Al mismo tiempo ha comenzado a aplicar alguno de los recortes que implican la firma del propio convenio, como el incremento de la jornada laboral en un día al año. Tendremos que compensar ese incremento de jornada (que este año son dos días porque incluye el día correspondiente a 2013) trabajando el día de Nochebuena y aumentando la jornada en nueve minutos diarios en lo que queda de año. Progresivamente iremos viendo cómo esto se hace extensivo al resto de recortes.
La concreción de estos ataques está provocando malestar entre la plantilla, ante la pasividad del comité de empresa que, apoyándose en el formalismo de que es lo firmado, se inhibe de responder a la empresa.

La empresa maniobra para dividir a los trabajadores…

En paralelo, y apenas unos días después de firmar el convenio, la empresa anunciaba su intención de desviar la construcción de ocho bloques del flotel que se construye en Ferrol a la factoría de Puerto Real. Lamentablemente el flotel, como también sucede con el BAM, es un barco que no resuelve el problema de falta de carga de trabajo en ninguna factoría de Navantia. En su momento, los sindicatos ya denunciaron que daría trabajo a unos 300 trabajadores. Los ocho bloques son una miseria.
Pero la empresa no hace las cosas porque sí. Sabe que el desvío de los ocho bloques supone un parche insignificante para la falta de carga de trabajo en Cádiz (ella misma dice que representan un 2% del total de la obra), del mismo modo que cuando asignó un BAM a Ferrol (los cuatro anteriores se construyeron en la factoría gaditana de San Fernando) sabía que estaba vendiendo humo. El motivo de estos movimientos no es redistribuir el poco trabajo que tenemos de manera equitativa, sino fomentar que los trabajadores vean a sus compañeros de otras zonas geográficas como el enemigo.

… y los comités caen en la trampa

Mientras, nuestros dirigentes, en lugar de fomentar la unión de los trabajadores de toda Navantia para dar una respuesta unida a los ataques que se están produciendo y que se van a acentuar, tienen discursos localistas, cayendo así en la trampa de la empresa. Sin ir más lejos, en la última asamblea general celebrada en Ferrol el portavoz del comité de empresa planteaba que Feijóo tenía que impedir que los ocho bloques del flotel se fuesen a Cádiz.
Existen condiciones para avanzar en la unidad de los trabajadores del grupo. Pero la ruptura entre las secciones sindicales de CCOO a la hora de firmar el convenio se está usando como una excusa por parte de nuestros dirigentes para justificar la bancarrota sindical en la que se encuentran producto de su miopía sindical y su derrotismo. Insistimos una vez más en la necesidad de no caer en la trampa de pelearnos entre trabajadores por el reparto de la miseria en que quieren meternos el PP y la empresa. Es radicalmente falso que no nos quede otra que pelearnos por las migajas. Podemos y debemos luchar unidos, y esto exige preparar un calendario de movilizaciones conjuntas de toda Navantia para exigir carga de trabajo para todos.

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