Los ERE y los despidos se dispararon el año pasado hasta máximos en casi dos décadas. Más de 3.300 trabajadores fueron despedidos en la Comunidad Autónoma Vasca a través de un ERE en 2012, una cifra insólita desde 1996, a los que hay que sumar aquellos que perdieron su empleo a través de un despido individual. En Hego Euskal Herria se perdieron el año pasado 77.000 puestos de trabajo y hay ya 220.000 parados, y además tanto los gobiernos vasco y navarro como las patronales aseguran que este año seguirá engordando esta cifra.
La patronal y el PNV, dos caras de la misma moneda
¿Qué solución propone Confebask? ¿Y el Gobierno vasco? El presidente de la patronal, Miguel Ángel Lujua, ha saludado la llegada del PNV al Gobierno de Gasteiz consciente de que Urkullu le dará todo lo que pida. La buena sintonía entre PNV y patronal ha sido una constante los últimos treinta años, para desgracia de la clase trabajadora vasca, y está claro que Lujua no se equivoca en su diagnóstico. Lo primero que ha hecho el nuevo consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, es anunciar a bombo y platillo que las arcas de Lakua están vacías. Argumenta el consejero que, como este año habrá 1.200 millones menos para gastar, la única solución es meter la tijera a todas las partidas presupuestarias, incluidos los servicios básicos como Sanidad, Educación o ayudas sociales.
El PNV presume con la boca grande de defender la autonomía vasca frente a las intromisiones del Estado español, pero cuando llega la hora de hablar de dinero se acaba la defensa de un marco autónomo. El equipo de Urkullu cumplirá sin rechistar los topes de gasto que le impone el Gobierno español, sin importarle nada que gastar 1.200 millones menos implique contribuir a que el paro suba aún más. ELA calcula que aplicar los recortes del Gobierno español en la Función Pública supondrá la destrucción de 9.000 puestos de trabajo más solo este año.
El PNV aplicará todos los recortes que le imponga Madrid incluso se inventará los suyos propios. Pide a las diputaciones reformar la fiscalidad para lograr más recursos. En aquellos territorios donde lo consiga, ya sabemos de dónde saldrán esos recursos. Desde luego no del impuesto de Sociedades. Lejos de meter mano a los beneficios empresariales, el PNV prepara una línea de crédito para empresas sin intereses con los ahorros de los trabajadores incluidos en las EPSV y nuevas ventajas fiscales para los empresarios. El matrimonio entre empresarios y PNV es indisoluble. Conscientes de ello y para justificar más ventajas fiscales a los empresarios, los líderes de Confebask repiten entre lágrimas de cocodrilo que las empresas “se mueren” a causa de la crisis y chantajean a la sociedad advirtiendo de que si el Gobierno no acata sus peticiones seguirá aumentando el paro.
Por la unificación de las luchas
Lo único que puede frenar los recortes, la deslocalización de empresas y el paro es la fuerza de la clase trabajadora. No es casualidad que Gobierno vasco y patronal apelen una y otra vez a “la responsabilidad” de los sindicatos para que se unan a una mesa de diálogo en la que se firmen uno tras otro los ataques a la clase trabajadora que pide Confebask. La patronal dice que quiere defender el marco vasco de relaciones laborales, pero solo si puede fijar sus reglas de juego. El hecho real es que a los grandes empresarios el marco vasco les importa bien poco. No hay más que ver lo rápido que se han echado a los brazos de una reforma laboral aprobada en Madrid, que poco tiene de vasca pero que les permite acabar con la negociación colectiva y establecer un escenario de total desregularización para aplicar en cada empresa las condiciones de trabajo que se les antoje.
