El pasado miércoles 23 de febrero, Manu Vidal, delegado sindical de CGT en EMTE-Service (Tarragona), despedido por luchar por los derechos de los trabajadores, volvía a la empresa. Así lo ordenaba una sentencia del Juzgado de lo Social de Barcelona, que ha declarado su despido nulo. La sentencia deja claro que “la decisión empresarial responde a una mera represalia” y que “las causas que alega la empresa carecen de cualquier lógica y justificación, apareciendo el despido objetivo como una mera excusa y como reacción a su previa actividad sindical, de representación de los trabajadores y de reclamación frente a la empresa”. El juez condena asimismo a Emte Service, a pagar una indemnización por daños morales y vulneración de derechos fundamentales al delegado represaliado.

Esta sentencia representa una victoria en toda regla de los compañeros de la CGT en Emte Service, que desde el año 2008 han sufrido gravísimos ataques por parte de la empresa como consecuencia de lucha por la readmisión de un trabajador con un niño enfermo de cáncer y por el cumplimiento del convenio colectivo. Las sanciones y despidos, como el de Juanma Carrillo y las durísimas suspensiones de empleo y sueldo tomadas contra el propio Manu Vidal e Ismael Pérez han sido revocadas por los tribunales.

Consideramos que esta victoria es un gran triunfo para la clase obrera y de los métodos del sindicalismo combativo, que prueba de forma rotunda que la lucha sirve. El despido de Manu Vidal se produjo tres días antes de la huelga general del 29-S y fue un acto de represión sindical con el que EMTE quería dar una señal clara a los trabajadores de EMTE y de toda Tarragona: el que se atreva a luchar se va a la calle. Esta sentencia tiene por tanto una trascendencia política y sindical muy importante ya que constituye un mazazo contra la pretensión patronal de sentar un precedente que sirviera para atemorizar el  movimiento obrero y particularmente a sus capas más combativas. Esta victoria deja claro que frente a los recortes laborales y los despidos no se pueden hacer concesiones: los trabajadores tenemos que movilizarnos unitariamente hasta el final para defender nuestros intereses y evitar que el único derecho que nos quede sea el de callar.

Esta también es una victoria lograda gracias al enorme eco que tuvo esta lucha en la calle y en las empresas, de la solidaridad de muchos comités (Emmsa, Denion, Siemsa, Iberdrola Operaciones y Mantenimiento...) y la mayoría de organizaciones sociales del territorio: del Sindicat d' Estudiants, USTEC, UGT, CCOO, Cobas, las CUP de Reus, la JSC, la Corriente Marxista El Militante y la AERV. También de las más de 500 firmas de Delegados sindicales y activistas obreros recogidas en todo el estado contra el despido. A todos ellos nuestro agradecimiento y nuestro llamado fraternal a continuar el combate. Queremos agradecer también el excelente trabajo jurídico realizado por nuestro abogado del Colectivo Ronda, que siempre está, de una forma ejemplar, del lado de los trabajadores. La lucha de EMTE es un ejemplo, a pequeña escala, de la fuerza de la clase obrera. La gran tarea que tenemos por delante es que en cada empresa, en cada sector y a escala general, la clase obrera se dote de una dirección sindical combativa, que se base en la participación de los trabajadores, en la movilización, en la unificación de los conflictos y en la confianza de existe una alternativa al sistema capitalista por la que luchar.

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