Los días 6, 7 y 8 de noviembre se ha celebrado en Madrid el XVIII
Congreso del PCE en la sede de CCOO. En los cuatro años transcurridos
desde el anterior proceso congresual son varias y notables las
diferencias, empezando por el nuevo escenario que ha abierto la crisis
capitalista para el desarrollo de nuestro Partido. Otro aspecto de
especial relevancia es que celebramos esta reunión justo cuando se
cumple un año desde la última Asamblea Federal de IU, momento en que el
PCE recuperó la mayoría en la dirección de dicha organización.
Los días 6, 7 y 8 de noviembre se ha celebrado en Madrid el XVIII Congreso del PCE en la sede de CCOO. En los cuatro años transcurridos desde el anterior proceso congresual son varias y notables las diferencias, empezando por el nuevo escenario que ha abierto la crisis capitalista para el desarrollo de nuestro Partido. Otro aspecto de especial relevancia es que celebramos esta reunión justo cuando se cumple un año desde la última Asamblea Federal de IU, momento en que el PCE recuperó la mayoría en la dirección de dicha organización.
Los cambios han llegado también a la dirección del Partido, en la que Francisco Frutos ha sido relevado en la Secretaría General por José Luis Centella, máximo dirigente de la federación andaluza, organización más numerosa del Partido y a la que correspondió el 42% de delegados acreditados. Centella fue el cabeza de lista de la única candidatura presentada que consiguió aglutinar el voto del 85% de los delegados presentes. Dicha circunstancia, supone un cambio de dinámica respecto a los anteriores congresos, caracterizados por enfrentamientos internos en torno a la dirección del Partido y a las relaciones con IU. En esta ocasión, la nueva dirección cuenta con una amplia mayoría.
Un programa genuinamente comunista
Por encima de cualquier otra consideración, los principales avances de este congreso hay que situarlos en el plano del programa político, tal y como hemos venido señalando en artículos anteriores sobre las distintas fases del proceso congresual. Las intervenciones de los delegados han reflejado, como tono general, un giro a la izquierda, recuperando un discurso de clase. Es cierto que aún predominan análisis y propuestas del período anterior, en el sentido que no defienden una ruptura con el capitalismo, pero, no lo es menos, que han sido numerosos los planteamientos con un contenido que supera los límites de la democracia burguesa para entrar de lleno en el campo del socialismo. De hecho, la pancarta que presidió la mesa durante todo el congreso proclamaba sin ambigüedades que: "luchamos por el socialismo".
Este discurso de izquierdas ha tenido su expresión concreta en distintas enmiendas que se han incorporado al programa definitivo del PCE. Camaradas de diferentes agrupaciones del partido hemos hecho importantes aportaciones en este sentido, planteando principios fundamentales del socialismo como la necesidad de expropiar y nacionalizar lo principales sectores estratégicos de la economía, tierra, banca, energías, materias primas, etc., como requisito indispensable para la planificación democrática de la economía bajo el control de los trabajadores. De la misma forma, fueron aceptadas enmiendas que defendían medidas defensivas frente a los despidos, cierres de empresas y rebajas salariales y laborales. Entre ellas destacó la consigna de: "¡Ni un solo despido! ¡Empresa cerrada, empresa nacionalizada manteniendo su actividad bajo el control de los propios trabajadores!" Se trata, en definitiva, de que los comunistas tengamos una alternativa concreta y de lucha que ofrecer a los trabajadores, abocados por la lógica del capital -esto es, la del mantenimiento de los beneficios empresariales- a aceptar las condiciones que se les imponen para "salvar sus empresas".
Sin duda estamos ante pasos muy importantes que empujan la política del Partido en la dirección correcta. Pero, el gran reto es precisamente pasar de la teoría a la práctica, intervenir con una orientación correcta en las fábricas, las barriadas, los centros educativos, con el objetivo de hacer avanzar al movimiento y al mismo tiempo recuperar la confianza y el respeto que tuvo el partido entre la juventud y los trabajadores.
