Desde hace varios meses, trabajadores despedidos de MetaZinco se movilizan para exigir a Macario Fernández, el dueño del grupo, el pago de las indemnizaciones que en algunos casos adeuda desde hace casi dos años. Tratándose de una empresa montada al calor de los fondos mineros, no es extraño que siga la misma suerte que han seguido otras como Alas Aluminium, Venturo o Kerkus, por citar sólo los casos más recientes. Innumerables veces hemos denunciado desde estas páginas el entramado infernal que permite a los empresarios enriquecerse a costa de las subvenciones, saqueando las arcas públicas, con la promesa de crear puestos de trabajo que, en última instancia, terminan cerrando cuando se acaban las subvenciones, sin que hasta la fecha haya habido ningún tipo de control, y mucho menos de sanción sobre los gestores y los dueños de dichas empresas.

‘No eran cursillos, era trabajar por seis euros al día’

El caso del grupo MetaZinco (Medina Metal y Meta Aislant) no es diferente, aunque el particular despotismo del dueño lo hace aún más escandaloso. Creada con  dinero de los fondos mineros y nutrida con la “carne de cañón” de los trabajadores que accedían a los “cursos de formación” que, como nos recalca uno de estos trabajadores “no eran cursillos, era trabajar por seis euros al día”. Ya en la plantilla, debían trabajar dos horas gratis todos los días para “levantar la empresa”. Al que un día no se pudiera quedar, se le descontaban o tenía que recuperarlas. En la empresa no había representación sindical, algo que el rechazaba tajantemente, y solía decir que “erámos como una gran familia”. Sólo al final, cuando ya la plantilla era muy reducida, contaron con un delegado sindical, en este caso de CCOO.
En cuanto a la gestión, hace un tiempo comienzan los movimientos para ahogar económicamente la empresa y justificar los sucesivos EREs que ha venido aplicando los últimos años. Tras crear MetaZinco Francia para comercializar el producto internacionalmente, crea tambien Asturiana de Laminados (que ahora es propietaria de MetaZinco Francia) y hacia la que derivan muchos de los beneficios de MetaZinco.
Comienza a despedir a la plantilla de comerciales de MetaZinco, disminuyendo de esa manera el número de pedidos. Por otro lado, la falta de materia prima impide incluso cursar los pedidos con los clientes habituales, lo cual agrava aún más la situación, se produce una falta de liquidez y el cierre de las líneas de crédito. El círculo vicioso que se crea es el caldo de cultivo para provocar una crisis permanente en la empresa que, a día de hoy, mantiene menos de una veintena de trabajadores, sometidos a un nuevo ERE temporal, de varios días a la semana.
Pese a una evidencia tan pública de las prácticas de este empresario, de nuevo el gobierno autonómico (ahora ya en manos de Foro Asturias, de Alvarez Cascos) le avala para un nuevo crédito de 1,5 millones de euros, que se esfuman misteriosamente en dos semanas, nuevamente sin haber pagado a los despedidos. Y además parece que ha obtenido una nueva subvención en torno a seis millones de euros, bajo la promesa de crear 40 nuevos puestos de trabajo en su nueva empresa, Asturiana de Laminados

¿Sindicalismo amarillo en los sindicatos de clase?

Tras más de un año incumpliendo sus obligaciones respecto al pago de las indemnizaciones a los trabajadores despedidos, estos deciden iniciar movilizaciones para reclamar su dinero. Pero la respuesta, en este caso de la Federación de Industria de CCOO, ha sido lamentablemente, la de actuar de portavoz de los intereses empresariales, asumiendo el discurso de que “si pago a los que están fuera, voy a tener que echar a los que están dentro”. En esta línea, a finales del año pasado un representante de la Federación accede, a requerimiento del empresario, a redactar un comunicado que posteriormente se publicará en diversos medios de comunicación, firmado por los representantes sindicales, donde textualmente se pide a la empresa que “prioritariamente trate de asegurar la continuidad de los puestos de trabajo actuales”. Y donde supuestamente los trabajadores piden a los despedidos, “que procuren que sus legítimas reivindicaciones no pongan en peligro la continuidad de la empresa”.
Ante una actuación tan escandalosa, las explicaciones que reciben de la Federación son totalmente inconsistentes: “que hay muchos expedientes, que no somos la única empresa y que hay que mirar por todos…”. Pero en nuestra opinión esta forma de actuar es totalmente inadmisible y por sí sola justificaría la dimisión inmediata de los responsables de semejante despropósito, que recuerda al sindicalismo amarillo más vergonzoso. Por otro lado, estamos convencidos de que la división de los trabajadores que fomenta este tipo de actuaciones no protegen tampoco a “los que se quedan”, sino que fortalecen al empresario y lo envalentonan, para emprender nuevos ataques y más despidos cuando lo considere necesario.
Todo lo contrario, pensamos que el camino es el opuesto: la organización y la movilización del conjunto de los trabajadores para defender los derechos de todos. La unidad es la mayor fortaleza que tenemos. Algo con lo que coinciden los trabajadores con los que nos entrevistamos: “Hay que buscar la unidad de toda la gente que está en el paro y también de toda la gente que está con problemas en muchas empresas, y apretar todos juntos. Quieren que nos bajemos los pantalones los de abajo, no los de arriba, pero eso no va a solucionar nada”.
Por su parte, los trabajadores despedidos van a continuar con las movilizaciones reclamando, no sólo su dinero sino que se ejerza un control efectivo sobre la gestión de estas empresas beneficiarias de dinero público. Una reivindicación que es un clamor en las comarcas mineras y en toda Asturias, sistemáticamente desoído por los sucesivos gobiernos. Como decía otro trabajador: “da la sensación de que aquí ganan todos, gana el que recibe la subvención, gana el que la gestiona y el que la da…”.

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