La empresa Serunión despidió de manera totalmente injusta al compañero Juan Carrasco, trabajador de la cafetería del Hospital Civil de Málaga y delegado sindical de CCOO. El pasado 23 de noviembre se produjo la readmisión del compañero, en cumplimiento de la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que declaró NULO el despido por "violación de los derechos fundamentales a la libertad sindical y de indemnidad". Después de más de un año y medio de lucha, la sentencia prueba la actitud antisindical de la empresa y le obliga a la readmisión de Juan y al pago de todos los salarios atrasados.
La empresa Serunión despidió de manera totalmente injusta al compañero Juan Carrasco, trabajador de la cafetería del Hospital Civil de Málaga y delegado sindical de CCOO. El pasado 23 de noviembre se produjo la readmisión del compañero, en cumplimiento de la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que declaró NULO el despido por "violación de los derechos fundamentales a la libertad sindical y de indemnidad". Después de más de un año y medio de lucha, la sentencia prueba la actitud antisindical de la empresa y le obliga a la readmisión de Juan y al pago de todos los salarios atrasados.
El Militante.- ¿Cómo empieza el conflicto, de qué se te acusó?
Juan Carrasco.- Llevo trabajando casi diez años en la cafetería del Hospital Civil de Málaga y hace más de año y medio que Serunión, la empresa que explota la concesión administrativa, me despidió por "bajo rendimiento". Tres meses antes me había sancionado con falta muy grave de suspensión de empleo y sueldo de 16 días por poner en el tablón de anuncios de la sección sindical una nota informativa criticando a la empresa. Esta ofensiva no ocurre por casualidad. Previamente, cuando fui designado por CCOO como delegado de la sección sindical en Serunión, desarrollé una acción sindical férrea en defensa de los derechos de todos los trabajadores, presentando ante la dirección numerosas peticiones, reclamaciones, quejas y también denuncias ante la Inspección de Trabajo por las irregularidades y arbitrariedades que esta empresa originaba.
Desde los servicios jurídicos de mi sindicato recurrimos tanto la sanción como el posterior despido por atentar contra los derechos fundamentales de los trabajadores, pues el objetivo de la empresa era eliminar la acción sindical de CCOO, coartando el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad sindical, como ha quedado demostrado en la sentencia de la sanción y posteriormente en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra mi despido, revocando una resolución anterior, pues tanto el juez como el fiscal no resolvieron con arreglo a los hechos demostrados y probados.
EM.- ¿Cómo respondiste a estos atropellos?
JC.- Hemos desarrollado una campaña de respuesta frente al despido, con concentraciones ante los juzgados, reuniones de sindicalistas, pegadas masivas de miles de carteles, recogida de miles de firmas de trabajadores de Málaga y de todo el Estado, resoluciones de cientos de delegados sindicales y de comités de empresa, un modelo de cómo enfrentarse a este tipo de agresiones, con las ideas y los métodos de un sindicalismo combativo, de clase y democrático. Una acción sindical basada en impulsar la movilización de la clase obrera, aumentar su capacidad de organización y elevar permanentemente su nivel de conciencia. Este es el camino para derrotar la arrogancia de la patronal y sus prácticas antisindicales y defender nuestros derechos como trabajadores, éste es el modelo de sindicalismo que necesitamos los trabajadores.
A todos aquellos que me han apoyado en esta lucha quiero darles las gracias de todo corazón. A esto debemos este triunfo.
EM.- ¿Cómo valoras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía?
JC.- En la actual situación donde la empresas están cometiendo toda clase de atropellos contra los trabajadores y que no respetan ni leyes, ni los derechos más fundamentales de los trabajadores, y nadie hace nada, la valoro muy positivamente, puesto que plantea que Serunión decidió con mi despido eliminar la acción sindical que le resultaba molesta, además no justifica el motivo aducido de "bajo rendimiento" para el despido sino que consigna las cantidades para ahorrarse los salarios de tramitación. Y por tanto resuelve la nulidad del despido obligando a mi readmisión con los siguientes términos en el fallo: "declaramos NULO, por violación de derechos fundamentales del derecho de libertad sindical y de indemnidad, y condenamos a la empresa demandada Serunión SA a la readmisión inmediata del actor en su mismo puesto y condiciones de trabajo y a abonarle los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido, (...) condenamos a la empresa demandada a pagar al actor una indemnización adicional de 4.500 euros".