Los comunistas en los sindicatos
Como señala el propio documento político del congreso: "No basta con que el Partido elabore una línea sindical. Sin organización comunista en el mundo del trabajo es difícil que ésta se abra paso. Esto sigue siendo una carencia del Partido. Apenas si hay agrupaciones territoriales de Mundo del trabajo, y allí donde las hay tienen poca presencia organizada en los centros de trabajo". ¿Cuáles son las ideas, las tareas y los métodos que deben guiar nuestra intervención para superar esta debilidad? Nuestra actividad política en defensa de una huelga general como primer paso para presentar batalla a los ataques de la burguesía puede ser un buen ejemplo. Como sabemos, la propuesta de la huelga general está recogida en el documento de Tesis Políticas. El propio Cayo Lara, coordinador general de IU, ha defendido reiterada y públicamente su convocatoria. La cuestión ahora, es pasar de estos llamamientos públicos a la adopción de medidas prácticas que favorezca la preparación de su convocatoria. En este sentido, la manifestación convocada por IU de Andalucía el domingo 29 de noviembre en la que participaron miles de militantes y trabajadores, es un ejemplo a profundizar y extender en todo el Estado.
Este era precisamente el objetivo de la enmienda que presentamos respecto a la campaña que los militantes comunistas debemos desarrollar a favor de la huelga general. Dado que son las grandes centrales sindicales, CCOO y UGT, quienes tienen la capacidad de convocar seriamente una lucha de estas dimensiones, los comunistas que estamos organizados en el sector crítico de Comisiones Obreras podemos y debemos defender activamente esta consigna entre los afiliados, los trabajadores y, finalmente, en los órganos de dirección en los que participamos. Se trata de empujar desde la base a la mayoría oficialista, cuya posición actual consiste en no romper puentes con el gobierno y la patronal, apostando por el diálogo social. Aunque esta enmienda fue rechazada por los camaradas de la dirección, con argumentos que recordaban la "posición oficial" de la dirección del sindicato, tuvo el apoyo de una cincuentena de delegados.
Estamos ante un aspecto fundamental para la recuperación y fortalecimiento de nuestra Partido: el papel que deben jugar los comunistas en las organizaciones obreras, en el sindicato de CCOO o cualquier otro en el que participemos, y por extensión en cualquier lucha por pequeña que ésta sea. En el último congreso confederal, el apoyo de los Críticos a la candidatura de Toxo, frente a la deriva derechista de Fidalgo, fue correcto. Pero esto no implica aceptar su política sindical, máxime, cuando esta política no conecta con el sentir general de los trabajadores que buscan una respuesta de sus organizaciones en plena ofensiva de la patronal. Desde nuestra defensa de un sindicalismo de clase, democrático y combativo, respetamos los acuerdos internos del sindicato que provienen y están sometidos al criterio y el control de la base. Pero, al mismo tiempo, los comunistas integrantes del Sector Crítico defendemos entre los trabajadores un alternativa comunista y también la necesidad de convocar una huelga general. Precisamente esta es la forma más democrática de ganar apoyo hacia nuestras consignas y cambiar la posición "oficial" del sindicato. No hay contradicción alguna entre ambos aspectos de la actividad sindical. Todo lo contrario. Supone la coherencia más firme entre lo que se aprueba en los debates internos y lo que luego se hace en la calle.
Por una refundación de IU basada en la lucha contra el capitalismo
También fue motivo de polémica en el congreso las relaciones y el papel de nuestro Partido respecto a IU. De hecho, nuestro Congreso ha coincido con el lanzamiento público de la Refundación de IU. Dicha campaña, aprobada en la Asamblea Federal del pasado mes de noviembre, es un intento de resolver la contradicción que supone que un momento extraordinariamente favorable para quienes proponen una alternativa anticapitalista, encuentre a IU sumida en la crisis más grave de su historia. El desarrollo de Die Linke en Alemania o el Bloco de Esquerda en Portugal, refleja que existen sectores de la juventud y el movimiento obrero cada vez más numerosos que buscan una alternativa a la izquierda de los gobiernos y dirigentes socialdemócratas. La propuesta finalmente aprobada, propone dotar a IU de un discurso y un programa alternativos al capitalismo, intentando agrupar a su alrededor a todos aquellos que defienden esta misma acción política, con el objetivo de fortalecer una alternativa de izquierdas en el Estado español.
