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un paso adelante para organizar una gran huelga general

CCOO y UGT anunciaron una huelga general del sector público para el día 8 de junio como medida de respuesta a los planes de ajuste del gobierno. Los trabajadores del sector público son uno de los sectores más gravemente afectados y por lo tanto su movilización es necesaria. Sin embargo, este paso no puede ser en absoluto un sustituto de la huelga general, por dos razones fundamentales: los planes de ajuste afectan al conjunto de la clase obrera y sólo una movilización multitudinaria, masiva, general y continuada de los trabajadores y de la juventud puede derrotar esta agresión sin precedentes.

 

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¡No al plan de ajuste, basta de ataques a los trabajadores y los pensionistas!

CCOO y UGT deben convocar ya una huelga general

Zapatero anunció el 12 de abril en el congreso un plan de ajuste salvaje que rompe de forma clara y evidente con sus declaraciones de que la crisis no la iban a pagar los trabajadores y de que no se iba a tocar el gasto social. Cediendo a las exigencias de la banca y la CEOE, el gobierno ha presentado una batería de medidas que incluyen:

- Rebaja de un 5% del sueldo a los trabajadores del sector público para este año y congelación para el año que viene.

- Congelación de las pensiones (excepto las mínimas y las no contributivas) en 2011, que volverán a perder poder adquisitivo

- Supresión de la ayuda de 2.500 euros a las familias por cada nuevo nacimiento

- Reducción de la inversión pública estatal en 6.450 millones de euros, a lo que habrá que sumar un recorte de 1.200 millones de euros que tendrán que asumir las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos.

- Recorte de las prestaciones de ley de la Dependencia, al suprimirse el pago de la cantidad pendiente desde que se hizo la petición. 

- Restricción al acceso a medicamentos subvencionados, empleando subterfugios como "adaptarlo a las necesidades reales de los pacientes" o estandarizar el tratamiento "de acuerdo a las indicaciones de la comunidad científica".

Medidas nada "equitativas", mientras los banqueros y los empresarios siguen sumando beneficios

Presentar estas medidas como "equitativas" es un insulto a la inteligencia. Los principales responsables de la crisis capitalista, los banqueros y los grandes empresarios (a ambos hay que incluirlos entre los principales especuladores), no salen para nada afectados por este plan de ajuste. En estos momentos, la tercera partida más importante de los presupuestos generales del Estado es la destinada a pagar los intereses de la deuda, 23.224 millones de euros que irán a parar fundamentalmente a la gran banca. Los grandes accionistas y especuladores, que han sido precisamente los causantes de la crisis, se han beneficiado de los distintos rescates multimillonarios con fondos públicos aprobados en los últimos años. Esta es la auténtica causa del aumento de la deuda y del déficit presupuestario, no el gasto social, que ahora se pretende atacar en detrimento de las familias obreras.

Se aplican medidas de ajuste contra los trabajadores, los parados y los pensionistas, pero el gobierno se niega a aumentar los impuestos a las grandes fortunas, que según datos de los inspectores de hacienda han defraudado miles de millones de euros en 2009. Cuando los grandes capitales pagan impuestos irrisorios del 1% mediante las SICAV, una estafa abierta, descarada y consentida al fisco.

La huelga del sector público del 2 de junio es un paso adelante para organizar una gran huelga general de 24 horas

CCOO y UGT anunciaron una huelga general del sector público para el día 2 de junio como medida de respuesta a los planes de ajuste del gobierno. Los trabajadores del sector público son uno de los sectores más gravemente afectados y por lo tanto su movilización es necesaria. Sin embargo, este paso no puede ser en absoluto un sustituto de la huelga general, por dos razones fundamentales: los planes de ajuste afectan al conjunto de la clase obrera y sólo una movilización multitudinaria, masiva, general y continuada de los trabajadores y de la juventud puede derrotar esta agresión sin precedentes.

No podemos permitir que se introduzca ningún tipo de fisura entre distintos sectores de la clase obrera. No podemos aceptar el argumento de que "o se recorta el salario de los funcionarios o se recortan las prestaciones por desempleo" y la mejor manera de que esta idea no cale es movilizar al conjunto de los trabajadores. Además, hay que tener en cuenta que se van a tomar más medidas. De hecho, algunas ya se conocen, como la subida del IVA o la reforma laboral, que afectarán de lleno a los trabajadores del sector privado. Hay que unificar la lucha, no compartimentarla.

