El anuncio de elecciones en la CEOE para el próximo 21 de diciembre ha puesto de manifiesto las tensiones internas que sufre la patronal. A pesar de los constantes llamamientos para alcanzar una candidatura de consenso, hasta tres, y puede que cuatro candidatos, luchan por convertirse en el "patrón de patrones". Sin embargo, todos los pretendientes parecen estar de acuerdo en el programa: Influir en los políticos, modernizar la CEOE y mejorar la imagen social de los empresarios para poder impulsar las "reformas" que necesita la economía española.
Detrás de las ambiciones personales que puedan tener los candidatos, la lucha por la dirección de la CEOE es producto de la tremenda crisis económica, social y política que atraviesa el Estado español. Aunque todos los burgueses están de acuerdo en lo fundamental -aumentar la explotación de la clase obrera-, les divide un pastel cada vez más menguado por la crisis, que aviva la competencia entre empresas. Pero, también, las rivalidades históricas y nacionales entre las distintas burguesías -vasca, catalana, madrileña, andaluza- que conforman la patronal española y las diferentes presiones políticas que cada facción de la burguesía expresa.
Se va el caimán
Díaz Ferrán por fin aceptó dejar el cargo y convocar elecciones para decidir la nueva dirección de la CEOE. Si se va no es porque sus colegas estén en desacuerdo con las ideas que ha esgrimido presidiendo la patronal, sino por la mala imagen que ha dado del mundo empresarial por el desastre económico de su antaño imperio, ahora en ruinas. Con varios procedimientos judiciales pendientes, su patrimonio personal embargado de manera cautelar, deudas multimillonarias (600 millones de euros sólo en Viajes Marsans, 310 millones de Air Comet, Teinver con unos 240 millones de deuda, etc.) los empresarios no podían permitirse que un sujeto así siguiera, mucho más tiempo, al frente de la CEOE. Aguantaron para que pasara la huelga general y ahora lo defenestran.
Díaz Ferrán se despidió de su presidencia de la CEOE con su estilo característico: "Para salir de la crisis lo que hay que hacer es trabajar más y cobrar menos". Destacados empresarios como Arturo Fernández - agente de Esperanza Aguirre al frente de la patronal madrileña- corrieron a desmarcarse de Díaz Ferrán, por la cuenta que le trae. Aunque el lenguaje de Díaz Ferrán recuerde al sector más rancio de la derecha, realmente ha sido un digno representante de la burguesía española. Tanto en el terreno ideológico y de sus exigencias al gobierno y a los sindicatos (reforma laboral salvaje, recorte de las pensiones, "adelgazamiento" de las Administraciones públicas...), como por su propio carácter de mafioso, especulador y chorizo (¡que se lo digan a los 1.500 trabajadores despedidos de Viajes Marsans o a los clientes de Air Comet que pasaron las navidades en el aeropuerto!). La burguesía española es así. No es casualidad que el negocio de la década fuera la burbuja inmobiliaria, la especulación con los terrenos y la sobreexplotación de los trabajadores.
Si sus compañeros le han echado de la presidencia de la CEOE es precisamente porque reflejaba demasiado bien, o demasiado a las claras, al empresario español. Como decía Arturo Fernández, la CEOE necesita un presidente "que pague las nóminas". La imagen que los trabajadores tienen de los empresarios está por los suelos, y en un contexto de fuertes ataques a las condiciones laborales y de vida de la inmensa mayoría de la sociedad, la autoridad moral de personajes como Díaz Ferrán puede ser un factor que dificulte sus planes. Es evidente que no hace más que aumentar la rabia entre los trabajadores y acrecienta las dificultades a la burguesía cuando trata de convencernos de que todos estamos sufriendo esta crisis y que es necesario que estemos todos en el mismo barco para poder superarla.
A rey muerto...
La mayoría de los vicepresidentes de la CEOE, encabezados por el presidente de la patronal madrileña y el reelegido presidente de Foment del Treball, Joan Rossell, querían transmitir una sensación de normalidad en la CEOE y trataron de evitar las elecciones mediante la dimisión de Díaz Ferrán -lo que daba potestad a los vicepresidentes para acordar un sucesor-. Sin embargo, otras patronales impidieron tal acuerdo: forzaron a Díaz Ferrán a que convocara elecciones. A partir de entonces todos los intentos de alcanzar un consenso fracasaron.