EM.- Tu caso es una demostración de que es posible otro sindicalismo y que con ideas, determinación y confianza en el conjunto de los trabajadores se puede ganar. En definitiva, un ejemplo de que la lucha sirve. ¿Qué opinión te merece la práctica sindical llevada por los dirigentes de CCOO y UGT, en un momento tan crítico como el actual?
JC.- No me han podido comprar, no me han doblegado, me he mantenido firme y así seguiré porque la única lucha que se pierde es la lucha que se abandona. Todas aquellas luchas, demandas judiciales importantes, etc., que ganamos contra las empresas tienen que ser conocidas por todos. Por eso he entregado a los compañeros de la Ejecutiva del Sindicato de Hostelería una copia de la sentencia para que sea repartida y puesta en conocimiento de todos los delegados y delegadas, comités de empresa y secciones sindicales. Pero no debe reducirse al ámbito estrictamente sindical, por eso vamos a ponerlo en conocimiento a todos los trabajadores y la ciudadanía en general, con pegadas de carteles, reparto de octavillas, etc.
Es un escándalo que haya empresas que tengan acuerdos con la administración del Estado habiendo sido sancionadas y penadas por violar los derechos fundamentales. Tenemos que exigir que en los pliegos de condiciones se recoja como causa de rescisión de la concesión el incumplimiento de las leyes tanto laborales, como el incumplimiento de los convenios colectivos por parte de las empresas adjudicatarias, y si esto ya ocurre, lo cual sería un escándalo mayor aún, exigir que se cumplan.
Por último, y no menos importante, no conseguiremos nada con la política sindical de "cada uno por su lado", excepto gastar energías y debilitarnos. Por eso es necesario que las direcciones sindicales de CCOO y UGT unifiquen todas las luchas en el Estado español y reivindiquen: un subsidio de desempleo indefinido a todos los parados hasta encontrar un puesto de trabajo, igual a un SMI de 1.100 euros y la condonación de sus deudas hipotecarias. Jornada laboral de 35 horas semanales por ley, repartiendo el empleo existente entre todos los trabajadores sin reducción salarial. Jubilación a los 60 años con el 100% del salario y contratos de relevo. Asegurar el sistema público de pensiones. Los EREs no son la solución a los despidos. Nacionalización de las empresas en crisis, sin indemnización y bajo el control de los trabajadores y sus organizaciones, para salvar todos los empleos. Oposición tajante a ninguna reforma laboral. Recuperación de la dignidad y la estabilidad en el empleo. No a las rebajas salariales, recuperación del poder adquisitivo. Parar todos los planes de privatización de los servicios públicos, aumentar el empleo y los recursos destinados a la sanidad y la educación públicas. Nacionalización de la banca, los monopolios y los latifundios, lo que permitiría poner en marcha grandes programas de inversión pública en infraestructuras, vivienda, educación y sanidad públicas.
Juan Carrasco.- Llevo trabajando casi diez años en la cafetería del Hospital Civil de Málaga y hace más de año y medio que Serunión, la empresa que explota la concesión administrativa, me despidió por "bajo rendimiento". Tres meses antes me había sancionado con falta muy grave de suspensión de empleo y sueldo de 16 días por poner en el tablón de anuncios de la sección sindical una nota informativa criticando a la empresa. Esta ofensiva no ocurre por casualidad. Previamente, cuando fui designado por CCOO como delegado de la sección sindical en Serunión, desarrollé una acción sindical férrea en defensa de los derechos de todos los trabajadores, presentando ante la dirección numerosas peticiones, reclamaciones, quejas y también denuncias ante la Inspección de Trabajo por las irregularidades y arbitrariedades que esta empresa originaba.
Desde los servicios jurídicos de mi sindicato recurrimos tanto la sanción como el posterior despido por atentar contra los derechos fundamentales de los trabajadores, pues el objetivo de la empresa era eliminar la acción sindical de CCOO, coartando el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la libertad sindical, como ha quedado demostrado en la sentencia de la sanción y posteriormente en la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía contra mi despido, revocando una resolución anterior, pues tanto el juez como el fiscal no resolvieron con arreglo a los hechos demostrados y probados.
EM.- ¿Cómo respondiste a estos atropellos?
