¡No a los EREs! ¡No a la destrucción de empleo!

¡No a los EREs! ¡No a la destrucción de empleo!

La dirección de Arcelor, pese a todos los anuncios de recuperación de los pedidos y de la recuperación de la Bolsa, continúa profundizando en los ataques a nuestras condiciones de trabajo. No tiene ningún empacho en prorrogar otros seis meses el ERE que finalizaba en diciembre del 2009, aunque ahora se aplicará en aquellos talleres que se vean afectados por el descenso de la producción, y no como hasta ahora al conjunto de la plantilla, importando muy poco que el trabajo que se realizaba estuviese o no implicado en la producción. Como señalan desde el Comité Europeo de la Siderurgia: "La empresa está utilizando la crisis para reducir sus gastos y hacer una industria del acero de bajo coste".

Con la visita del ministro de Industria, Miguel Sebastián, a las plantas asturianas de Arcelor-Mittal se anunciaron inversiones millonarias. Se hablaba de 300 millones de euros para la reforma y ampliación de uno de los hornos altos y ampliaciones en las acerías de Avilés y Gijón. Al día siguiente de este anuncio la empresa se apresuró en dejarlo claro: no hay fecha para la remodelación del horno alto. Como explica muy bien Luis Ángel Colunga, coordinador de los sindicatos de Arcelor en Europa: "...En Europa hay exceso de capacidad de producción de acero y es muy difícil pensar en nuevas inversiones cuando un 30% de las instalaciones están paradas. (...) sería una sorpresa que Arcelor acometa la reforma del horno alto B de Gijón cuando tiene nueve hornos altos parados en Europa y no hay demanda en el mercado para que se aumente la capacidad". La dirección de la empresa dejó clara su intención para el próximo año de "saturar de carga de trabajo sus instalaciones y seguir adelante con el programa de reducción de costes". Se puede decir más alto pero no más claro.
    
Política sindical del ‘mal menor', un callejón sin salida

Han anunciado su intención de eliminar 10.000 puestos de trabajo del Grupo Arcelor-Mittal en Europa (unos 1.300 de ellos en Asturias). Tratan de limitar la reducción al personal de estructuras y que todas las salidas sean por la vía de las prejubilaciones. Los dirigentes sindicales ya han dicho que no van aceptar que se vayan con otras condiciones distintas a las de años anteriores, pero lamentablemente siguen con la estrategia de aceptar el "mal menor". Según José Luis Porto, portavoz de USO: "...estamos convencidos de que hemos llegado a un buen acuerdo porque se va a aplicar de una forma más racional de lo que se venía haciendo hasta ahora". Lo que parece descartado es que todo aquel que se vaya, sea por contrato relevo. Hasta ahora se hacía un contrato relevo por cada dos jubilados, parece que el número de nuevas incorporaciones por cada nueva jubilación va a ser todavía menor, con lo que la reducción de platilla está servida. ¡La debilidad invita a la agresión!
Pero, todos estos planes a la empresa no le parecen suficientes y planea una nueva vuelta de tuerca con una nueva reestructuración. Profundizando en el camino emprendido con el Plan Arco, ahora se plantea que el personal de producción pase a realizar tareas de mantenimiento y viceversa. Intentando aumentar los ritmos laborales y degradando aún más las condiciones de trabajo. ¿Hay alguien que se pueda creer que la reducción de personal no va afectar a mantenimiento y producción?
Este mes está previsto que comiencen las negociaciones del nuevo Acuerdo Marco para todo el Grupo Arcelor en el Estado español. Evidentemente los trabajadores necesitamos un giro en la política sindical, no se puede continuar aceptando el "mal menor", porque estamos viendo que nos lleva a un callejón sin salida, y que termina beneficiando a los intereses de la patronal. Necesitamos un sindicalismo que se enfrente a los problemas. UGT y CCOO tienen que dar un giro y plantear un plan serio de asambleas en los tajos para levantar reivindicaciones y movilizar de forma contundente al conjunto de los trabajadores frente a estos ataques:
· En defensa de todos los puestos de trabajo. No a los ERE, ni a los despidos.
· Ningún retroceso en nuestras conquistas laborales.
· Por la integración de las plantillas auxiliares.
· Que la empresa vuelva a ser pública, esta vez bajo el control de los trabajadores.
Esto debería ligarse con un plan de lucha del sector del Metal que ha sido castigado en este último año con la pérdida de 8.000 puestos de trabajo en la región.
 

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