de la burguesía, por la unidad de la clase trabajadora por encima de fronteras nacionales y por la conquista del socialismo aquí y ahora.

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