De entrada, el candidato favorito parecía Rossell. Entre sus principales valedores se encuentra, por supuesto La Caixa pero también Cajamadrid de Rodrigo Rato. Gracias a Rato, Arturo Fernández y Esperanza Aguirre en un principio dieron el visto bueno para que el catalán se convirtiera en el nuevo presidente de la CEOE porque, según Aguirre es "un buen liberal" y, sobre todo, porque el candidato del PP madrileño, el ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro, descartó (por el momento) presentarse. Además, el rival de Rossell, el andaluz Herrero, apoyado por la patronal vasca Confebask, es acusado en círculos empresariales y por Javier Arenas de tener vínculos con el PSOE y la Junta de Andalucía.
En la medida que Herrero es visto como una figura más afín al pacto del PSOE con el PNV, parecía que la burguesía vinculada al PP buscaba aliarse con la catalana para contrarrestarlo. Aparentemente quedaban atrás los enfrentamientos entre madrileños y catalanes cuando la derecha propuso el "boicot" a los productos catalanes, o se acusó a Gas Natural de intentar sobre Endesa una "opa a la catalana". En este contexto, a Rossell le vino muy bien disputar la presidencia de Foment en octubre contra un candidato públicamente identificado con CiU. Curiosamente el derrotado, Boixareu, no ha dudado un instante en apoyar a Rossell en su asalto a la CEOE. Conseguir llevar al presidente de Foment a la dirección de la CEOE es un viejo sueño de la burguesía catalana.
Sin embargo, la oposición de importantes sectores dentro de la propia patronal madrileña ha hecho matizar el apoyo de esta organización territorial a Rossell. Le vinculan con el nacionalismo catalán y no olvidan su presencia en la manifestación contra el recorte del Estatut en julio. Y a río revuelto, ganancia de pescadores: Banegas anuncia su candidatura con el respaldo de Telefónica. Dice representar a las patronales sectoriales frente a las territoriales y que luchará por modernizar la CEOE, contra la burocracia, y para "garantizar la unidad del mercado".
... rey puesto
Lo que sucederá está muy abierto, porque a medida que se acerquen las elecciones se multiplicará el mercadeo de favores para conseguir tal o cual voto y aunque una patronal apueste por un candidato, no hay garantía de que sus miembros le secunden.
Pueden llenarse la boca de modernidad, conducir la sociedad para salir de crisis, democracia y cosas por el estilo, pero cualquiera de los tres candidatos no dejan de ser parásitos:
Rosell, consejero del holding de participaciones industriales de La Caixa y de Gas Natural y dueño de siete empresas (una inmobiliaria), como presidente de OMB no dudó en reducir a la mitad la plantilla de esta empresa. Defiende a ultranza el liberalismo más radical, declarándose partidario de Von Hayek1.
Herrera, que reniega por supuesto de cualquier vínculo con el PSOE, a pesar de los piropos recibidos desde la Junta de Andalucía y de los sindicatos, es un reaccionario turbio. Vinculado al sindicato vertical franquista, es el presidente de Cartera Andaluza, la sicav que reúne a las principales fortunas de los burgueses y terratenientes andaluces. Gracias a su posición en la patronal andaluza su hermano preside la Cámara de comercio de Sevilla y se ha rodeado en la dirección patronal de amigos, familiares y familiares de amigos.
En cuanto al "despolitizado" Banegas, es presidente y consejero de Internet Protocol Sistemas, propiedad de Indra, empresa que cosechó 350.000 euros de beneficios en plena crisis. Tiene otra empresa de telecomunicaciones con dos empleados en plantilla fija y varias veintenas de contratas. Tiene problemas con los auditores con unas deudas antiguas y, como anécdota, compró la empresa Tramontana 72 para liquidarla y poder quedarse con una parcela donde quería construir su casa.
1. Friedrich August von Hayek (1899 - 1992), filósofo y economista, considerado como uno de los padres del liberalismo moderno. Ha sido también uno de los mayores críticos de la economía planificada y socialista.