El 15M debe continuar extendiéndose, con nuevas movilizaciones que preparen una gran huelga general
Manifestación en Madrid el 19 de junio a las 13,30 h. De Atocha a la Plaza de Las Cortes
Desde el domingo 15 de mayo decenas de miles de personas han llenado las calles de numerosas ciudades del Estado español en constantes concentraciones, manifestaciones y asambleas masivas. La fuerza, la decisión y el arrojo con el que miles de jóvenes han irrumpido en la escena política dejando claras sus ansias de participación, desafiando los intentos de desalojo de las acampadas y las prohibiciones para impedir el ejercicio al derecho de manifestación y expresión, y su resistencia ejemplar frente la brutalidad policial en Barcelona, se han convertido en una tremenda referencia de lucha. Un movimiento que ya ha traspasado las fronteras del Estado español y que contagia a otros países donde se están realizando demostraciones masivas imitando el 15M: Grecia y Francia son la avanzada, pero no tardarán mucho en sumarse otros.
Frente a todos aquellos que vienen planteando que el problema es la falta de conciencia y de espíritu de rebeldía, estas movilizaciones son un ejemplo concreto en el sentido contrario.
Una lucha anticapitalista
Este movimiento ha puesto de relieve las ansias de debatir y defender una alternativa a esta sociedad injusta dónde una minoría de multimillonarios se lucra a costa del empobrecimiento de la mayoría. A lo largo y ancho de todo el Estado, los cientos de concentraciones, manifestaciones y asambleas, incluidas las asambleas populares que se han realizado en numerosos barrios de las grandes ciudades, han dado testimonio de una repulsa general contra los banqueros y el poder financiero, contra las medidas antisociales adoptadas por el gobierno, a favor de reivindicaciones que ponen el acento en la lucha contra el desempleo, por una vivienda digna, por el incremento del SMI, por una educación y sanidad públicas de calidad, contra la corrupción de las instituciones del capitalismo…En estas semanas de acciones en la calle ha quedado claro el fuerte carácter de izquierdas y anticapitalista de la mayoría de los que hemos participado en ellas.
Si esto ha sido lo que ha ocurrido en la práctica, no es menos cierto que en algunas reuniones se han podido escuchar comentarios e intervenciones contra la “política” en general. Muchos de estos prejuicios responden a la frustración con la política oficial, incluido el completo desengaño con el gobierno del PSOE que ha capitulado a los dictados de los poderes económicos y la fuerte crítica hacia los sindicatos mayoritarios por su estrategia de desmovilización y pactos con la patronal. Aunque es lógico que en estas fases iniciales una parte de los jóvenes que participan en las asambleas tenga prevención contra los intentos de manipulación, hay que insistir que este movimiento tiene un claro carácter político de izquierdas.
De hecho, la experiencia lo ha dejado bien claro ¿Cómo se puede hablar de que este movimiento es apolítico cuando la derecha, el PP y CiU, han promovido la represión policial para desalojar a los jóvenes que ocupaban la Plaça Catalunya o la Puerta del Sol? La derecha es la enemiga declarada de la juventud y de la clase obrera; maquillar esta realidad o simplemente esconderla, no la niega en absoluto. Las manifestaciones y asambleas de esta semana lo que han puesto de relieve es que hace falta una política que de verdad defienda los intereses de la mayoría, que de verdad luche consecuentemente contra la las injusticias del sistema, que organice a la juventud y los trabajadores para transformar la sociedad. La plataforma reivindicativa aprobada en numerosas asambleas como Málaga, Sevilla, Barcelona y en muchos barrios de Madrid son un buen ejemplo en este sentido.
En el movimiento 15M participan miles de jóvenes y trabajadores que están organizados políticamente en la izquierda y esto no debería constituir ningún problema. En un movimiento tan masivo como éste todas las ideas están a discusión y nadie debería tener miedo al debate democrático; nadie debe tutelarlo, y mucho menos pretender decidir qué ideas se deben escuchar o no, qué se debe leer o no. Sabemos lo mucho que nos ha costado conquistar los derechos de libertad de expresión, reunión y organización. Se los arrancamos a la dictadura y la represión policial en una dura batalla. Y esos derechos son patrimonio de todos y debemos defenderlos. Si luchamos por la auténtica democracia real, debemos ser conscientes de que en el movimiento todos podemos debatir, escuchar y decidir sin que nadie nos coarte. Que nadie reprima el derecho de todos a manifestar sus puntos de vista, incluidas las organizaciones de izquierdas que apoyan lealmente el movimiento con un programa anticapitalista y revolucionario.
