Entrevista a Santiago Jiménez, alcalde de IU de Villaverde del Río (Sevilla) y miembro de la Corriente Marxista El Militante
El Militante.— Como alcalde de Izquierda Unida en una población jornalera y castigada por el paro masivo, ¿cuál es el balance de la coalición de gobierno PSOE-IU en Andalucía?
Santiago Jiménez.— Los compañeros de Izquierda Unida de Villaverde seguimos manteniendo que la entrada de IU en el gobierno autonómico ha sido un error y los escasos meses que han transcurrido desde la formación del gobierno así lo confirman. Una cosa era evitar que el PP llegara al gobierno de la Junta, cosa por la que hemos luchado siempre de manera decidida, y otra involucrarnos en un gobierno con dirigentes del PSOE comprometidos durante años con el sistema capitalista. Frente a los defensores del acuerdo, los mismos que hoy se reparten los cargos institucionales y que proclamaban la necesidad de “tocar poder” para hacer “políticas de izquierdas”, nosotros explicamos que la realidad con la que se toparían de bruces sería la imposición de los recortes capitalistas.
Apenas tomaron posesión de sus nuevas responsabilidades, los diputados de Izquierda Unida se encontraron sobre la mesa un recorte de 2.700 millones de euros a costa de los salarios de los empleados públicos y de la calidad de la educación y la sanidad pública. Esto era totalmente previsible. Lo que no entraba en el guión era que el grupo encabezado por Diego Valderas iba a apoyar y defender públicamente la necesidad de aplicar estas medidas antiobreras, negando en la práctica el programa político con el que se presentó a las elecciones y provocando una respuesta de indignación tanto entre los trabajadores públicos como entre la militancia comunista.
En lugar de rechazar los recortes, de denunciar los chantajes del PP y las maniobras oportunistas del PSOE, de llamar a la lucha y la movilización a los sindicatos y el conjunto de los trabajadores públicos para frenar los ataques, tuvimos la lamentable imagen del máximo dirigente autonómico de IU, ahora en su calidad de vicepresidente de la Junta, explicando que los recortes son dolorosos pero no queda más remedio que aplicarlos para cuadrar las cuentas ¡para cuadrar los desmanes de treinta años de despilfarros y de políticas procapitalistas en la Junta!
Hay que decir que la retirada parcial del mismo, por la presión social y por coincidir con el enésimo saqueo contra el salario de los funcionarios emprendido por el gobierno del PP, no ha mejorado la imagen del “gobierno de progreso”. La cuestión fundamental es que la credibilidad de IU se ha visto seriamente dañada. Como ya hemos explicado otras veces, los trabajadores votan a IU para que combata los recortes, no para que los aplique. La coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es decisiva en política. Existen enormes oportunidades para que una organización como IU crezca y se convierta en el referente de millones de oprimidos. Pero para eso se necesita una política y un programa revolucionario, donde el trabajo en los gobiernos e instituciones esté subordinado a la lucha en la calle y al servicio de las reivindicaciones de todos los colectivos obreros y vecinales.
EM.— ¿Cuál es el ambiente entre la militancia del PCE y de IU ante la postura adoptada por la dirección y las medidas del gobierno de coalición?
SJ.— Como ya hemos mencionado, la complicidad en las políticas de ajuste del gobierno de la Junta ha abierto una grieta entre la dirección y las bases de IU y el Partido Comunista de Andalucía (PCA). Hay que señalar que las negociaciones y la aprobación de este plan de recortes se llevaron a cabo como una gestión personal de Valderas y un reducido grupo de compañeros de su entorno, sin debate alguno dentro del partido. Por increíble que parezca, el máximo dirigente a nivel andaluz, pensaba que, al igual que ocurrió con los contactos que dieron lugar a la coalición con el PSOE, la organización le seguiría ante los hechos consumados, simplemente explicando que estas medidas se justificaban por las imposiciones del PP. Sin embargo, la noticia cayó como una bomba entre la militancia.
La respuesta de la base ha sido una lluvia de resoluciones desde las asambleas locales y provinciales en toda Andalucía rechazando el plan de recortes, condenando la política asumida por los representantes de IU en la Junta y llamando a participar en la lucha, también, contra estos recortes. Este ambiente de crítica muy dura ha tenido su reflejo en el propio parlamento, donde hubo dos votos en contra y una abstención en las filas de IU. Ante esta situación de “descontrol”, el coordinador regional ha tenido que dirigirse personalmente a la militancia poniendo toda su autoridad sobre la mesa e intentando buscar la comprensión sobre las “difíciles decisiones” que tienen que tomar los políticos “responsables” en las instituciones democráticas en estos momentos de crisis. Ni que decir tiene que no ha convencido a nadie. Camarada Valderas, los recortes, es decir las políticas más agresivas del capital, no se gestionan mejor o peor. ¡O se aplican o se lucha contra ellos! Y la militancia de IU y el PCE están demostrando que quiere continuar luchando a pesar de las incoherencias y concesiones de su dirección. Sin duda, esta es una clara ilustración de la diferencia entre políticas reformistas de adaptación al sistema y políticas revolucionarias, y centrará parte de la discusión en el inminente proceso congresual de IU.
