El descrédito del gobierno del PP, de la monarquía, de las instituciones capitalistas y de los agrupamientos políticos que tratan de apuntalar este decadente sistema es enorme, como nunca lo ha sido en las últimas cuatro décadas; y sigue aumentando día a día, de forma inexorable. Las encuestas confirman y vuelven a confirmar que el desplome del apoyo electoral del gobierno de Rajoy es brutal. Según la publicada por El Periódico el 5 de julio, el PP pasaría de 186 a 118 diputados y un 70% de los ciudadanos no confían en este partido.

Recortes, corrupción e impunidad

La agresividad del PP contra los derechos y las condiciones de vida de la clase obrera,  entregando hospitales públicos a las empresas privadas, expulsando a decenas de miles de estudiantes de la universidad con el recorte de las becas y anulando los convenios colectivos de millones de trabajadores, por mencionar solamente algunos ejemplos, contrasta con el cinismo y la frivolidad con la que se posicionó con el encarcelamiento de Bárcenas, su extesorero, como si el tema no fuera con ellos, como si esta gigantesca trama de corrupción no afectara a prácticamente todas las personalidades del PP de los últimos veinte años.
La impunidad de los poderosos se está viendo también con el caso Nóos, que afecta de lleno a la monarquía y que, en las últimas semanas, se ha centrando en el asunto de las supuestas ventas de fincas de la infanta Cristina. Los trucos y maniobras, burdas hay que decirlo, que desde la cúpula del Estado se están realizando para evitar que se siente en el banquillo, no cortan el profundo y creciente descrédito de la monarquía; lo que sí han logrado es extenderlo a todas las instituciones “democráticas” y al servicio de “todos los españoles”.

Un gobierno zombi

La corrupción y la impunidad, mezclada con los efectos sociales catastróficos de la crisis capitalista y de las medidas impuestas por la derecha desde el gobierno, prepara inevitablemente nuevas y más fuertes movilizaciones sociales. El Sindicato de Estudiantes ya ha anunciado movilizaciones para octubre con la ley Educativa. El gobierno del PP es un gobierno zombi, suspendido en el aire. La única razón por la que aún no ha caído es por el apoyo implícito y explícito que les está suministrando la dirección del PSOE, de CCOO y de UGT.
El acuerdo entre el PP y el PSOE, presentado con toda pomposidad en la prensa,  para “defender juntos” una “política de crecimiento” en la última cumbre europea, a lo único que ha podido contribuir es a desviar la responsabilidad directa y plena del PP en la política de recortes. Aunque el efecto, en ese sentido, ha sido escaso, dada la falta de autoridad de los propios dirigentes del PSOE. Es francamente ridículo y vergonzoso escuchar a los dirigentes del PSOE defender que su pacto con el PP es una prueba de que Rajoy ha variado de rumbo en su política, cuando todos sus compromisos de recortes con la troika siguen en pie y la gravedad de la crisis financiera los puede acelerar todavía más. ¿Cómo se puede afirmar, además, que es posible pactar con el PP los temas “centrales”, que “afectan a todos los españoles” y al mismo tiempo “luchar” contra la ley Educativa o la ley del Aborto?

Crisis del PSOE, crecimiento de IU

Con esta actitud no es extraño que el PSOE capitaneado por Rubalcaba consiga empeorar aún más los ya catastróficos resultados obtenidos en las generales de 2011, pasando de 110 a 104 diputados, según la encuesta mencionada anteriormente. La intención directa de voto al PSOE, la que los encuestados señalan espontáneamente, es de un 17,2%, tres puntos por debajo que en enero.
En contraste, la encuesta vuelve a confirmar un crecimiento importante de IU, que se opuso al pacto con el PP, exige la dimisión del gobierno y ha apoyado las movilizaciones sociales contra la derecha. Según El Periódico, IU podría alcanzar hasta los 50 diputados, desde los 11 actuales. Otra encuesta reciente, divulgada por la Cadena Ser el 26 junio, daba a IU el primer puesto en intención directa de voto (13,2%), bastante por encima del PP y del PSOE, con un 7,5% cada uno. El ascenso electoral de IU es la confirmación de que existe un amplio sector de la sociedad que apuesta por una ruptura total con las políticas de sumisión a la oligarquía financiera, tanto doméstica como internacional. Si IU completase su oposición al gobierno del PP con una alternativa al capitalismo basada en la nacionalización de todas las palancas productivas con la perspectiva de la transformación socialista de la sociedad, su apoyo y prestigio se incrementaría todavía más. En todo caso, ese es el único camino para acabar con la pesadilla del capitalismo.

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