José María Gil es el Presidente del Comité de Empresa de Progalsa por CCOO y Carlos Pineda el Presidente del Comité de Empresa de LUVATA (antigua Carrier) por CCOO. Los dos son miembros del sector crítico de CCOO,  en el último congreso provincial fueron elegidos para la Ejecutiva de Guadalajara y participan con la Corriente Marxista El Militante.

José María Gil es el Presidente del Comité de Empresa de Progalsa por CCOO y Carlos Pineda el Presidente del Comité de Empresa de LUVATA (antigua Carrier) por CCOO. Los dos son miembros del sector crítico de CCOO,  en el último congreso provincial fueron elegidos para la Ejecutiva de Guadalajara y participan con la Corriente Marxista El Militante.

El Militante.- ¿Qué opinas de la reforma de las pensiones que ha propuesto el gobierno?

José María Gil.- Es una vergüenza que con el enorme paro juvenil que existe en la actualidad se plantee elevar la edad de jubilación. Igualmente el alargamiento del periodo de cotización supondrá una reducción en la cuantía de las pensiones porque al aumentar el periodo de cálculo los primeros años que cuenten rebajarán la media. Algunos datos hablan hasta de un 20% menos.

EM.- Además de la reforma de las pensiones está la nueva reforma laboral. ¿En qué punto crees que está la negociación?

JMG.- La patronal ha dicho que es un buen comienzo pero viendo la debilidad del gobierno y sobre todo de los sindicatos ahora quiere más. Si los sindicatos no dan una respuesta habrá más ataques. La debilidad invita a la agresión. Es un error por parte de las direcciones sindicales entrar a negociar cada uno de los ataques individualmente porque si se cede un poco en cada uno de ellos al final el resultado será un gran retroceso par los trabajadores.

EM.- A principios de año se llegó a un acuerdo para la negociación colectiva (ANC) ¿Cuál ha sido el resultado?

JMG.- El ANC es más de lo mismo, la parte que tienen que cumplir los trabajadores está clara: congelación salarial. Pero lo que tienen que cumplir los empresarios queda totalmente en el aire, ya que queda supeditado a la situación económica de la empresa, si éstas tienen problemas la subida puede no aplicarse.

EM.- ¿Cómo se están viviendo estos ataques dentro del sindicato?

JMG.- La situación del sindicato cada vez va a peor. Porque no hay debate, porque en las negociaciones no participa ni siquiera la propia estructura sindical, decidiendo todo por arriba. Los sindicatos, en primer lugar, tendrían que abrir un debate de cara a lanzar una campaña entre los trabajadores para dar una respuesta frente a estos ataques. Además, la respuesta no puede ser contra cada uno de los ataques por separado. La contrarreforma del gobierno es un ataque "global" y, por lo tanto, la respuesta tiene que ser también general.

Carlos Pineda.- La realidad es aún más dura de lo que parece, todos los trabajadores tienen la sensación de que los sindicatos no están dando la talla y desde el punto de vista del sindicato están aceptando todo lo que les están poniendo encima de la mesa y esto es inaceptable, entrar a negociar esta reforma laboral supone que el conjunto de los trabajadores vamos a salir trasquilados.

EM.- Antes de las navidades, en Guadalajara estuvo el conflicto con el convenio del Metal. La patronal se negaba a aceptar lo que ya estaba firmado en el mismo. ¿Crees que ésta es la actitud de la patronal a nivel general?

CP.- En el conflicto había marcadas unas directrices a nivel estatal, no ha sido un conflicto aislado en Guadalajara. De hecho, en los sitios en los que la presión era mayor, como en el caso de Toledo, pudieron sacarlo mucho mejor que aquí en Guadalajara. Estamos viendo cómo en la mayoría de las empresas utilizan los mismos argumentos a la hora de negociar los convenios. Ahora aprovechando la crisis quieren atacar nuestras condiciones de trabajo, recortar salarios, despidos, etc... En cambio cuando había crecimiento económico nunca salieron a ofrecerse a renegociar un convenio al alza.

EM.- Durante el año pasado hubo diferentes luchas que coincidieron en el tiempo. ¿Por qué se perdieron esas luchas?

CP.- La primera responsabilidad es de los propios sindicatos, porque se dedican en todos los conflictos a buscar el mal menor, que es la salida más sencilla para los sindicatos. En el caso de Avicu se vio de una forma clara. Una empresa grande donde había bastante fuerza, pero la actitud de los dirigentes sindicales fue intentar contener a la gente para que no saltara y tener controlado el conflicto. De esta manera no se puede conseguir ninguna victoria. Pero lo que está claro es que cada vez el descontento con esta política es mayor tanto a nivel general como dentro de las empresas, porque si en los momentos de crisis que es cuando los sindicatos tienen que dar la talla está agazapado sin hacer nada, los trabajadores nos quedamos sin la herramienta que tenemos para defendernos. El sindicato tendría que haber unificado todas esas luchas.

EM.- En el último periodo LUVATA está intentando recortar tanto la plantilla como las condiciones que tenéis. ¿Cómo está la situación?

CP.- La crisis le está viniendo al pelo para tratar de reestructurar la plantilla y luego funcionar a través de empleo eventual y precario. Las multinacionales como la nuestra están moviendo la carga de trabajo de una empresa a otra para generar las pérdidas que ellos crean oportunas y tener el beneplácito de la Administración para actuar más libremente. Desde que en la lucha de Carrier obligamos a la empresa a dejar 250 personas allí sabíamos que no querían, ellos pretendían que hubiera 100 o 120 trabajadores, la empresa además de una serie de prejubilaciones ahora quieren recortar el salario, empezando por quitar por las bravas la antigüedad. Si lo intentan desde CCOO nos opondremos y lo denunciaremos.

EM.- En Guadalajara en los últimos meses ha habido un aumento considerable del paro llegando a más de 20.000 parados en una región con algo más de 200.000 habitantes. ¿Cuál es la situación dentro de CCOO?

JMG.- La situación de Guadalajara es más de lo mismo. En el sindicato cada Federación se encarga de su rama exclusivamente, se está perdiendo el contenido de clase y cuando se convoca algo como la movilización de las pensiones del 2 de marzo se convoca sin ni siquiera pegar carteles en la ciudad, sin hacer asambleas en los centros de trabajo, en definitiva, sin hacer una convocatoria seria. Si luego los trabajadores no responden en la manifestación se les echa la culpa de que no se mueven y les sirve de excusa para evitar tener que continuar las movilizaciones.

CP.- El sindicato sigue sin estar a la altura respecto a las pensiones. La campaña se redujo a una Asamblea de delegados para hablar lo de las pensiones y se han sacado unos dípticos que se han repartido en las empresas y realmente no se ha hecho nada más. Si la movilización en Guadalajara salió bien es porque la propia situación de los trabajadores hizo que se manifestaran, no por la campaña de los sindicatos.

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