Continuar las movilizaciones y confluir en una gran huelga general
La decisión de realizar asambleas en los barrios necesita reforzarse con acciones masivas. La convocatoria de movilizaciones estatales para el 19 de junio es un paso adelante para dar continuidad a la lucha incorporando a nuevos sectores. Pero al mismo tiempo debemos plantearnos un objetivo más ambicioso para conseguir las reivindicaciones planteadas por el movimiento. Desde la Corriente Marxista El Militante creemos que es necesario hacer un llamamiento concreto a la clase obrera a sumarse a la movilización, llegando a cientos de polígonos industriales y empresas como ya se está haciendo en muchas ciudades, y promover la organización de una nueva huelga general. Estas propuestas han sido aprobadas por unanimidad en la Asamblea del 15M en Málaga, y apoyadas en otras como las de Valencia, Tarragona, Sevilla, Vitoria, Almería, Sagunto, etc.
Tras las elecciones del 22M ha quedado claro que el gobierno se prepara para poner en marcha nuevos ataques y medidas de ajuste contra la mayoría de la población en sintonía con las exigencias de la gran banca, la CEOE, el FMI y la UE. Lo mismo ocurrirá en el caso de que el PP gane las próximas elecciones generales: las recetas de recortes salvajes del gasto social, nuevas privatizaciones y contrarreformas laborales estarán al orden del día de manera inmediata. Si queremos parar los ataques contra la mayoría, si queremos hacer realidad las demandas defendidas en las asambleas y concentraciones, debemos empezar por parar la vida social y económica de todo el Estado español. Para ello es fundamental exigir a los dirigentes sindicales de CCOO y UGT que rompan con la política de “paz social”, que no firmen más pactos con la patronal, e impulsen una gran huelga general en coordinación con el movimiento 15M y el resto de organizaciones sindicales y políticas de la izquierda.
Una propuesta semejante, difundida masivamente, despertaría el apoyo entusiasta de la clase trabajadora, y de decenas de miles de delegados sindicales y afiliados de los grandes sindicatos que también están muy descontentos con la política de sus dirigentes. La entrada en escena del movimiento obrero organizado es la clave, y reforzaría enormemente la lucha iniciada como demuestran las experiencias de Francia, Portugal, Grecia y el mundo árabe.
¡Somos la mayoría, juntos y unidos podemos transformar la sociedad!
- Basta ya de ataques contra la juventud, las familias trabajadoras, los parados y los pensionistas. Ni contrarreforma laboral ni contrarreforma de las jubilaciones.
- No a los recortes presupuestarios en sanidad, educación y en las prestaciones sociales. Si hay dinero, y mucho ¡Nacionalización de la banca para promover un plan de choque en obras públicas e infraestructuras, sanidad, educación y dar empleos a millones de trabajadores y jóvenes en paro!
- ¡Por una vivienda digna para todos! Nacionalización de las grandes constructoras e inmobiliarias y creación de un gran parque público de viviendas en alquiler a un precio no superior al 10% del SMI.
- ¡En defensa de los parados! Subsidio de desempleo indefinido de 1.100 € al mes. Reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin reducción salarial.
- No a la privatización de la sanidad, educación y empresas públicas. Renacionalización de las empresas públicas privatizadas (Telefónica, Repsol, etc) y defensa de todos los puestos de trabajo
- Incremento drástico de los impuestos a los ricos. Confiscar los patrimonios de las grandes empresas y millonarios que defraudan
- No al recorte de los derechos democráticos. Plena libertad de reunión, manifestación y expresión. Basta de represión contra la juventud
Contacta con la Corriente Marxista El Militante y defiende con nosotros estas ideas
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