La semana pasada, la dirección de Navantia decidió retirar por sorpresa los pases de acceso a la factoría en coche a unos 300 trabajadores eventuales de las compañías auxiliares, supuestamente porque el número de coches dentro de la factoría supera a las plazas de aparcamiento disponibles. Esta retirada fue una gota que colmó el vaso del descontento y el conflicto estalló. Así, el miércoles 9 varios cientos de trabajadores de la industria auxiliar se concentraron ante el edificio de Dirección, para posteriormente trasladarse al local del comité de empresa, donde sus delegados mantuvieron una reunión con el comité de Navantia, en la que éste, para variar, la única "alternativa" que les dio fue que tenían que reunirse (además, por supuesto, de intentar desmovilizarlos). Tras comunicárselo a sus compañeros, la asamblea decidió impedir al día siguiente la entrada en coche a la factoría.
El jueves 10, las colas en la ciudad eran kilométricas, puesto que en Ferrol, como en muchas otras ciudades, las plazas de aparcamiento escasean. Cabe destacar que las puertas de la factoría amanecieron con una fuerte presencia policial con material antidisturbios: cascos, escudos, fusiles lanzadores de pelotas de goma, etc., reflejando que la patronal trata los conflictos laborales como si fuesen de orden público y a los trabajadores, como delincuentes. No hubo ningún incidente. Este mismo día, el comité de empresa de Navantia sacó un comunicado responsabilizando a Navantia del conflicto, anunciando una reunión al día siguiente con el jefe de Personal, afirmando que "una solución totalmente satisfactoria no se puede conseguir en un corto período de tiempo" y criticando la medida de fuerza adoptada por los trabajadores, por precipitada y por no beneficiar a nadie.
Al día siguiente, viernes, el comité de Navantia mantuvo una reunión con delegados de la industria auxiliar, que posteriormente les transmitieron a sus compañeros las conclusiones: el lunes se devolverían unos 100-120 pases y para el resto se seguiría buscando una solución.
Los marxistas de El Militante consideramos que esa solución es insatisfactoria, por parcial y porque no es verdad que no haya plazas de aparcamiento para todos. Reproducimos a continuación el comunicado difundido hoy dentro de Navantia-Ferrol:
Aparentemente, las cosas en este tema parecen claras: en la factoría hay 3.000 plazas oficiales de aparcamiento (más otras 300 dependiendo del número de buques en los muelles) y a finales de 2010 había más de 4.000 pases. Por tanto, la conclusión parece lógica: no hay plazas para todos y hay que retirar pases. Pero esta lógica tiene truco. Para empezar, las plazas oficiales de aparcamiento son 3.225, no 3.000. Puede parecer que 225 es una cantidad pequeña, pero es muy significativa cuando los pases retirados son unos 300.
En segundo lugar, la cuestión no es si hay más pases que plazas. Hay compañeros con más de un pase, otros están de tarde o noche, siempre hay un porcentaje de ausencias por baja, vacaciones, etc. La verdadera cuestión es si puede aparcar todo el mundo dentro de la factoría o no. Si estaban entrando más coches que plazas, lo lógico sería que el exceso de coches causara problemas. Pero curiosamente la empresa no habla de ningún problema en este sentido. El único argumento es de tipo burocrático: hay que reducir pases porque hay más pases que plazas. Pero si esta es la verdadera razón y el exceso de pases se cifra en 1.000, ¿por qué la empresa sólo eliminó 300? Esto no se entiende, a menos que el exceso de pases no sea el problema.
Y, efectivamente, los datos de la propia empresa demuestran que no entran más coches que plazas. Como puede comprobar todo el mundo, en el tríptico sobre el Plan de Movilidad Sostenible de Navantia Fene-Ferrol, repartido hace unas semanas en las puertas, la propia Navantia dice textualmente: "Diariamente entran en las instalaciones de Navantia unos 2.800 vehículos". Se entiende que esos 2.800 coches incluyen todos los turnos, pero, aunque entraran todos por la mañana, sobran 425 plazas oficiales de aparcamiento. Y si contamos las 300 de los muelles, estaríamos hablando de un sobrante de 725 plazas. Los datos de la propia empresa demuestran que la retirada de los pases no está justificada. Por tanto, Navantia debe devolver todos los pases retirados, y si no lo hace, hay que exigírselo. Si en enero los coches a los que se les retiró el pase no causaban molestias, tampoco las causará que vuelvan a entrar. Y si no hay plazas para todos, la solución es hacer nuevos aparcamientos, para los que hay suelo de sobra. Porque lo que sí es un problema es tener que dejar los coches fuera del recinto.
El problema que tiene ahora Navantia es que este conflicto ya se convirtió en un conflicto político, en el sentido que los marxistas le damos a esta palabra: un pulso de clase. El actual modelo de empresa imperante en Navantia está basado en la sobreexplotación de los trabajadores de la industria auxiliar, lo que provoca cada cierto tiempo explosiones de descontento. Estas explosiones son soportables para las empresas porque un tiempo después todo vuelve a la "normalidad". A lo que realmente le tienen miedo es a que los trabajadores se organicen de forma estable, sobre todo cuando es evidente para todo el mundo que el horizonte de fin de la carga de trabajo provocará un clima de conflictividad laboral. Por eso se resisten a conceder incluso una reivindicación tan justa como la devolución de todos los pases, porque saben que provocará un aumento de la confianza de los trabajadores en sus propias fuerzas y de la tendencia hacia la organización y la lucha reivindicativa.
Hagan lo que hagan, antes o después la industria auxiliar se organizará. Pero la organización no es sólo una cuestión de voluntad, sino de IDEAS. Hace falta tener ideas propias, una visión de nuestra clase, que actúe como coraza frente a las presiones ideológicas de la patronal, que cada vez que se reúne con los representantes de los trabajadores hace todo lo posible para comerles el coco. Desde nuestro punto de vista, la mejor manera de favorecer el proceso de organización de los trabajadores es que exista un núcleo de militantes marxistas, un núcleo armado con las únicas ideas políticas que proporcionan una defensa frente a las presiones ideológicas de la patronal y ofrecen una alternativa frente a aquellos sectores sindicales que perdieron las ganas de luchar. Si quieres discutir más a fondo estas ideas, puedes ponerte en contacto con nosotros en: Telf. 626.746.950 y