Los camaradas partidarios de romper con IU o reducir nuestra implicación en dicha organización, finalmente quedaron en minoría en el congreso. Por supuesto, no se trata de olvidar los errores cometidos por la anterior dirección de IU, ni mucho menos, de ocultar la política seguidista respecto a la política del gobierno PSOE que el sector llamazarista ha practicado durante tantos años. Por el contrario, precisamente el objetivo es corregir dicha política de nefastos resultados, luchando por dotar a este giro de IU de un programa anticapitalista y socialista. En este proceso de Refundación, los comunistas debemos ser el sector más activo y consecuente, aquellos que encabecen la actividad práctica que permita pasar de las palabras a los hechos.
Los cambios han llegado también a la dirección del Partido, en la que Francisco Frutos ha sido relevado en la Secretaría General por José Luis Centella, máximo dirigente de la federación andaluza, organización más numerosa del Partido y a la que correspondió el 42% de delegados acreditados. Centella fue el cabeza de lista de la única candidatura presentada que consiguió aglutinar el voto del 85% de los delegados presentes. Dicha circunstancia, supone un cambio de dinámica respecto a los anteriores congresos, caracterizados por enfrentamientos internos en torno a la dirección del Partido y a las relaciones con IU. En esta ocasión, la nueva dirección cuenta con una amplia mayoría.
Un programa genuinamente comunista
Por encima de cualquier otra consideración, los principales avances de este congreso hay que situarlos en el plano del programa político, tal y como hemos venido señalando en artículos anteriores sobre las distintas fases del proceso congresual. Las intervenciones de los delegados han reflejado, como tono general, un giro a la izquierda, recuperando un discurso de clase. Es cierto que aún predominan análisis y propuestas del período anterior, en el sentido que no defienden una ruptura con el capitalismo, pero, no lo es menos, que han sido numerosos los planteamientos con un contenido que supera los límites de la democracia burguesa para entrar de lleno en el campo del socialismo. De hecho, la pancarta que presidió la mesa durante todo el congreso proclamaba sin ambigüedades que: "luchamos por el socialismo".
Este discurso de izquierdas ha tenido su expresión concreta en distintas enmiendas que se han incorporado al programa definitivo del PCE. Camaradas de diferentes agrupaciones del partido hemos hecho importantes aportaciones en este sentido, planteando principios fundamentales del socialismo como la necesidad de expropiar y nacionalizar lo principales sectores estratégicos de la economía, tierra, banca, energías, materias primas, etc., como requisito indispensable para la planificación democrática de la economía bajo el control de los trabajadores. De la misma forma, fueron aceptadas enmiendas que defendían medidas defensivas frente a los despidos, cierres de empresas y rebajas salariales y laborales. Entre ellas destacó la consigna de: "¡Ni un solo despido! ¡Empresa cerrada, empresa nacionalizada manteniendo su actividad bajo el control de los propios trabajadores!" Se trata, en definitiva, de que los comunistas tengamos una alternativa concreta y de lucha que ofrecer a los trabajadores, abocados por la lógica del capital -esto es, la del mantenimiento de los beneficios empresariales- a aceptar las condiciones que se les imponen para "salvar sus empresas".
Sin duda estamos ante pasos muy importantes que empujan la política del Partido en la dirección correcta. Pero, el gran reto es precisamente pasar de la teoría a la práctica, intervenir con una orientación correcta en las fábricas, las barriadas, los centros educativos, con el objetivo de hacer avanzar al movimiento y al mismo tiempo recuperar la confianza y el respeto que tuvo el partido entre la juventud y los trabajadores.
Los comunistas en los sindicatos
Como señala el propio documento político del congreso: "No basta con que el Partido elabore una línea sindical. Sin organización comunista en el mundo del trabajo es difícil que ésta se abra paso. Esto sigue siendo una carencia del Partido. Apenas si hay agrupaciones territoriales de Mundo del trabajo, y allí donde las hay tienen poca presencia organizada en los centros de trabajo". ¿Cuáles son las ideas, las tareas y los métodos que deben guiar nuestra intervención para superar esta debilidad? Nuestra actividad política en defensa de una huelga general como primer paso para presentar batalla a los ataques de la burguesía puede ser un buen ejemplo. Como sabemos, la propuesta de la huelga general está recogida en el documento de Tesis Políticas. El propio Cayo Lara, coordinador general de IU, ha defendido reiterada y públicamente su convocatoria. La cuestión ahora, es pasar de estos llamamientos públicos a la adopción de medidas prácticas que favorezca la preparación de su convocatoria. En este sentido, la manifestación convocada por IU de Andalucía el domingo 29 de noviembre en la que participaron miles de militantes y trabajadores, es un ejemplo a profundizar y extender en todo el Estado.
