La idea fundamental que no paraba de repetirse fue la necesidad de dar una expresión política a las continuas luchas que desde hace años estamos llevando a cabo la clase trabajadora y la juventud, en defensa de la sanidad y la educación pública, contra la reforma laboral, los despidos y la precariedad en el trabajo, contra las privatizaciones, contra los desahucios, etc. Efectivamente, la iniciativa encabezada por Ada Colau en Barcelona, “Guanyem Barcelona”, fue un ejemplo muy repetido y que expresa la voluntad de crear una alternativa política que implique y represente los movimientos sociales, que no haga política de despacho, sino que se movilice en la calle y represente el sentir de los que sufrimos la crisis en primera persona, que de una respuesta a la tremenda y creciente movilización social que existe; en definitiva, una alternativa política de izquierdas y anticapitalista que permita cambiar la sociedad. Es significativo que uno de los nombres propuestos para el bloque sea “Ganemos Guadalajara” y que la comisión que se formó para coordinar vaya a redactar un manifiesto inicial de unidad, rechazo a las políticas de recortes en derechos sociales y democráticos, de privatizaciones y de llamamiento a participar en las asambleas y, de esta forma, concretar la consigna del ¡sí se puede! en una realidad.
Otra idea muy repetida y sin la cual resultaría imposible ofrecer esta alternativa fue la necesidad de construir este auténtico frente de izquierdas desde abajo, con la participación de la clase trabajadora, los movimientos sociales y la juventud, la necesidad de realizar asambleas ciudadanas y la rendición de cuentas, la necesidad de ser independientes económicamente para ser independientes políticamente.
A esta asamblea abierta asistimos compañeros de IU, Podemos, Equo, Comité de Parados, Sindicato de Estudiantes, STEs, Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Corriente Marxista El Militante, Asamblea Docente de Guadalajara, plataforma “+ de un ciudadano”, así como diferentes activistas del movimiento obrero, el movimiento estudiantil y los movimientos sociales.
Esta asamblea representa un gran paso en la movilización social porque abre la puerta a la participación y a la posibilidad de que los derechos sociales y democráticos arrancados con la lucha a la dictadura no solo se defiendan en la calle y las instituciones, sino que se profundice en ellos y se haga efectivo el derecho a la educación y la sanidad, el derecho a una vivienda digna, el derecho al trabajo, el derecho a la libertad de expresión, el derecho a huelga.
Este bloque social y político tiene que ligarse a la lucha de los estudiantes, de los parados, de los trabajadores, de las mareas; profundizar en un programa que rompa con el capitalismo, que acabe con los recortes y las privatizaciones, el enchufismo y la política de despacho, que permita a la mayoría de la sociedad tener el poder; que abra la puerta a la participación, que convoque asambleas en todas las localidades y extienda la idea de que otra sociedad es posible, una sociedad que solo puede ser obra de los propios trabajadores, parados, jubilados y estudiantes a través de un programa que de carpetazo a la política oficial en beneficio de la banca y los grandes empresarios y que ponga las palancas fundamentales de la economía, los servicios esenciales como agua, luz, transporte, etc., y la banca bajo control de la mayoría de la sociedad.