¡Hay que unificar las plantillas mediante un plan de lucha!
El malestar entre la plantilla crece y cada día se hace más palpable ante la chulería y la prepotencia de la empresa que, no contenta con el Plan Arco (reducción de puestos de producción, polivalencia...), la reducción de plantilla de las contratas, la congelación salarial en la práctica y la reducción de puestos de estructura (mandos, oficinas, almacenes, Hospitalillo...), ahora quiere más: un nuevo plan, reestructuración de los mantenimientos, o mejor dicho la eliminación del mantenimiento en los turnos, creando las figuras del operador-mantenedor y la del mantenedor-operador. Lo más alarmante es que lo está intentando hacer sin negociar con el comité de empresa, lo cual dice mucho del poco respeto que le tiene.
¡Hay que unificar las plantillas mediante un plan de lucha!
El malestar entre la plantilla crece y cada día se hace más palpable ante la
chulería y la prepotencia de la empresa que, no contenta con el Plan Arco
(reducción de puestos de producción, polivalencia...), la reducción de
plantilla de las contratas, la congelación salarial en la práctica y la
reducción de puestos de estructura (mandos, oficinas, almacenes,
Hospitalillo...), ahora quiere más: un nuevo plan, reestructuración de los
mantenimientos, o mejor dicho la eliminación del mantenimiento en los turnos,
creando las figuras del operador-mantenedor y la del mantenedor-operador. Lo
más alarmante es que lo está intentando hacer sin negociar con el comité de
empresa, lo cual dice mucho del poco respeto que le tiene.
Tanto en el tren de alambrón como en el sínter (instalación en la que se
prepara el mineral de hierro para alimentar los hornos altos) de Gijón los
compañeros se están movilizando. En el tren de alambrón la empresa pretende
eliminar 32 puestos operativos (producción y mantenimiento) y repartir las
tareas entre el resto de la plantilla. Lo lamentable es que los dirigentes de
UGT y USO firmaron el acta de acuerdo de reorganización sin contar con los
interesados... ¡hasta impidieron que se pudieran realizar asambleas! Como
respuesta, desde la segunda semana de febrero hay convocadas dos horas de paro
por turno, en rechazo a este plan, convocados por CCOO y CSI. En sínter la
empresa se niega a reconocer el plus por jefatura de equipo y un grado salarial
recogidos en dicho plan. Estos compañeros recogieron firmas solicitando al
pleno del comité de empresa la convocatoria de una asamblea, encontrándose con
la negativa de UGT y de USO (que hacen la actual mayoría). Posteriormente, en
una asamblea convocada por CCOO se decidió la convocatoria de dos horas de paro
por turno exigiendo lo prometido en el Plan Arco.
En el tren de hojalata de Avilés la empresa trata de ir adelantando terreno
aplicando, en la práctica, lo que será el futuro plan de mantenimiento:
negándose a cubrir las bajas en los puestos, teniendo 75 cubre-bajas, cuando lo
normal sería tener 10. Estos compañeros, al no tener ni puesto ni turno, pueden
ser movidos a antojo de la empresa (sin llegar a estos extremos, es una
constate en todos los talleres). Ahora la empresa pretende vía cursillos fuera
de horario laboral, dar formación para que sean los trabajadores de
producción los que realicen los trabajos de mantenimiento en caso de avería.
Eliminando así de un plumazo más de 30 puestos de trabajo y adelantándose a
ningún tipo de acuerdo con el comité de empresa.
Responder unificadamente la ofensiva de la empresa
El plan que han presentado supone el desmantelamiento de mantenimiento, eliminando el personal de mantenimiento a turnos, integrándolo en la producción (el mantenedor-operador) o pasándolo a jornada normal pero con la obligatoriedad de las guardias, que viendo cómo están las instalaciones, va a suponer estar constantemente al pie del cañón. Ante una avería, ¿cuál sería la lógica a realizar con el nuevo plan? Primero intervendría el operador-mantenedor, en caso de que no fuese capaz a subsanarlo, vendría el mantenedor-operador. En el caso de que tampoco se encontrara arreglo se requeriría a la guardia. Para cualquiera que conozca una empresa de estas características, nada o muy poco pueden hacer una o dos personas. Y sabiendo que las instalaciones no van a rejuvenecer sino que van para viejas ya que la empresa no invierte ni un duro en mejorarlas, necesitan más mantenimiento (sin mencionar las medidas de seguridad). Todo esto supondrá que la plantilla de guardia estará constantemente en la planta. Así, alegremente, la empresa se quiere ahorrar otros 400 puestos de trabajo.
La empresa está claramente a la ofensiva. Además de reducir puestos de trabajo y de meter más presión a la plantilla ahora exigen que el gobierno les baje la tarifa eléctrica para "mejorar la productividad", esto ya suena a cuento chino a muchos trabajadores. Los dirigentes sindicales dicen estar a favor de un pacto con la empresa "a cambio de que acometa las inversiones necesarias". Pero recordemos que los capitalistas no invierten por amor al arte sino en ocasiones donde sepan que van a conseguir más beneficios, y el problema es que con la crisis económica mundial el horizonte de posibilidades se acorta, con lo cual en un mercado muy competitivo y salvaje, capitalistas como Mittal tienen dos opciones: invertir, que significa desembolsar capital que quizás no recuperes a corto ni medio plazo, o lo más fácil y directo que es arrancar más beneficios del sudor de los trabajadores. Obviamente el empresario está optando por la segunda opción. Lo que hace falta es una respuesta contundente de los trabajadores y en esta lucha de fuerzas la estrategia sindical adquiere una importancia crucial. No es lo mismo que los compañeros de Gijón vayan a la huelga separados de los de Avilés, ni que un sector lo haga un día mientras otro se quede trabajando. Así los trabajadores perdemos fuerza, lo que hace falta es golpear todos juntos cuantas veces haga falta, es decir necesitamos un plan de lucha coordinado entre todos los sectores, discutido y votado en asambleas. La lógica sindical del "mal menor" siempre acaba en el "mal mayor" que es la pérdida de puestos de trabajo. No se puede consentir que el señor Mittal gane 85,5 millones de euros en 2009, mientras miles de trabajadores se parten el lomo para llegar a fin de mes. Si aceptamos la lógica del empresario estamos perdidos. En cambio si se nacionalizara Arcelor bajo control de los trabajadores se podrían utilizar esos beneficios para modernizar instalaciones, contratar más personal y mejorar las condiciones laborales. Para luchar por esta alternativa hace falta organizarnos y exigir a nuestros dirigentes que nos escuchen.