Éste ha sido el detonante que ha elevado la lucha que mantenemos en Villaverde por la supresión de estas cláusulas abusivas que contienen las hipotecas. La indignación es más que comprensible. A través de estas cláusulas y en concepto de intereses, es decir, que no aminora la deuda, los bancos están robando “legalmente” una media de 150 a 200 euros mensuales a cada familia desde hace años. Son centenares de miles de euros que van desde los mermados bolsillos de los trabajadores a la cuenta de resultados de los bancos, tan sólo en Villaverde. El saqueo en todo el estado es multimillonario. Los trabajadores son ya conscientes de estos abusos condenados por el Tribunal Supremo. Sin embargo, el propio sistema judicial y por supuesto la complicidad del gobierno del PP con el poder financiero, están convirtiendo las legítimas reclamaciones de los afectados en un vía crucis, ya que siguen en manos de unos bancos, que, como hemos tenido ocasión de comprobar en Villaverde, no tienen intención de cumplir ni con la sentencia que declara ilegales estas prácticas, ni con su palabra.
Protestas ante La Caixa y Caja Rural
Ante los incumplimientos y la arbitrariedad mostradas por las entidades financieras, la asamblea de hipotecados, con el apoyo del grupo municipal de IU, ha decidido pasar a la acción, aprobando un plan de lucha y toda una series de intervenciones destinadas a encontrar el apoyo y la solidaridad de la población en este conflicto. Así, el pasado 25 de agosto tuvo lugar una nueva concentración ante las puertas de las oficinas de La Caixa y Caja Rural, responsables de todas las hipotecas que contienen cláusulas suelo de la localidad. Junto a los miembros del gobierno municipal de IU, cerca de un centenar de vecinos se manifestaron públicamente durante toda la mañana en las sedes de estos bancos repartiendo hojas informativas y recogiendo más de 400 firmas de apoyo en las mesas habilitadas en distintos puntos de paso de la ciudadanía.
La lucha sigue hasta la anulación de las cláusulas
La protesta consiguió que la dirección de la Caja Rural se ofreciera para tratar el tema en una reunión, cosa que no había ocurrido antes, una reunión donde asistirá un comité elegido por la asamblea de afectados. Aunque esta puerta se haya abierto, esto no va a frenar el calendario de movilizaciones. Lo que nos demuestra la experiencia es que los poderosos sólo ceden ante la presión social organizada por colectivos y trabajadores. Los bancos tienen que saber que no vamos a parar hasta que desaparezcan las cláusulas abusivas de las hipotecas. Y que el gobierno obrero del Ayuntamiento de Villaverde va a poner todos los medios de los que dispone al servicio de esta lucha. En este sentido, los responsables de la La Caixa nos han hecho llegar su “malestar” por la actitud del alcalde y del Ayuntamiento de Villaverde por ponerse al frente de la manifestación y abandonar la neutralidad tan habitual entre “los alcaldes de todo el pueblo”. No olvidemos, dicen estos señores, que La Caixa no deja de ser una empresa afincada en la localidad que aporta puestos de trabajo, desarrollo, crecimiento, etc., etc., y con la que convendría llevarse bien. Ya hemos contestado contundentemente a estas falsedades interesadas. Nos tememos, señores de La Caixa, que en los avatares de la lucha de clases no somos imparciales y estamos decididamente al lado de la clase trabajadora y sus derechos. En justa represalia ya sabemos que el Ayuntamiento de Villaverde del Río, a diferencia de otros más respetuosos con los intereses de los ricos, no recibirá un chavo de la “Obra Social de La Caixa”, la fundación filantrópica de ayuda humanitaria. Con todos nuestros respetos, señores de La Caixa y compañía, ¡lo que demandan las familias trabajadoras en Villaverde no es caridad sino derechos!