¡No a la especulación urbanística!
El domingo 31 de enero las alegres fachadas de El Cabanyal (antiguo barrio pesquero de Valencia), viva representación del conocido como modernismo popular, y carne de derribo, acogieron la seguramente mayor manifestación de su historia. 30.000 personas arroparon una lucha vecinal que lleva once años y se enfrentaron al salvajismo especulativo del PP. El Ayuntamiento de Rita Barberà lleva tiempo intentando arramblar con una parte del barrio, extendiendo la Avenida Blasco Ibáñez hasta el mar, y así establecer un puente de playa para un objetivo más ambicioso: alejar a los vecinos trabajadores, expropiándoles por cuatro euros, o arrinconándoles, y crear en el apetitoso litoral mediterráneo una zona urbanizada de lujo, a mayor gloria de los beneficios de constructoras de residencias de lujo, y de restaurantes y hoteles exclusivos.
La Asociación de Vecinos del barrio y Salvem El Cabanyal han dado un enorme paso adelante a la lucha, implicando a toda la población valenciana (participaron afectados de otras zonas víctimas de especulación). La participación masiva ha sido animada por la prepotencia de Rita (que parece dispuesta a acometer los derribos digan lo que digan jueces y Gobierno), y por algunas sentencias y el ejecutivo de Zapatero, que, con mucho retraso, ha ordenado la paralización de los planes y los ha denunciado al Tribunal Constitucional.
Pero la razón de fondo de esta masividad es la rabia acumulada contra la política del PP y contra todos los ataques a los servicios públicos, al empleo, etc. Cuando existe un cauce esta rabia se expresa. Los dirigentes de las principales organizaciones de izquierda y sindicatos (prácticamente desaparecidas en esta movilización) deberían tomar nota.