La batalla interna dentro del PP sigue desarrollándose. Ninguno de los bandos está dispuesto a ceder un palmo de terreno y la lucha es encarnizada. La contienda se centra en estos momentos en el control de Caja Madrid. Esperanza Aguirre lleva meses maniobrando, consciente de que el dominio sobre la cuarta entidad financiera del país es una poderosa arma en la lucha interna por la supremacía dentro del PP.

La batalla interna dentro del PP sigue desarrollándose. Ninguno de los bandos está dispuesto a ceder un palmo de terreno y la lucha es encarnizada. La contienda se centra en estos momentos en el control de Caja Madrid. Esperanza Aguirre lleva meses maniobrando, consciente de que el dominio sobre la cuarta entidad financiera del país es una poderosa arma en la lucha interna por la supremacía dentro del PP.

Sus objetivos concretos eran un nuevo presidente de la entidad, más afín y más dependiente de la Comunidad de Madrid (CAM), y conseguir que el peso de la CAM en los órganos de gobierno de Caja Madrid aumentara drásticamente en detrimento del Ayuntamiento de Madrid, en manos de Gallardón. Con el fin de que Aguirre tenga el peso decisivo a la hora de elegir el nuevo presidente de Caja Madrid se han tomado varias iniciativas legales, como la aprobación de la nueva Ley de Cajas de Ahorro el pasado 18 de junio de la Asamblea de Madrid y la modificación de los estatutos de entidad financiera.

Difícil situación de Caja Madrid

Estos episodios de luchas intestinas se dan en un contexto en el que la salud de la propia entidad dista mucho de ser buena. La crisis económica y más en concreto el desplome del sector inmobiliario, está afectando duramente a Caja Madrid. Los créditos concedidos a este sector suponen un 19% del total. La morosidad de la caja madrileña ha alcanzado en el primer trimestre del año el 5´57%, multiplicándose por cuatro en un año. En algunas operaciones, como las titulaciones hipotecarias, la morosidad alcanza el 17%. En estas condiciones, la agencia de calificación Standard & Poor´s ha rebajado el rating de Caja Madrid de calidad superior a calidad buena, debido "a la aceleración del deterioro de la calidad de sus activos", y las perspectivas no son nada optimistas.
Mientras la tierra tiembla bajo sus pies los gestores de Caja Madrid se dedican a tomar posiciones en la lucha interna por el control de la entidad y, por si no fuera suficiente con este comportamiento escandaloso, se permiten financiar inversiones obscenas como las de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.

Participación de la izquierda en la gestión bancaria

Caja Madrid, por mucho que se hable del carácter social de las cajas, en última instancia, funciona como un banco cualquiera, siguiendo la máxima propia del capitalismo de invertir para la obtención de beneficios. Además, sus recursos, como los de cualquier banco, son un arma poderosa para seguir amasando ganancias, influencia y ganar voluntades, por lo que su control es un objetivo muy preciado.
Los trabajadores debemos ser conscientes de que mientras estos sean los criterios de funcionamiento de los bancos, en este caso de Caja Madrid, la situación no cambiará sustancialmente. Incluso en el caso de que la representatividad de las organizaciones obreras fuera mayoritaria, sólo con una banca nacionalizada y gestionada por los trabajadores y las organizaciones obreras se podrían movilizar los recursos existentes para que estos sirvan para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población.
La representación con la que cuentan las organizaciones obreras en entidades como Caja Madrid es una conquista de todos los trabajadores que bien utilizada puede servir para desenmascarar con más contundencia los manejos de los capitalistas y poder defender con más argumentos la necesidad de que la banca sea controlada y gestionada por los trabajadores. Si, por el contrario, la participación de las organizaciones obreras tiene como objetivo ser corresponsables de una gestión con criterios capitalistas en colaboración con los banqueros y las organizaciones empresariales, poniéndose como meta más ambiciosa darle un "toque" social a esta gestión, el resultado será que las organizaciones obreras serán absorbidas por la dinámica ineludible del sistema, contribuyendo a su legitimación.

Un sector de CCOO y de IU de Madrid pactan con Esperanza Aguirre

Lamentablemente los acontecimientos recientes en Caja Madrid, han vuelto a poner de manifiesto la profundidad con la que los actuales dirigentes de las organizaciones obreras están comprometidos con la gestión del sistema. Quienes han llegado más lejos han sido la Federación madrileña de Banca de CCOO (ganándose la reprimenda pública de la Unión Regional de CCOO) e IU de Madrid, que, con el argumento de garantizar la estabilidad de la entidad, han entrado en la pelea apoyando a un sector, en este caso al de Esperanza Aguirre y le han allanado el camino para conseguir sus objetivos.
Estas organizaciones han firmado un acuerdo con Esperanza Aguirre y asociaciones de consumidores en el que, entre otras cosas, se reconoce "su exclusiva capacidad (la de la presidente de la CAM) de propuesta del candidato a presidente del consejo de Caja Madrid". IU, además, votó junto con el PP a favor de la nueva Ley de Cajas de la CAM. Por su parte, el PSOE y la UGT madrileños han optado por mantenerse más al margen en la pugna entre los dos sectores del PP, aunque sin ofrecer ninguna alternativa, ni ir al fondo del asunto.
Pensamos que es necesario una profunda reflexión dentro de las organizaciones obreras. Los trabajadores no creamos nuestras organizaciones para gestionar el capitalismo, sino para derribarlo y construir una sociedad más justa y solidaria, la sociedad socialista.

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