Miles de trabajadores de la Administración Pública en Euskal Herria salieron a la huelga el pasado 25 de mayo, respondiendo así a la salvaje oleada de recortes anunciados por el gobierno del PSOE. La huelga ha sido muy importante, hasta tal punto que los medios de comunicación burgueses no han podido contradecir las cifras de los sindicatos convocantes, ELA, LAB, STEE y ESK.
Miles de trabajadores de la Administración Pública en Euskal Herria salieron a la huelga el pasado 25 de mayo, respondiendo así a la salvaje oleada de recortes anunciados por el gobierno del PSOE. La huelga ha sido muy importante, hasta tal punto que los medios de comunicación burgueses no han podido contradecir las cifras de los sindicatos convocantes, ELA, LAB, STEE y ESK.
En algunas administraciones públicas tuvo un carácter masivo: más del 80% en el Ayuntamiento de Bilbao, 70% en el de Donostia y 60% en el de Vitoria-Gasteiz. En los ayuntamiento de algunas comarcas el paro ha sido total: Tolosaldea, Goierri, Urola, Durangaldea, Busturaldea... En la diputación el 90% de los trabajadores de Atención Social y Bienestar fue a la huelga. En el grupo EITB y en las emisoras de radio el paro fue muy notorio, con cerca del 80% en la Televisión Pública Vasca. Hay que destacar la participación en la educación pública no universitaria, con un seguimiento de más del 75% en primaria y del 60% en secundaria, y un paro casi total (80%) en Haurreskolak (escuelas infantiles públicas 0-2 años).
En Navarra, el seguimiento fue menor. Sin embargo, era destacable el ambiente de lucha que se respiraba en la manifestación donde se podían leer en las pancartas consignas sobre Grecia como un ejemplo a seguir, o escuchar "Greba orokorra" [Huelga general], en referencia a la necesidad de una huelga general de todos los trabajadores, que fue ampliamente coreada.

Rejuvenecimiento del movimiento obrero

La participación en las manifestaciones de Bilbo, Donostia, Vitoria-Gasteiz e Iruña fue de más de 17.000 personas. El ambiente que se respiraba era de profundo rechazo a los recortes salariales y sociales planteados por el gobierno de Zapatero y Patxi López. Las manifestaciones eran una clara expresión del rejuvenecimiento del movimiento obrero y del sector público durante los últimos años. En la administración pública los jóvenes trabajadores tienen mayoritariamente contratos en precario y salarios más bajos, en muchos casos de auténtica miseria, como son los de los sustitutos, obligados a trasladarse donde haga falta con contratos de horas o de días. La presión para que la lucha continúe se expresó en las declaraciones de las organizaciones convocantes a favor de continuar con movilizaciones a una escala muy superior si no se retiran dichos ataques. En Vitoria-Gasteiz, unas 6.000 personas se manifestaron en un ambiente de gran combatividad, donde la juventud fue la protagonista.
Para llevar a cabo los ataques que están en marcha, la patronal y la burguesía sacarán toda su artillería para doblegar lo que más temen: la movilización unitaria de la clase trabajadora. Por eso no han dudado en empezar por los trabajadores de la Administración Pública, y no dudarán tampoco en atizar la división en líneas nacionales.
La importancia de la unidad

