La rotunda victoria de Syriza en Grecia del fin de semana anterior, y las primeras medidas anunciadas por el nuevo gobierno (restauración de los convenios colectivos y del salario mínimo anterior al memorándum, sanidad gratuita y universal, suspensión de las privatizaciones, readmisión de 10.000 trabajadores públicos, apertura de la Televisión Pública,...) impregnaba todo el ambiente.

La movilización, la mejor respuesta a la campaña del miedo

54cce55185e5aEl 31-E marca un antes y un después en muchos sentidos. Desde su irrupción en las elecciones europeas Podemos ha ido concentrando más y más el extendido y profundo anhelo de cambio social existente. Esto provocó una histérica reacción de la derecha que ha orquestado una campaña de miedo contra Podemos sin precedentes en los últimos años. La cúpula del PSOE ha sido completamente copartícipe de esta campaña. En el colmo de la desvergüenza, la élite privilegiada de la sociedad, los capitalistas, los banqueros, los políticos a su servicio, es decir, los únicos responsable de la crisis y de los recortes, culpabilizan a Podemos de todos los males posibles. “Si gana Podemos será el caos”, no paran de gritar. Por supuesto, después de la multitudinaria manifestación del sábado la insidia y las calumnias continúan, pero el griterío de la reacción suena mucho más desesperado, mucho más impotente para detener el tsunami que inevitablemente les va a arrollar.

El aislamiento social del gobierno del PP ha aumentado. Después de 31-E el clima de fin de época se siente con mucha más fuerza, lo cual demuestra que, efectivamente, la movilización es el mejor antídoto contra la campaña de miedo del PP. La mejor garantía de barrerles en el plano electoral. Y esta movilización tiene que continuar, respondiendo cada uno de los ataques de un gobierno que quiere morir matando, como ha quedado en evidencia con la ley Mordaza o el decreto universitario 3+2 de Wert, que supone la destrucción de la universidad pública.

Situación propicia para una transformación profunda

Como señalaba Podemos en la Guía de Participación que explicaba los motivos de la Marcha del Cambio, estamos ante una oportunidad histórica para abrir una etapa en la que el protagonismo de la vida política esté en la calle y arrebatárselo a la minoría social avariciosa y privilegiada que está en el poder. ¡Completamente de acuerdo! En los últimos años hemos vivido un proceso ascendente de participación desde abajo, de lucha, de avance en la conciencia, de ganas de cambiar las cosas por parte de millones de personas. Esa corriente poderosa es la que está aupando a Podemos. Desde el inicio de la crisis la burguesía ha hecho todo tipo de esfuerzos para lograr que el recambio del PP en el gobierno fuese un proceso realizado “en frío”, es decir, sin la presión de un movimiento por abajo y sin grandes expectativas de cambio social. Pero todos sus planes han ido fracasando uno tras otro, lo cual es un claro indicativo de una correlación de fuerzas muy favorable para los trabajadores y los oprimidos, los auténticos protagonistas de la rebelión social que estamos viviendo. 
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En el plano electoral, el repuesto socialdemócrata del PSOE está inmerso en una profunda crisis de credibilidad; las cúpulas sindicales de CCOO y UGT, empeñadas en una pestilente política de pactos y consensos con un gobierno moribundo, han demostrado reiteradamente su incapacidad de detener la movilización social. La extensión del apoyo de Podemos en Catalunya (primera fuerza electoral en las elecciones estatales en todas las encuestas) y en Euskal Herria (segunda fuerza tras el PNV y por delante de Bildu, según el Euskobarómetro de diciembre) revelan que la estrategia de la burguesía española, catalana y vasca de cortar la protesta social con la cuestión nacional, tiene unos límites claros: hay una mayoría social en las nacionalidades históricas que vincula el derecho a decidir con la lucha social como parte de un todo, y las políticas y tácticas que tratan de separar los dos aspectos están pagando un precio cada vez más alto.

¡Por un gobierno de lucha contra los recortes y la austeridad, para transformar la sociedad!

Un gobierno de Podemos e Izquierda Unida, y con todos los movimientos y mareas sociales, decidido a echar atrás todos los retrocesos sociales de los últimos años, debe ser sin duda un objetivo fundamental de la clase obrera y de la juventud. Será una herramienta tremendamente poderosa para la transformación de la sociedad. Pero efectivamente, el gobierno es un medio, no un fin en sí mismo. La minoría, los banqueros, los grandes capitalistas, las grandes multinacionales, no renunciarán a sus privilegios pasivamente y seguirán detentando el poder económico y las palancas del poder estatal, cuya cúpula está fundida con la burguesía por miles de lazos históricos, económicos y personales. La mayoría sólo podrá decidir realmente si está en posesión de la banca y de los grandes medios de producción, si remueve del poder a toda la casta de altos funcionarios al servicio de los ricos, si la economía y todos los mecanismos de poder político están en manos de la población bajo su control y gestión democrática.

¡Con una clase obrera movilizada, organizada y con un programa claro de ruptura con el capitalismo, no hay fuerza capaz de hacerle frente! ¡Por la transformación socialista de la sociedad! ¡Sí se puede!

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