"El 29-S es una batalla importante, el primer paso de una guerra más larga"
Jordi Salvador es el responsable de UGT en Tarragona desde mayo de 2008. En estos años ha destacado por un discurso claro sobre la necesidad de hacer autocrítica dentro de los sindicatos, recuperar el "concepto de clase" y llevarlo a la práctica para luchar y retomar derechos perdidos. Un discurso necesario, que conecta cada vez más con los trabajadores y nuestra situación social. Publicamos un extracto de la entrevista realizada el pasado mes de julio por Manu Vidal, Xosé L. Puime y Jordi Aguadé.
Jordi Salvador es el responsable de UGT en Tarragona desde mayo de 2008. En estos años ha destacado por un discurso claro sobre la necesidad de hacer autocrítica dentro de los sindicatos, recuperar el "concepto de clase" y llevarlo a la práctica para luchar y retomar derechos perdidos. Un discurso necesario, que conecta cada vez más con los trabajadores y nuestra situación social. Publicamos un extracto de la entrevista realizada el pasado mes de julio por Manu Vidal, Xosé L. Puime y Jordi Aguadé.
El Militante.- En varias ocasiones has manifestado que "hay que recuperar el concepto de "clase trabajadora" que algunos han querido desterrar al siglo XIX, y que hoy sigue siendo tan vigente como entonces". ¿En qué sentido planteas que hay que recuperar este concepto?
Jordi Salvador.-
Que existen las clases sociales es un hecho irrefutable (...) hay un 60% de la gente que vive con menos de 1.000 euros, hay una mayoría  que vive de alquilar su fuerza de trabajo, y hay quien tiene los medios de producción y quien no los tiene. Han negado esto porque el poder tiene mucho miedo de que la gente tome conciencia de la fuerza que tiene (...) saben que ellos están arriba porque otros están abajo. El día que los de abajo no quieran que estén los de arriba no hay ninguna fuerza que lo pueda parar.
EM.- La lucha más importante de los últimos tiempos ha sido la de los trabajadores del Metro de Madrid. La derecha, el gobierno y la prensa tardaron muy poco en tacharla de huelga salvaje para tratar de aislarlos.
JS.-
A mí lo que me parece salvaje es este sistema, que condena a la pobreza a millones de personas, que lleva a la extinción de la especie humana y el planeta, a escala global, pero si hablamos a una escala más local, lo que realmente es violento, es que la gente tenga que vivir con 700 euros o menos, o tenga que estar toda su vida encadenado a un trabajo en las mismas condiciones. Es una violencia que hayas trabajado para tener una pensión y ahora te cambien las reglas, es también una violencia que no se cumplan los convenios, violencia es lo que hace la banca, violencia es condenar a la gente a la miseria, a la exclusión social... Frente a esto la gente tiene derecho a la legítima defensa, porque si no vamos a un mundo mucho peor que el que teníamos.
EM.- En los últimos años las luchas sindicales han sido sobre todo luchas defensivas contra ataques o recortes y en el camino los trabajadores hemos perdido derechos. ¿No crees que sería necesario lanzar luchas por recuperar y ganar nuevos derechos (prohibir la subcontratación abusiva o las deslocalizaciones, recuperar  comedores en las empresas, etc.)?
JS.-
Absolutamente de acuerdo. Y yo haría una autocrítica: Hemos cedido demasiado y nos hemos concentrado en la defensiva. Yo pienso que, en primer lugar, hay que pasar a la ofensiva para recuperar derechos laborales frente a la precariedad, los contratos de obra y servicio, acabar con la infelicidad que supone no tener garantizado el modus vivendi, no poder montar una familia.... En segundo lugar, estamos en un estado que está privatizado completamente. Hay gente que habla de nacionalizar la banca y yo pienso que una parte hay que nacionalizarla, pero lo que hay que recuperar para la gente es el propio Estado, no puede ser que la gran banca y el lobbie económico tenga absolutamente todo, tenga las autopistas, el agua, la luz, el petróleo, la sanidad. Hay cosas  que no pueden estar en manos privadas. Lo demás es discutible, pero lo que me parece indiscutible es que aquellas cosas que el capitalismo tiene en monopolio, mejor que las tengamos nosotros.
EM.- Ante el 29-S, ¿crees que con un día de huelga será suficiente para frenar los ataques del gobierno?
JS.- No, el 29-S es un primer paso. La huelga no es un fin, es un medio para conseguir unos objetivos, centrales y concretos, porque si no es así nos perdemos. Tenemos que parar  la reforma laboral, conseguir que no haya recortes y frenar lo de las pensiones que es un tema que viene dentro de nada. Pienso que el 29 es una batalla importante, pero la guerra es más larga. Y es una batalla importante, porque aquí nos jugamos que esto sea una autopista de ocho carriles para el poder o no lo sea, y por eso hay que ganarla. Ahora bien, no es el fin, hay que pasar más a la ofensiva, y para ello ésta es la primera batalla.
EM.- Los teóricos del capitalismo han repetido muchas veces que el sistema actual no tiene alternativa y que su modelo es el mejor. ¿Cuál es tu opinión?
JS.- No se puede aceptar un modelo que tiene 4,5 millones de personas que no pueden ganarse la vida. Un sistema que hace sufrir a 4,5 millones de familias a mi no me vale. Pienso que evidentemente hay alternativa, pero también es verdad que nos hace falta más pensar, debatir, dialogar, tirarnos las cosas en cara y encontrar espacios no endogámicos ya que tenemos una tendencia a encerrarnos en nuestro chiringuito... Ahora bien, el sistema capitalista tiene en su esencia la destrucción del planeta y de la especie, el libre mercado está claro que no se regula ni se controla, no tiene sentimientos ni tiene humanidad, el capital sólo tiene intereses. Es como un animal, si dejamos a esta bestia carnívora sin control, acaba devorando todo lo que hay a su alrededor. Hay cosas que no pueden estar sometidas a la ley de la oferta y la demanda, no se puede comerciar con el agua, los alimentos, incluso con el derecho a la vivienda donde se ha especulado, y hago aquí también una autocrítica: lo hemos permitido. Y en ello se han ido muchos puntos de salario ¿cuánto poder adquisitivo perdimos con las hipotecas? Pienso que los sindicatos deberíamos estar mucho más allá de donde nos quieren arrinconar, que es la negociación colectiva. Aquí la única que reaccionó fue una parte de la sociedad civil a través del movimiento por la vivienda. Tenemos que pensar y ser ágiles en la respuesta, el pensamiento debe estar ligado a la acción, si no sería palabrería. No podemos ser tan burocráticos y lentos. Aún así las organizaciones fuertes, son las únicas capaces de plantar cara al capital, los amateur no.

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