La comisión de negociación entre las delegaciones de IU y PSOE de Andalucía hace ya unos días que concluyó sus trabajos, plasmados en un acuerdo  programático de 72 páginas. Un documento que no tiene nada de revolucionario, que no contempla presupuesto alguno para sufragar las propuestas de IU (simplemente se mencionan), y que no compromete a nadie ni a nada más allá de los compromisos electorales que todos los partidos presentan antes de las elecciones, como viene haciendo el PSOE en los últimos 30 años.

Todo parece indicar que, finalmente, la coalición de izquierdas entrará a formar parte del gobierno de la Junta de Andalucía por primera vez en su historia, y que el referéndum por el que se convocaba a la militancia el 24 de abril para votar el programa y el pacto, es un mero trámite en la decidida intención mostrada desde el primer momento por los máximos dirigentes del PCA de acceder al gobierno autonómico.

Sobre el contenido de la consulta-referéndum de IU

En este sentido se han manifestado tanto el comité central del PCA como la ejecutiva regional de IU, llamando a las bases a apoyar los términos del acuerdo y justificando este trascendental paso porque “sólo desde dentro es posible garantizar que se ejecuten las políticas centrales de nuestro programa para la resistencia frente a la dictadura del capital”, o como viene declarando Diego Valderas, con sus afortunadas metáforas taurinas, “hay que tener mando en plaza para llevar a cabo políticas de izquierda”.
En Villaverde del Río no compartimos el fondo y la rotundidad de tales afirmaciones. Todas las luchas y los avances que nuestra organización ha desarrollado en los últimos años, algunas con un marcado carácter anticapitalista, han tenido como eje de acción la calle y la fábrica, sirviendo nuestras posiciones en el ayuntamiento como un punto de apoyo para elevar y dar continuidad a la lucha, subordinando el frente institucional a la movilización social.
Pero centrémonos en uno de los elementos más controvertidos del proceso al que estamos asistiendo en IU. Se trata del referéndum vinculante, una condición recogida en los estatutos de la coalición para los pactos de gobierno a nivel autonómico. En principio resaltar el carácter democrático de esta norma interna. Pero hasta la ley más democrática puede desvirtuarse si no se aplica con los métodos y las garantías necesarias. Esto es precisamente lo que ha sucedido en esta consulta. La papeleta oficial y única que la dirección de IU aprueba sólo ofrece dos variantes de entendimiento con el PSOE: Formar parte del gobierno, con reparto de Consejerías, o pacto de legislatura, acuerdo programático y cargos menores; es decir, Sí o Sí. Deliberadamente, se obvia la posibilidad de votar el apoyo a la investidura del PSOE (cerrando así el paso a la derecha) y pasar a la oposición, una cuestión central que ha aparecido en todos los debates y discusiones que se han producido en los órganos de IU y PCA donde las bases han podido participar e incluso constatar el resultado de las votaciones de sus respectivas asambleas. Se puede decir por todo lo visto y oído que ésta era la voz predominante en las asambleas locales y provinciales, opinión compartida y difundida en los medios de comunicación por notables del partido como Julio Anguita o Felipe Alcaraz. No menos significativo es resaltar que también ha sido ésta la postura del sector de IU más hostil a los pactos con el PSOE, la Convergencia Unitaria de Trabajadores (CUT), comandados por el parlamentario Sánchez Gordillo que, correctamente, y a través del debate interno en contacto con los trabajadores, corrigieron su posición inicial de abstención al estilo de Extremadura.
Entonces, ¿por qué la opción más compartida por el conjunto de la organización desaparece de la consulta? Sin duda ha sido una imposición del PSOE. Conscientes de lo que supondría un gobierno débil, en minoría, de los socialistas con una situación explosiva en la calle, han exigido a los líderes de IU que renuncien a esta pretensión y que se embarquen con todas las consecuencias. Así que, muy democráticamente, eso es lo que han hecho. Como diría el Che Guevara: “cuando supimos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”.

Una política de pactos correcta

En Villaverde hemos defendido activamente la consigna de votar únicamente la investidura, aprobando una resolución* que nos ha servido para intervenir y trasladar nuestros planteamientos a otras asambleas. En todo momento hemos alertado de los peligros que, en la situación actual supone un acuerdo de gobierno con un PSOE que en la práctica mantiene su política proburguesa y neoliberal y que no está dispuesto a enfrentarse consecuentemente con la política de recortes y ataques a los trabajadores impuesta por la burguesía. Los máximos responsables de la Junta asumen el compromiso del déficit público y del pago de la deuda pública tal y como exigen los mercados y el gobierno central. Esto es completamente incompatible con el programa de aumento del gasto social y de las inversiones públicas a la que nos hemos comprometido en nuestro programa. Por si hubiera alguna duda, en plena negociación con IU, con un gobierno en funciones del PSOE, la consejera de Economía ha anunciado un recorte presupuestario de 2.700 millones de euros, un 8% del total, advirtiendo que afectará a partidas como educación y sanidad ¡y esto lo hacen en las mismísimas barbas de los negociadores de IU! En tales circunstancias, sin margen para una política de gasto dirigida a las necesidades más acuciantes de las familias trabajadoras, asumir cargos y puestos en la Junta es una empresa llena de contradicciones, hasta el punto de que los propios diputados de IU se pueden ver gestionando y justificando los recortes desde la institución burguesa en lugar de combatirlos al frente de la contestación social. Precisamente ahora, cuando la lucha de clases se está elevando, cuando amplias capas de los trabajadores buscan un referente para la lucha, es cuando una IU revolucionaria y combativa puede ocupar este lugar en el movimiento ampliando su influencia y ganando a los mejores combatientes, jóvenes y trabajadores, para sus filas.

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