Los trabajadores de Euskal Herria no ganamos nada con la división del movimiento obrero y con la falta de unidad sindical. Los ataques que hay encima de la mesa afectan al conjunto de la clase trabajadora, de los parados, de la juventud, y no sólo en Euskal Herria o en el Estado español, sino en toda Europa. Por eso, si queremos derrotar estos planes hay que responder con la máxima unidad de acción de todos los sindicatos, con la máxima unidad en las fábricas y en las empresas.
Las declaraciones de los dirigentes de UGT y CCOO (aunque este último más tarde rectificó) en el sentido de que "perdonarán a Patxi López el recorte salarial si se lo impone Madrid" para "proteger el activo que supone la buena relación con el Gabinete del PSE" (El Correo, 16/05/2010) eran realmente escandalosas, a escasos días de la huelga general del sector público. Las subvenciones a las organizaciones sindicales y la promesa de crear 7.000 puestos de trabajo, que ahora están totalmente en cuestión, son los únicos logros del mal llamado "diálogo social", mientras la patronal vasca sigue recibiendo dinero público a manos llenas y defraudando masivamente en el pago de impuestos. 
Es cierto que los dirigentes de CCOO y UGT tienen una gran responsabilidad en todo lo que está ocurriendo. El argumento que han esgrimido en estos meses de que una huelga general favorecería a la derecha, no se sostiene. Es la política de contrarreformas y ataques a la clase obrera la que alienta al PP. En el caso de Euskadi es todavía más claro, ya que el pacto del PSE con el PP y sus agresiones a los derechos democráticos repele a muchos trabajadores que les votaron, fortaleciendo tanto a la derecha españolista como a la derecha vasca, el PNV y EA. Durante meses, los dirigentes de CCOO y UGT han apostado por hacer concesiones al gobierno y la patronal para intentar capear el temporal. Una estrategia que les ha llevado a rechazar la organización de movilizaciones contundentes y masivas, y que se plasmó en su oposición a la huelga general organizada en Euskadi el 21 de mayo de 2009 por parte de la mayoría sindical vasca, que los trabajadores y sindicalistas marxistas de El Militante sí apoyamos activamente. Esta estrategia de los dirigentes de CCOO y UGT, como la experiencia ha demostrado, ha sido un error y, lejos de evitar ataques, ha envalentonado a los empresarios y a los banqueros. De hecho, un año después se han visto obligados a convocar una huelga general del sector público frente a los recortes del gobierno de Zapatero.
La mayoría sindical vasca tiene también un papel importante en lograr que los ataques del gobierno se echen para atrás. Por muchos argumentos que existan para criticar la acción sindical de CCOO y UGT es un error separar la lucha de los trabajadores de Euskal Herria y del resto del Estado, colocando días separados de movilización. La lucha unida, en unidad de acción, no supone que ELA, LAB  o cualquier otro sindicato dejen de defender sus posiciones y plantear sus críticas. Pero la división sindical, cuando todos los acontecimientos empujan a la unidad de acción, a favorecer una respuesta unificada de la clase obrera, es una táctica contraproducente, que sólo beneficia a nuestros enemigos.

Por una huelga general
de 24 horas

La posición que ha adoptado la CIG convocado en Galicia la huelga en el sector público para el día 8 de junio, haciéndola coincidir con la lucha de los trabajadores del resto del Estado y sin renunciar a hacer sus críticas y propuestas al resto de fuerzas sindicales, es completamente correcta. En su web se podía leer: "La CIG entiende que es necesaria una movilización y una unidad sindical para frenar la imposición de estas medidas y que se debe caminar hacia una huelga general que tiene que hacerse extensiva a todos los sectores, dado su carácter regresivo y antisocial, y no limitarse el área pública".
El descontento hacia las direcciones sindicales de UGT y CCOO en Euskadi es fuerte. El último episodio de la trayectoria de acuerdos lesivos para los trabajadores es el preacuerdo que acaban de firmar, en minoría, en la enseñanza pública. Sin embargo, este descontento se extiende también hacia la dirección de ELA, que además de no dar ninguna continuidad a la huelga del 21 de mayo de 2009, posteriormente firmó con el PSE el acuerdo de la función pública, que implicaba recortes y una congelación salarial para todos los funcionarios de la administración pública vasca.
La próxima cita de los trabajadores del sector público vasco es el 8 de junio convocados por UGT y CCOO en todo el Estado. Igualmente los convocantes de la huelga general del día 25, ELA, LAB, ESK y STEE han convocado una gran manifestación en Bilbao el día 12 de junio. El Militante participará por supuesto en dichas movilizaciones, defendiendo la necesidad de la máxima unidad de acción sindical y que se convoque unitariamente una huelga general.

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