Este era precisamente el objetivo de la enmienda que presentamos respecto a la campaña que los militantes comunistas debemos desarrollar a favor de la huelga general. Dado que son las grandes centrales sindicales, CCOO y UGT, quienes tienen la capacidad de convocar seriamente una lucha de estas dimensiones, los comunistas que estamos organizados en el sector crítico de Comisiones Obreras podemos y debemos defender activamente esta consigna entre los afiliados, los trabajadores y, finalmente, en los órganos de dirección en los que participamos. Se trata de empujar desde la base a la mayoría oficialista, cuya posición actual consiste en no romper puentes con el gobierno y la patronal, apostando por el diálogo social. Aunque esta enmienda fue rechazada por los camaradas de la dirección, con argumentos que recordaban la "posición oficial" de la dirección del sindicato, tuvo el apoyo de una cincuentena de delegados.
Estamos ante un aspecto fundamental para la recuperación y fortalecimiento de nuestra Partido: el papel que deben jugar los comunistas en las organizaciones obreras, en el sindicato de CCOO o cualquier otro en el que participemos, y por extensión en cualquier lucha por pequeña que ésta sea. En el último congreso confederal, el apoyo de los Críticos a la candidatura de Toxo, frente a la deriva derechista de Fidalgo, fue correcto. Pero esto no implica aceptar su política sindical, máxime, cuando esta política no conecta con el sentir general de los trabajadores que buscan una respuesta de sus organizaciones en plena ofensiva de la patronal. Desde nuestra defensa de un sindicalismo de clase, democrático y combativo, respetamos los acuerdos internos del sindicato que provienen y están sometidos al criterio y el control de la base. Pero, al mismo tiempo, los comunistas integrantes del Sector Crítico defendemos entre los trabajadores un alternativa comunista y también la necesidad de convocar una huelga general. Precisamente esta es la forma más democrática de ganar apoyo hacia nuestras consignas y cambiar la posición "oficial" del sindicato. No hay contradicción alguna entre ambos aspectos de la actividad sindical. Todo lo contrario. Supone la coherencia más firme entre lo que se aprueba en los debates internos y lo que luego se hace en la calle.
Por una refundación de IU basada en la lucha contra el capitalismo
También fue motivo de polémica en el congreso las relaciones y el papel de nuestro Partido respecto a IU. De hecho, nuestro Congreso ha coincido con el lanzamiento público de la Refundación de IU. Dicha campaña, aprobada en la Asamblea Federal del pasado mes de noviembre, es un intento de resolver la contradicción que supone que un momento extraordinariamente favorable para quienes proponen una alternativa anticapitalista, encuentre a IU sumida en la crisis más grave de su historia. El desarrollo de Die Linke en Alemania o el Bloco de Esquerda en Portugal, refleja que existen sectores de la juventud y el movimiento obrero cada vez más numerosos que buscan una alternativa a la izquierda de los gobiernos y dirigentes socialdemócratas. La propuesta finalmente aprobada, propone dotar a IU de un discurso y un programa alternativos al capitalismo, intentando agrupar a su alrededor a todos aquellos que defienden esta misma acción política, con el objetivo de fortalecer una alternativa de izquierdas en el Estado español.
Los camaradas partidarios de romper con IU o reducir nuestra implicación en dicha organización, finalmente quedaron en minoría en el congreso. Por supuesto, no se trata de olvidar los errores cometidos por la anterior dirección de IU, ni mucho menos, de ocultar la política seguidista respecto a la política del gobierno PSOE que el sector llamazarista ha practicado durante tantos años. Por el contrario, precisamente el objetivo es corregir dicha política de nefastos resultados, luchando por dotar a este giro de IU de un programa anticapitalista y socialista. En este proceso de Refundación, los comunistas debemos ser el sector más activo y consecuente, aquellos que encabecen la actividad práctica que permita pasar de las palabras a los hechos.