JC.- Hemos desarrollado una campaña de respuesta frente al despido, con concentraciones ante los juzgados, reuniones de sindicalistas, pegadas masivas de miles de carteles, recogida de miles de firmas de trabajadores de Málaga y de todo el Estado, resoluciones de cientos de delegados sindicales y de comités de empresa, un modelo de cómo enfrentarse a este tipo de agresiones, con las ideas y los métodos de un sindicalismo combativo, de clase y democrático. Una acción sindical basada en impulsar la movilización de la clase obrera, aumentar su capacidad de organización y elevar permanentemente su nivel de conciencia. Este es el camino para derrotar la arrogancia de la patronal y sus prácticas antisindicales y defender nuestros derechos como trabajadores, éste es el modelo de sindicalismo que necesitamos los trabajadores.
A todos aquellos que me han apoyado en esta lucha quiero darles las gracias de todo corazón. A esto debemos este triunfo.
EM.- ¿Cómo valoras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía?
JC.- En la actual situación donde la empresas están cometiendo toda clase de atropellos contra los trabajadores y que no respetan ni leyes, ni los derechos más fundamentales de los trabajadores, y nadie hace nada, la valoro muy positivamente, puesto que plantea que Serunión decidió con mi despido eliminar la acción sindical que le resultaba molesta, además no justifica el motivo aducido de "bajo rendimiento" para el despido sino que consigna las cantidades para ahorrarse los salarios de tramitación. Y por tanto resuelve la nulidad del despido obligando a mi readmisión con los siguientes términos en el fallo: "declaramos NULO, por violación de derechos fundamentales del derecho de libertad sindical y de indemnidad, y condenamos a la empresa demandada Serunión SA a la readmisión inmediata del actor en su mismo puesto y condiciones de trabajo y a abonarle los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido, (...) condenamos a la empresa demandada a pagar al actor una indemnización adicional de 4.500 euros".
EM.- Tu caso es una demostración de que es posible otro sindicalismo y que con ideas, determinación y confianza en el conjunto de los trabajadores se puede ganar. En definitiva, un ejemplo de que la lucha sirve. ¿Qué opinión te merece la práctica sindical llevada por los dirigentes de CCOO y UGT, en un momento tan crítico como el actual?
JC.- No me han podido comprar, no me han doblegado, me he mantenido firme y así seguiré porque la única lucha que se pierde es la lucha que se abandona. Todas aquellas luchas, demandas judiciales importantes, etc., que ganamos contra las empresas tienen que ser conocidas por todos. Por eso he entregado a los compañeros de la Ejecutiva del Sindicato de Hostelería una copia de la sentencia para que sea repartida y puesta en conocimiento de todos los delegados y delegadas, comités de empresa y secciones sindicales. Pero no debe reducirse al ámbito estrictamente sindical, por eso vamos a ponerlo en conocimiento a todos los trabajadores y la ciudadanía en general, con pegadas de carteles, reparto de octavillas, etc.
Es un escándalo que haya empresas que tengan acuerdos con la administración del Estado habiendo sido sancionadas y penadas por violar los derechos fundamentales. Tenemos que exigir que en los pliegos de condiciones se recoja como causa de rescisión de la concesión el incumplimiento de las leyes tanto laborales, como el incumplimiento de los convenios colectivos por parte de las empresas adjudicatarias, y si esto ya ocurre, lo cual sería un escándalo mayor aún, exigir que se cumplan.
Por último, y no menos importante, no conseguiremos nada con la política sindical de "cada uno por su lado", excepto gastar energías y debilitarnos. Por eso es necesario que las direcciones sindicales de CCOO y UGT unifiquen todas las luchas en el Estado español y reivindiquen: un subsidio de desempleo indefinido a todos los parados hasta encontrar un puesto de trabajo, igual a un SMI de 1.100 euros y la condonación de sus deudas hipotecarias. Jornada laboral de 35 horas semanales por ley, repartiendo el empleo existente entre todos los trabajadores sin reducción salarial. Jubilación a los 60 años con el 100% del salario y contratos de relevo. Asegurar el sistema público de pensiones. Los EREs no son la solución a los despidos. Nacionalización de las empresas en crisis, sin indemnización y bajo el control de los trabajadores y sus organizaciones, para salvar todos los empleos. Oposición tajante a ninguna reforma laboral. Recuperación de la dignidad y la estabilidad en el empleo. No a las rebajas salariales, recuperación del poder adquisitivo. Parar todos los planes de privatización de los servicios públicos, aumentar el empleo y los recursos destinados a la sanidad y la educación públicas. Nacionalización de la banca, los monopolios y los latifundios, lo que permitiría poner en marcha grandes programas de inversión pública en infraestructuras, vivienda, educación y sanidad públicas.