A pesar de la contundencia de las pruebas del "caso Gürtel" los
dirigentes del PP están reaccionando con la arrogancia y la chulería que
siempre ha caracterizado al partido de los caciques y señoritos
españoles. No sólo han recrudecido su campaña para presentar la
investigación de lo que parece la mayor trama de corrupción desde la
caída de la dictadura, como un invento para desacreditar al PP, sino que
han movilizado todos sus puntos de apoyo dentro del poder judicial (y
son muchos), con el objetivo de empantanar las diligencias, desviar la
atención y hasta criminalizar a los jueces que están dirigiendo las
pesquisas.
A pesar de la contundencia de las pruebas del "caso Gürtel" los dirigentes del PP están reaccionando con la arrogancia y la chulería que siempre ha caracterizado al partido de los caciques y señoritos españoles. No sólo han recrudecido su campaña para presentar la investigación de lo que parece la mayor trama de corrupción desde la caída de la dictadura, como un invento para desacreditar al PP, sino que han movilizado todos sus puntos de apoyo dentro del poder judicial (y son muchos), con el objetivo de empantanar las diligencias, desviar la atención y hasta criminalizar a los jueces que están dirigiendo las pesquisas.
Para dar la sensación de que hacen algo han presentado algunas cabezas de turco para desactivar este mayúsculo escándalo. En un principio dimiten el alcalde de Arganda del Rey, de Pozuelo, y de Boadilla del Monte y son expulsados del PP tres diputados de la Asamblea de Madrid. A medida que se han ido conociendo más ramificaciones, han caído más dirigentes, como Ricardo Costa, ex secretario general del PP en Valencia y Luis Bárcenas, ex tesorero nacional del partido. Sin embargo, el hecho de que este último mantenga su despacho en Génova y tenga asistencia judicial por parte del PP, revela que incluso estas medidas han sido más bien de cara a la galería, ya que los vínculos de complicidad continúan intactos.
El caso es tan grave que Esperanza Aguirre, que en un principio quiso aprovechar que el caso había salido a la luz para debilitar a sus oponentes dentro del partido para así colocarse en mejor posición de cara a la batalla en la que está inmersa para la conquista de la dirección nacional del PP, ha tenido que dar marcha atrás, al verse también salpicado su gobierno.
En qué consiste la trama
La trama consiste en la existencia de un conglomerado de empresas y negocios, cuya cabeza visible es el empresario Francisco Correa, pero en el que participaban también dirigentes y cargos de confianza del PP, montado con el objetivo de nutrirse de fondos de entidades públicas (ayuntamientos y comunidades autónomas), organismos que utilizaban a su vez para saltarse prohibiciones y trabas legales en materia urbanística y medioambiental para poder llevar a cabo operaciones millonarias sin impedimentos.
El método más habitual era el de la utilización de regalos y sobornos a funcionarios y autoridades públicas, todas ellas del PP.
Todos los indicios apuntan a que además del enriquecimiento personal de los implicados, el montaje también tiene ramificaciones hacia la financiación ilegal del PP, siendo Luis Bárcenas uno de los implicados más "ilustres". De hecho, se está investigando a este señor la presunta "apropiación indebida", de la friolera de 1,3 millones de euros.
A pesar de que Rajoy y los dirigentes del PP niegan continuamente la implicación del Partido Popular en el asunto, los hechos son tozudos. Las ramificaciones del caso Gürtel alcanzan a cuatro Comunidades Autónomas (Madrid, Valencia, Castilla León y Galicia), media docena de ayuntamientos, todos ellos gobernados por el PP y al menos a veinte altos cargos del partido. Debido a la amplitud del escándalo los intentos del PP de descarrilar la investigación están dando, de momento, pocos resultados.
Al caso Gürtel hay que añadir el escándalo protagonizado por Jaume Matas, ministro con el gobierno de Aznar y ex presidente del PP y del gobierno balear, que está siendo procesado por enriquecimiento ilícito, en el caso "Palma Arena". De hecho, no está en prisión porque ha pagado tres millones de euros de fianza.
La derecha española ha considerado siempre a este país como su cortijo particular al que poder exprimir sin tener que dar cuentas a nadie. Como fieles representantes de una burguesía especialmente parásita y corrupta utilizan su posición en el aparato del Estado y en las instituciones para su enriquecimiento personal y el de sus hermanos de clase. La lucha contra la corrupción está indisolublemente asociada a la lucha contra la derecha y el capitalismo.
Para dar la sensación de que hacen algo han presentado algunas cabezas de turco para desactivar este mayúsculo escándalo. En un principio dimiten el alcalde de Arganda del Rey, de Pozuelo, y de Boadilla del Monte y son expulsados del PP tres diputados de la Asamblea de Madrid. A medida que se han ido conociendo más ramificaciones, han caído más dirigentes, como Ricardo Costa, ex secretario general del PP en Valencia y Luis Bárcenas, ex tesorero nacional del partido. Sin embargo, el hecho de que este último mantenga su despacho en Génova y tenga asistencia judicial por parte del PP, revela que incluso estas medidas han sido más bien de cara a la galería, ya que los vínculos de complicidad continúan intactos.
El caso es tan grave que Esperanza Aguirre, que en un principio quiso aprovechar que el caso había salido a la luz para debilitar a sus oponentes dentro del partido para así colocarse en mejor posición de cara a la batalla en la que está inmersa para la conquista de la dirección nacional del PP, ha tenido que dar marcha atrás, al verse también salpicado su gobierno.
En qué consiste la trama
La trama consiste en la existencia de un conglomerado de empresas y negocios, cuya cabeza visible es el empresario Francisco Correa, pero en el que participaban también dirigentes y cargos de confianza del PP, montado con el objetivo de nutrirse de fondos de entidades públicas (ayuntamientos y comunidades autónomas), organismos que utilizaban a su vez para saltarse prohibiciones y trabas legales en materia urbanística y medioambiental para poder llevar a cabo operaciones millonarias sin impedimentos.
El método más habitual era el de la utilización de regalos y sobornos a funcionarios y autoridades públicas, todas ellas del PP.
Todos los indicios apuntan a que además del enriquecimiento personal de los implicados, el montaje también tiene ramificaciones hacia la financiación ilegal del PP, siendo Luis Bárcenas uno de los implicados más "ilustres". De hecho, se está investigando a este señor la presunta "apropiación indebida", de la friolera de 1,3 millones de euros.
A pesar de que Rajoy y los dirigentes del PP niegan continuamente la implicación del Partido Popular en el asunto, los hechos son tozudos. Las ramificaciones del caso Gürtel alcanzan a cuatro Comunidades Autónomas (Madrid, Valencia, Castilla León y Galicia), media docena de ayuntamientos, todos ellos gobernados por el PP y al menos a veinte altos cargos del partido. Debido a la amplitud del escándalo los intentos del PP de descarrilar la investigación están dando, de momento, pocos resultados.
Al caso Gürtel hay que añadir el escándalo protagonizado por Jaume Matas, ministro con el gobierno de Aznar y ex presidente del PP y del gobierno balear, que está siendo procesado por enriquecimiento ilícito, en el caso "Palma Arena". De hecho, no está en prisión porque ha pagado tres millones de euros de fianza.
La derecha española ha considerado siempre a este país como su cortijo particular al que poder exprimir sin tener que dar cuentas a nadie. Como fieles representantes de una burguesía especialmente parásita y corrupta utilizan su posición en el aparato del Estado y en las instituciones para su enriquecimiento personal y el de sus hermanos de clase. La lucha contra la corrupción está indisolublemente asociada a la lucha contra la derecha y el capitalismo.