Uno de los objetivos prioritarios del PNV es que ELA y LAB se sienten a una mesa a gestionar los recortes a los servicios sociales y la aplicación de la reforma laboral. El Gobierno vasco no quiere a la clase trabajadora enfrente, pues conoce bien el desgaste sufrido por el PSE en la anterior legislatura a causa del éxito de las huelgas generales convocadas por la mayoría sindical, aún mayor en el caso de la convocada el 29 de marzo de 2012, que contó con el apoyo de CCOO y UGT. Si hay algo que intimida al PNV y a Confebask es la respuesta de la clase trabajadora que puede suceder a un tijeretazo de 1.200 millones en los Presupuestos. CCOO y UGT cometerán un error si aceptan dar recorrido a esa mesa de diálogo social, que de diálogo tendrá bien poco, y tampoco ELA y LAB debe responder a los cantos de sirena del PNV. Sus bases tienen muy claro que el camino no es ir de la mano de los empresarios, sino la lucha seria y organizada de la clase trabajadora.
Así lo demuestran las victorias parciales de los trabajadores que se han sucedido los últimos meses en Euskal Herria. Solo una respuesta contundente hace retroceder a los empresarios sin escrúpulos. Primero fueron los trabajadores de Laminaciones Arregui quienes lograron paralizar el cierre de las instalaciones de Gasteiz a través de una huelga de seis meses. Aunque la decisión de anular aquel primer ERE fue en último término una decisión judicial, fue la presión y la movilización de los trabajadores, dando a conocer su lucha por los cuatro costados de Euskal Herria, la que determinó el fallo del juez. Una lucha que no obstante aún no ha terminado puesto que aún hay trabajadores que no han sido readmitidos y la multinacional a la que pertenece Laminaciones ha presentado otro ERE de suspensión de dos años. También los trabajadores de la constructora de ferrocarriles CAF, en Beasain, se han anotado una importante victoria logrando que la dirección retire el ERE de suspensión que incluía a casi 900 empleados gracias a los paros convocados como medida de presión. Y la plantilla del Grupo Kider ha logrado, tras una semana de huelga, que la dirección dé marcha atrás a su intención de despedir a 160 personas.
Es necesario unificar todas estas luchas parciales en una sola que garantice una victoria también en empresas más pequeñas. Así lo han entendido los comités de fábricas en lucha como Alfa, Eurest, Cementos Lemona o el propio de Laminaciones Arregui, que han convocado dos manifestaciones el próximo día 9 de marzo, una en Bilbao y otra en Iruñea, como fórmula para ampliar las convocatorias realizadas por algunos comités de Araba, que también han contado con el apoyo de los compañeros de El Militante y que han sido una de las claves de algunas de las victorias comentadas anteriormente. Como explicaron los delegados sindicales en la presentación de la manifestación del día 9, es necesario unificar y extender la lucha al conjunto de la sociedad por encima de siglas sindicales. Los compañeros de estos comités, representantes de sindicatos distintos, han dado un paso adelante muy importante para frenar los ataques a la clase trabajadora.
Habrá que dar nuevos pasos vinculando a más comités hasta que se pare la sangría de recortes, los ERE y las rebajas de sueldo que ha traído la reforma laboral. Las direcciones de los sindicatos deben comprender que sus bases están pidiendo unidad, pero unidad de los trabajadores, no unidad con la patronal y el Gobierno vasco. Un diálogo social vasco no sirve de nada si es para tratar los mismos contenidos que en el diálogo social español, es decir, para aplicar recortes. No es comprensible que la dirección de un sindicato como ELA, sindicato de clase mayoritario en Euskal Herria e implicado en numerosos conflictos laborales, no secunde una iniciativa surgida de algunos de sus delegados de base que tiene por objetivo la unión y la defensa de los intereses de los trabajadores. Desde El Militante hacemos un llamamiento a que los sindicatos fomenten el éxito de este tipo de protestas y sobre todo utilicen sus recursos materiales y humanos para ampliar la lucha y vincular a más empresas en conflicto. Los convocantes de la movilización han desarrollado un blog con dirección:empleguadefendadezagun.wordpress.com
¡No a los recortes sociales y a la reforma laboral. Por la defensa del empleo digno en Euskal Herria!
¡No al diálogo con empresarios y gobiernos para negociar ataques a los trabajadores!
¡Por la unidad de la clase trabajadora vasca. Hay que ampliar y extender la lucha a más empresas en conflicto!