Como explicábamos en el último número de El Militante, Ana Pozo, responsable de la Federación de Limpieza de CGT en Girona, fue despedida el pasado 20 de diciembre de la empresa Eulen después de 21 años de trabajo, mediante un despido disciplinario, achacándole haber faltado de su puesto de trabajo durante 50 minutos. Realmente, su despido es la respuesta de la empresa a años de actividad sindical. La compañera juega un papel muy importante entre las trabajadoras de la limpieza, trabajadoras muy explotadas pero que se resisten a perder la dignidad. Aparte del despido, cinco delegadas sindicales (4 de CGT y 1 de CCOO) fueron sancionadas por la empresa a 16 días sin empleo y sueldo por cumplir con sus responsabilidades como sindicalistas: informar a sus compañeras de trabajo de los acuerdos de una reunión sobre prevención de riesgos laborales. Además la empresa amenaza a las trabajadoras con despedirlas si se ponen en contacto con el comité de empresa.
Desde entonces se viene desarrollando una intensa campaña de solidaridad con las compañeras afectadas. Sabemos que no podemos simplemente confiar en la buena voluntad del juez así que necesitamos llevar la lucha fuera de la empresa, explicando al conjunto de la clase obrera de Girona lo que está sucediendo y presionando al Ayuntamiento para que no se lave las manos.
El 4 de enero se realizó una primera concentración de protesta delante de la escuela pública Joan Bruguera, donde trabaja Ana Pozo. Como Ana Pozo ha explicado en numerosas ocasiones, la limpieza en la educación pública es una tarea fundamental. El ayuntamiento está demostrando que no le importa las condiciones en las que se encuentran los colegios porque por un lado recorta el presupuesto y por otro lado permite que Eulen y las otras empresas encargadas de la limpieza, despidan a trabajadores y empeoren el servicio que ofrecen. Por eso era muy importante llevar la denuncia de la represión sufrida en la empresa a los maestros y a los padres de los alumnos, para que comprendan que la lucha contra la represión sindical y la lucha por la educación pública es la misma lucha.
Manifestaciones y recogida de firmas
El 13 de enero CGT y CCOO organizaron una concentración de delegados en la plaza del ayuntamiento de Girona con unos 200 asistentes. Las trabajadoras han conseguido la unidad sindical en la lucha, por encima de banderas y siglas, para defender todos los puestos de trabajo y la libertad sindical. La concentración se convirtió en manifestación pacífica hasta la sede de Eulen en la ciudad. Las trabajadoras coreaban consignas como “Menos sanciones, más contrataciones”, “Libertad sindical”, “Limpiadoras unidas, jamás serán vencidas” “Carles Puigdemont —alcalde de Girona— estás con el patrón”, “Todos somos Ana Pozo”... El viernes siguiente, 20 de enero, se organizó una nueva movilización, en este caso una manifestación convocada por CGT y apoyada por CCOO que contó también con unos 200 asistentes.
Las trabajadoras están también participando en las movilizaciones sociales que se están desarrollando en Girona (como la movilización contra los recortes sociales del 18 de enero), están recogiendo firmas contra el despido y las sanciones y están distribuyendo miles de hojas informativas para informar a toda la clase obrera de Girona en colegios, el campo de fútbol del Girona, etc. El próximo 3 de febrero se celebra el acto de conciliación donde las trabajadoras organizaran una nueva concentración de solidaridad.
La campaña de protesta continúa. La unidad de todos los trabajadores es la única defensa que tenemos frente a los atropellos de los empresarios. No puede haber una educación pública de calidad, sin una limpieza de calidad, donde se garanticen buenas condiciones laborales a las trabajadoras. Los recortes nos están afectando a todos, además, cualquier paso atrás en los derechos sindicales significará más retrocesos, más despidos y más injusticias.
Todos somos Ana Pozo
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