Con la actual crisis del sistema capitalista todos los derechos que habían sido conseguidos gracias a años de lucha de los trabajadores están siendo recortados. Lo importante para la burguesía es seguir manteniendo su margen de beneficios, a costa de la clase trabajadora. Para conseguirlo no dudan en convertir derechos fundamentales de la clase trabajadora en negocios para el lucro de unos pocos. En este sentido, estamos viviendo un proceso de privatizaciones salvaje, con la Comunidad de Madrid a la cabeza. Sólo hay que echar un vistazo a la sanidad, la educación, etc.
No al préstamo de pago en bibliotecas
Con la actual crisis del sistema capitalista todos los derechos que habían sido conseguidos gracias a años de lucha de los trabajadores están siendo recortados. Lo importante para la burguesía es seguir manteniendo su margen de beneficios, a costa de la clase trabajadora. Para conseguirlo no dudan en convertir derechos fundamentales de la clase trabajadora en negocios para el lucro de unos pocos. En este sentido, estamos viviendo un proceso de privatizaciones salvaje, con la Comunidad de Madrid a la cabeza. Sólo hay que echar un vistazo a la sanidad, la educación, etc.
Pero esto no ocurre sólo en las comunidades gobernadas por la derecha. Por ejemplo en Castilla - La Mancha, el gobierno del PSOE ha decidido aumentar el proyecto Aula 2.0 para dar un portátil a todos los niños de 5º de primaria de 147 colegios concertados de la región. Así, los empresarios que se embolsan dinero por ofrecer un derecho tan básico como el acceso a la educación ya no tendrán que invertirlo en comprar ordenadores para poder estar a la altura de la educación pública.
Y, por supuesto, en el terreno de la cultura no iba a ser diferente. Además de precios abusivos en cines, teatros, música, libros, conciertos, exposiciones, etc. Se están recibiendo ataques como la "ley antidescargas" que realmente sólo beneficia a las grandes productoras.
Derechos de autor, otra excusa para la privatización
En las bibliotecas, una de las formas más básicas de acceso a la cultura, y también una de las más extendidas, se ha impuesto desde 2006 (Directiva 2006/115/CE) el préstamo de pago. Se trata de una normativa de la Unión Europea que indica que no es suficiente con que los derechos de autor de un libro se paguen a la compra del libro porque cada persona que cogemos en préstamo ese libro de la biblioteca, a excepción del primero, estamos "pirateándolo" y, por lo tanto, tenemos que pagar los derechos de autor de nuevo. El argumento que utilizan es que al leer gratis los libros en las bibliotecas, hacemos que los autores pierdan compradores. Es un buen ejemplo de cómo el capitalismo concibe la cultura: como un simple negocio. Además este argumento es falso, ya que las bibliotecas dan a conocer los libros y los autores, los promocionan con cursos, seminarios y días especiales dedicados a ellos, haciendo que más gente los conozca.
Hasta ahora este dinero se encargaba de pagarlo el Ministerio de Cultura (con nuestros impuestos) directamente a Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) que se encarga de hacer la redistribución a las diferentes sociedades de gestión (SGAE, DAMA y VEGAP). A finales del año pasado se publicaron varias noticias insinuando que el Estado tendría que dejar de hacerse cargo de este canon, y que pasaría a repercutir directamente en los usuarios. Sin embargo, lo han silenciado, nada ha vuelto a oírse sobre el tema.
La Comunidad de Madrid está invirtiendo mucho en los últimos años en bibliotecas escolares, dotándolas de libros actuales, estanterías, ordenadores, de un programa de gestión, y de profesionales becados que hacen el trabajo de un técnico por una cuarta parte del sueldo. Viendo la trayectoria de la Comunidad de Madrid, lo más probable es que esta inversión tenga como objetivo dotar las bibliotecas para que cuando sean rentables se lleve el beneficio una empresa privada.
Esto no es nada nuevo, ya ha ocurrido en otros aspectos de la cultura. Desde hace cinco años la consejería de la Cultura de la Comunidad de Madrid venía ofertando a los centros de estudio una actividad cultural para celebrar el día del libro. Este es el último año que se hará desde la entidad pública, a partir del año que viene se encargará de su gestión una empresa privada.
No encuentro mejor forma de celebrar el día del libro (23 de abril, el fallecimiento de Shakespeare y Cervantes) que reivindicando un acceso libre a la cultura con un servicio de bibliotecas que sea público y de calidad.