La falta de mantenimiento hace que se corran riesgos innecesarios. Pese a ello, cada día se reducen los tiempos para mantenimiento preventivo. Ya se ha convertido en algo normal que cuando surge una avería se pare lo mínimo o se repare sobre la marcha. Somos los trabajadores quienes pagamos las consecuencias de esta forma de trabajar, cuando la responsable es la empresa: reduce personal, aumenta los ritmos de trabajo, marca objetivos de producción imposibles de conseguir, a costa de nuestra salud y en ocasiones de nuestra vida.

Huelga de 24 horas en la Acería

Es necesario, en el día a día, incrementar el control por parte de las secciones sindicales con representación en los comités de seguridad. No puede ser que solo actúen en caso de que haya una denuncia por parte de un trabajador. Sobre todo hay que controlar las condiciones en las que trabajan los compañeros de las empresas auxiliares, en muchas ocasiones sometidos a una presión y a unos ritmos de trabajo brutales. Y esa responsabilidad no puede recaer en los propios trabajadores de las subcontratas, sino que es tarea de los comités de empresa respectivos, comenzando por el de Arcelor.
Además, hay que reaccionar con contundencia ante cualquier accidente, mucho  más si es mortal. En esta ocasión se ha convocado un paro de 24 horas en la acería, de la misma forma que, tras la muerte del trabajador de TSK el comité convocó un paro de 24 horas en el TBC. Pero en nuestra opinión, parar taller por taller no es suficiente. Cuatro trabajadores muertos en poco más de un año son suficientes como para convocar una huelga general al menos en las dos factorías de Asturias y también para convocar una gran manifestación comarcal contra la siniestralidad. Para que la empresa “tome medidas” hay que obligarla, respondiendo de forma contundente ante este tipo de “accidentes”, pues son nuestra salud y nuestra vida las que están en juego.

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