Cuatro días después, el Sindicato de Estudiantes organizó una huelga general estudiantil de 48 horas, que ha sido respaldada por más de dos millones de estudiantes, con manifestaciones multitudinarias en más de 50 ciudades del Estado.
En ambas movilizaciones, las direcciones de CCOO y UGT no sólo han estado ausentes, sino que en la práctica no han movido un solo dedo para su éxito. Previamente al 22-M, Toxo y Méndez se desplazaron a La Moncloa para reunirse con Rajoy, hacerse una foto vergonzosa y reclamar la apertura del diálogo social para “apuntalar el crecimiento económico”. Esa foto reflejó muy gráficamente dos mundos enfrentados: el de una cúpula sindical cada día más aislada, que no representa el sentir de sus militantes, de los trabajadores y de la juventud, y un movimiento de masas que busca de manera efectiva expresar su voluntad de barrer al PP y sus políticas de austeridad.

Lucha de masas, de clase y revolucionaria

La manifestación del 22-M es la expresión del gran salto que ha experimentado la conciencia en estos años de crisis. Impulsada por cientos de colectivos y organizaciones, destacando de entre ellos el SAT, la PAH, asambleas de parados, Izquierda Unida, además de cientos de secciones sindicales de CCOO que se han rebelado contra el boicot de la dirección confederal, la marcha contó con 500 autobuses venidos de todos los rincones del Estado, ocho columnas llenas de miles de personas que han andado durante días hacia la capital, y decenas de miles de vecinos y trabajadores de Madrid que les han recibido de manera entusiasta. Toda esa fuerza transformó el 22-M en una marea humana decidida y llena de confianza, en una gran lección de unidad y combatividad. Una movilización de clase, con un contenido anticapitalista claro, con el objetivo común de denunciar y exigir la dimisión del gobierno, y de llamar  a la unificación de las luchas en una nueva huelga general.
Este ha sido el secreto para que los grandes medios de comunicación, que han desplegado una inmensa campaña de boicot y ocultación de las Marchas, hayan fracasado miserablemente. A pesar de su silencio no han podido evitar la gran movilización que se ha vivido. Eso sí, han intentado desvirtuarla y condenarla, a través de una campaña de criminalización que ha contado con todos los medios posibles para presentar a los que marchábamos pacíficamente en las calles de Madrid como hordas violentas, llenas de agresividad contra la policía.
La violencia se ha convertido en el nuevo portaestandarte de la derecha. Pero en las imágenes que han circulado por las redes sociales, en decenas de vídeos, se puede ver perfectamente la acción planificada de policías infiltrados, encapuchados por supuesto, que han animado la gresca, que han provocado los incidentes, y que incluso, rayando en el esperpento, han sido golpeados por sus propios compañeros en medio de los tumultos.
La oleada represiva que se ha vivido en estas semanas con intensidad, que forma parte de una estrategia de más alcance, refleja la debilidad de este gobierno que no tiene nada más que ofrecer salvo mentiras, insultos, porrazos y detenciones. ¿Quién organiza la violencia? No nos cabe ninguna duda. Más allá de la actitud de algunos descerebrados, que piensan que la violencia gratuita es una arma revolucionaria cuando en realidad sólo hace el juego a la reacción, la violencia es alentada y provocada por este sistema, por quienes defienden las políticas de ajuste, los recortes en sanidad y educación, los desahucios a cientos de miles de familias y los despidos masivos.