La reacción de la patronal y de la banca ha sido aplaudir los recortes, y acto seguido han aclarado que son completamente insuficientes y hay que ir más lejos. El déficit anual del Estado es de 120.000 millones de euros; el plan de reducción del déficit abarca dos ejercicios; si el objetivo es llegar al déficit de un 3% a finales de 2011, el recorte total tendrá que ser de casi 240.000 millones. Así que, si el gobierno pretende seguir "contentando a los mercados", es evidente que el plan de ajuste anunciado de 15.000 millones es sólo el principio. Además, como los recortes de salarios y de inversión hundirán todavía más la actividad económica, la recaudación del Estado disminuirá y la presión sobre la reducción del gasto social aumentará. La experiencia de Grecia, en la que se han aprobado cuatro planes de ajuste es una clara advertencia. Si los dirigentes sindicales de CCOO y UGT limitasen la respuesta a la huelga del día 8 de junio, estarían  transmitiendo un claro mensaje de debilidad a los capitalistas, de que no están dispuestos a luchar hasta el final contra las medidas de ajuste y eso sería un grave error, muy peligroso para los intereses de la clase obrera, incluyendo los trabajadores del sector público.

Los argumentos contra la convocatoria de una huelga general, en el sentido de que favorecerían a la derecha, tampoco se sostienen. De hecho, estaría muy bien que los dirigentes de UGT y CCOO denunciasen en voz alta la demagogia de la derecha y dijesen bien claramente que un gobierno del PP, en este contexto de crisis, sería una pesadilla todavía peor que la vivida en el periodo de Aznar. En todo caso, es la política de contrarreformas del gobierno lo que favorece políticamente las aspiraciones del PP de recuperar el poder dentro de dos años. Una huelga general bien organizada, en la que se exija y se obligue al gobierno a dar un giro a la izquierda en su política, empezando retirar los planes de ajuste y continuando por cortar el flujo de dinero público a banqueros y empresarios tendría un efecto electrizante en la clase obrera, favoreciendo su participación política en todos los terrenos, incluido el electoral. Una perspectiva clara de lucha y una plataforma reivindicativa clara y justa sería la mejor manera de evitar la vuelta del PP al gobierno.

Efectivamente, un punto central de esta lucha es romper con la idea central del gobierno de que "no le queda más remedio" que tomar estas medidas, de que no "no hay otra alternativa". De hecho, este plan no va a resolver la crisis, no va a crear empleo, no va a beneficiar bajo ningún concepto a la mayoría de la sociedad, no es, por lo tanto, ninguna alternativa para la clase obrera. El único objetivo de este plan es garantizar que la banca y los empresarios sigan apoyándose en la muleta del Estado para hacer sus negocios.

Por supuesto que el gobierno ha sido presionado brutalmente por la banca internacional, por la UE, por el FMI, por los gobiernos europeos, por la patronal, por la derecha para que ponga en marcha estos planes de ajuste. Pero en vez de aceptar los planes impuestos por los capitalistas y atacar a su base social, Zapatero tiene la posibilidad de enfrentarse a estas presiones basándose en la tremenda fuerza de la clase obrera, esa misma fuerza que la clase obrera utilizó para desalojar el PP y que le llevó al gobierno.

¡La clase obrera es fuerte! ¡Se pueden parar los planes impuestos por los capitalistas! La llave de toda la situación está en manos de los dirigentes de CCOO y UGT. Es necesaria una respuesta contundente ya, con la convocatoria de una huelga general  que debería tener como puntos fundamentales:

-              No a los planes de ajuste contra la clase obrera. Que la crisis la paguen los culpables: los capitalistas

-              Ningún recorte en salarios, sanidad, educación, pensiones, servicios sociales e inversión en infraestructuras

-              No a la reforma laboral

-              Subsidio de desempleo indefinido equivalente a un SMI de 1.100 euros hasta encontrar trabajo

-              Incremento drástico de los impuestos a las grandes fortunas y a los beneficios empresariales y a la banca. Ante el menor síntoma de fuga de capitales, confiscación de los patrimonios y de las cuentas de los ricos

-              Suspensión del pago de la deuda del Estado a los grandes especuladores

-              Nacionalización de la Banca bajo el control democrático de los trabajadores y sus organizaciones

-              Los sindicatos de clase deben organizar la coordinación y confluencia de la lucha de los trabajadores de toda Europa, empezando por los griegos, con la preparación de una huelga general europea.

-              Nacionalización de todas las empresas en crisis bajo control obrero

-              Inicio de un plan económico para crear empleo (inversiones en infraestructuras, servicios sociales y otras industrias) no basado en los intereses de los capitalistas sino en los intereses de la mayoría.

¡Únete a la corriente marxista El Militante!

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