EM.— Las direcciones de CCOO y UGT todavía no se han decidido a convocar huelga general contra los recortes salvajes del gobierno del PP anunciados en verano. ¿Cuál es la posición de IU en Villaverde del Río y qué pensáis de la actitud de Cayo Lara al respecto?
SJ.— El último paquete de recortes aprobado por el gobierno es una auténtica declaración de guerra contra las clases populares que tenía que haber sido contestada por las grandes centrales sindicales con la convocatoria y la preparación concienzuda de una huelga general de 48 horas, que superara en contundencia y extensión la del pasado 29 de marzo. ¿Qué más hay que esperar? El gobierno reconoce sin ningún pudor que las subidas de impuestos y los recortes multimillonarios del gasto social son las condiciones impuestas por los capitalistas europeos para financiar el agujero de la banca española. Parece que las direcciones sindicales esperan con cierta resignación ¡que éste sea el último recorte! Pero los ataques no tienen fin, y menos con la actitud de debilidad que permanentemente muestran las cúpulas de los sindicatos mayoritarios. No hay excusa con la que está cayendo y lo que queda por venir. De hecho, tenemos a numerosos sectores en lucha que continuamente están sobrepasando la moderación y la falta de perspectivas de las direcciones sindicales, como está ocurriendo en la sanidad, en la educación, entre los empleados públicos, los estudiantes, en centenares de conflictos laborales producto de cierres de empresa, despidos, rebajas salariales, etc. En todos los casos estamos encontrando maravillosos ejemplos de lucha y sacrificio. Podríamos continuar con los mineros, astilleros o la marcha jornalera del SAT.
EM.— Durante agosto y septiembre, el SAT-SOC ha encabezado acciones en supermercados, ocupaciones de fincas, hoteles, y protagonizado una marcha obrera por Andalucía. ¿Cuál es vuestra postura al respecto y, enlazando, cuál está siendo la política de IU al frente del ayuntamiento de Villaverde del Río contra la crisis capitalista y el desempleo?
SJ.— Desde Villaverde queremos mostrar nuestro apoyo a la lucha emprendida por los compañeros y compañeras del Sindicato Andaluz de Trabajadores - SOC. La marcha obrera que ha recorrido cinco provincias andaluzas ha tenido una dimensión y un impacto en la opinión pública que no puede explicarse sólo por la expropiación de alimentos en el Mercadona o las ocupaciones simbólicas de fincas y hoteles. Estas acciones han conectado, han encontrado eco y simpatía entre amplias capas de los trabajadores que necesitaban un ejemplo de rebeldía, de lucha firme y consecuente contra los recortes, contra el sistema capitalista y sus opresores, las grandes superficies de alimentación, los terratenientes, etc. La movilización jornalera, pacífica y sufrida, ha pretendido en todo momento convertirse en un movimiento de denuncia social, dando voz a los oprimidos y poniendo rostro a las víctimas de la crisis capitalista. Esto explica también la campaña de calumnias desa-tada por el gobierno del PP y los medios de comunicación de la derecha así como la desproporción de las acciones legales emprendidas contra ellos ¡cinco años de cárcel por ocho carros de comida para un comedor social!
Para el gobierno obrero del ayuntamiento de Villaverde, el contenido revolucionario de esta marcha es una inspiración y un ejemplo para continuar con la política que venimos desarrollando y que también está orientada a luchar contra la crisis capitalista. El gobierno municipal de IU en Villaverde se ha negado rotundamente a aplicar las políticas de recortes, de despidos, de subida de impuestos, de supresión de derechos y servicios que han emprendido otros ayuntamientos acuciados por las deudas. Las políticas obreras han avanzado notablemente en dos apartados especialmente sensibles para los trabajadores, los servicios públicos y el empleo. Respecto a los servicios, se han recuperado bajo la gestión municipal y pública dos sectores que estaban privatizados, la ley de la dependencia y la limpieza de los colegios. En materia de empleo, la repercusión de estos logros ha sido enorme. Más de cuarenta trabajadoras que obtienen un contrato público, estable y con garantías cuidando a las personas dependientes y, según nuestra previsión, otros cincuenta contratos públicos temporales, repartidos democráticamente entre las trabajadoras del pueblo para las tareas de limpieza en los centros docentes. El reparto del trabajo se ha hecho a través de bolsas elaboradas con la participación de centenares de trabajadoras y trabajadores que han elegido en asamblea a comités de trabajadores encargados de valorar y puntuar las solicitudes y llevar el control del proceso. Tenemos en funcionamiento ¡once bolsas de trabajo con estos métodos asamblearios y participativos! Estos son los métodos de la democracia obrera, de la participación de los trabajadores en las decisiones municipales y del control directo de los trabajadores en la producción, los servicios y el reparto del trabajo. Sólo así se construye una genuina política revolucionaria y anticapitalista.