A través del discurso demagógico característico del fascismo, este grupúsculo trataba de asentarse en el barrio llevando a cabo su “obra social patriota”: dando comida sólo a personas españolas, pero lo cierto es que no consiguieron engañar a nadie. Además, desde el momento de la ocupación perpetraron cinco agresiones de carácter racista. Poco tiempo después de conocer la existencia de este grupo de fascistas miles de jóvenes y trabajadores recorrieron las calles de Tetuán exigiendo su expulsión, y contando con el apoyo de muchos trabajadores inmigrantes.
A pesar del carácter totalmente pacífico de las movilizaciones que se han llevado a cabo, la actitud de la delegada de Gobierno, Cristina Cifuentes, que además de mantener en un primer momento un silencio cómplice ante las denuncias de los vecinos de agresiones protagonizadas por estos elementos, criminalizó a los movimientos sociales del barrio, ilegalizando una concentración convocada por la Asociación de Vecinos de Tetuán. Así, convertía a las víctimas en verdugos, dando alas a los fascistas para que siguieran actuando impunemente.
Desde el Sindicato de Estudiantes pusimos todo lo que estaba en nuestra mano para reforzar la movilización impulsada por los vecinos: hicimos una campaña de información en los institutos del barrio para dar a conocer entre los jóvenes de la zona esta situación, repartiendo una hoja que explicaba el carácter fascista de este grupo y la vergonzosa actuación del Ayuntamiento de Madrid, donde gobierna el núcleo duro del Partido Popular, así como de la delegada de Gobierno. En un país donde la justicia trata con absoluta indulgencia la corrupción, la violación sistemática de los derechos laborales o el maltrato de género, todos los formalismos de la legalidad burguesa fueron pocos para dilatar en el tiempo el desalojo de estos individuos, cuando simplemente su carácter neonazi suponía un peligro y una tensión evidente en el barrio. Solamente la lucha masiva y ejemplar de los vecinos tratando de aislar a este grupo ha sido la que ha logrado expulsarles.
Los medios de comunicación tratan ahora de justificar este desalojo como un intento de evitar incidentes en la zona debido a la presencia del Centro Social Autogestionado La Enredadera, con un marcado carácter de izquierdas, ubicado a pocos metros, que fue abierto en 2009 y que desde entonces lleva desarrollando una actividad cultural y social de la que todo el barrio se beneficia. Pero lo cierto es que a pesar de la bochornosa campaña mediática no han conseguido engañar a nadie, ni retransmitiendo en directo desde el edificio “ocupado” para tratar de dar una imagen de bondad y normalidad a los fascistas, ni infundiendo dudas sobre la veracidad de las agresiones que se produjeron en el barrio, aprovechando que no había denuncia ni parte de lesiones.
Desde el Sindicato de Estudiantes queremos dejar claro que en ningún caso ha sido gracias a la voluntad de los dirigentes del PP por lo que se ha desalojado a este grupo, si por ellos hubiese sido ¡no hubiesen movido ni un dedo para echarles! Ha sido la presión de los jóvenes y los trabajadores lo que les ha obligado a actuar.
Esta victoria pone de manifiesto que sólo la lucha organizada puede hacer frente al fascismo, cualquiera que sea su expresión. Pero es importante tener en cuenta que mientras exista el salvaje sistema capitalista existirán los fascistas. Por este motivo la lucha contra el fascismo es también la lucha contra el capitalismo y sus representantes.
¡Fuera fascistas de nuestros barrios!
¡Para acabar con el fascismo, luchemos por el socialismo!