Una huelga estudiantil histórica

El éxito de la huelga estudiantil [ver entrevista a la secretaria general del Sindicato de Estudiantes en contraportada] volvió a dar continuidad al gran movimiento de la Marea Verde que algunos quieren enterrar, dejando claro que la batalla en defensa de la enseñanza pública, contra la reforma franquista de la educación, y por la dimisión de un ministro nefasto, nos implica a todos.  La huelga del 26 y 27 de marzo ha sido un tremendo golpe contra las políticas educativas clasistas del PP. Pero no se queda ahí. Es también la mejor respuesta a aquellos que en la dirección de CCOO, de FETE-UGT, de STEs, de la CEAPA, han rechazado reiteradamente los llamamientos del Sindicato de Estudiantes a continuar la movilización de la Marea Verde. Correctamente, como señalan en su comunicado, los compañeros del SE insisten en que no hay razones para escudarse en la pasividad y que es necesario continuar la batalla con una huelga general educativa de 72 horas: “La unidad, como su nombre indica, es unidad para la acción, no unidad para la parálisis y la no acción. Este es el valor de la huelga estudiantil del 26 y 27 de marzo: demostrar que sí se puede, que sí tenemos dignidad, y que si podemos ganar esta batalla tan trascendental”.

Unificar las luchas. ¡Por una huelga general para barrer al PP!

El PP y la burguesía pretenden prolongar la legislatura para aplicar más recortes, golpear más duramente los derechos sociales, los salarios, los empleos y las libertades democráticas. Poniendo sordina al clamor de la calle, amplifican todo lo que pueden su campaña sobre una supuesta recuperación económica. Pero estas mentiras tienen las patas muy cortas y ninguna credibilidad.
Por su parte, los dirigentes del PSOE, completamente superados por el movimiento en la calle, sólo piensan en impedir una hecatombe en las próximas elecciones europeas. Ahora bien, ¿por qué Rubalcaba se empeña en dar cuantos balones de oxígeno sean necesarios al PP para evitar una crisis política mayor? La respuesta es obvia. No quieren que Rajoy caiga como producto de la lucha de masas, no quieren que los trabajadores y la juventud sean los protagonistas del desalojo del PP de La Moncloa; porque si eso ocurre, además de desvelar el fraude completo de su “oposición parlamentaria”, llenaría de confianza a la clase obrera y colocaría en una situación realmente difícil al siguiente gobierno. Los dirigentes del PSOE no tienen la menor intención de forzar elecciones anticipadas, y huyen de la movilización social como de la peste. ¡Que sigan por este camino! El espejo en el que se pueden mirar es el del PASOK en Grecia, cuyo apoyo electoral en las elecciones del 2012 quedó reducido a un 9,3% y sus expectativas siguen a la baja. También las recientes elecciones municipales en Francia ha puesto de relieve la profunda crisis de la socialdemocracia, con el varapalo histórico que ha cosechado el PSF como consecuencia de la total alineación del gobierno de Hollande con la política de recortes y de austeridad capitalista.
La gran movilización del 22-M y la huelga estudiantil ha dejado claro que la lucha es el único camino para derrotar la austeridad y romper con la lógica del capitalismo. La política de pacto social de los dirigentes de CCOO y UGT, ha sido completamente superada por los hechos. Toxo y Méndez tratan de volver al pasado, pero ese sindicalismo de moqueta y despacho, agarrado a las subvenciones del Estado y que pretende actuar como el doctor democrático del capitalismo, ha recibido una contestación contundente en la calle. Por eso es tan importante dar la batalla dentro de los sindicatos, defender en ellos un programa de clase, combativo y democrático con un contenido revolucionario y socialista. ¡No hay que abandonar los sindicatos, hay que echar a aquellos dirigentes que no nos representan y que han llevado al movimiento sindical a su crisis actual! Y esta batalla, que no ha hecho más que empezar, se convertirá en otro frente decisivo de la lucha de clases en el próximo periodo.
Los próximos meses van a ser trascendentales. La tarea es transformar esta gran movilización social en organización consciente, en vincular todas las luchas en la dirección de una nueva huelga general para barrer al PP. Esta es la tarea en que estamos empeñados los trabajadores y jóvenes de El Militante: defender el programa y los métodos del marxismo revolucionario en las huelgas, en los sindicatos de clase, en Izquierda Unida, en los movimientos sociales, entre la juventud, y levantar una genuina alternativa de lucha por el socialismo. ¡Únete a nosotros para conseguirlo!

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