Las elecciones del 24 de mayo han demostrado la profundidad y la extensión del giro a la izquierda que recorre toda la sociedad. Junto al brutal varapalo que han recibido las políticas del PP, la izquierda que lucha ha conseguido magníficos resultados en la mayoría de las grandes ciudades y poblaciones del estado. En Cortes de la Frontera, una pequeña localidad de la Serranía de Ronda, el Comité de Parados, una organización que lleva movilizando a los trabajadores durante los últimos cinco años en defensa de sus condiciones de vida, decidimos dar el paso al terreno electoral para que nuestro pueblo participara en esta ola de cambio. Así nació nuestra candidatura: La Hora del Pueblo.
Hemos desarrollado una campaña electoral basada en un programa que recogía y adaptaba a nuestro entorno las reivindicaciones que los movimientos sociales han abanderado en estos años de lucha contra la derecha. En primer lugar estaba la defensa de la gestión pública de todos los recursos y servicios del Ayuntamiento y la lucha contra el desempleo crónico. El segundo eje ha sido la propuesta de un método democrático de toma de decisiones basado en asambleas vecinales y de trabajadores, para luchar contra el enchufismo y el clientelismo. Nuestra campaña bien podría resumirse en la siguiente frase: reivindicar la dignidad de las familias trabajadoras así como nuestra capacidad para resolver los problemas que nos aquejan a través de la organización.
Nuestra alternativa implicaba romper con el sometimiento que, en pueblos pequeños como el nuestro, ejercen los caciques y los empresarios de siempre, que dominan con puño de hierro los ayuntamientos, sentenciando a familias enteras al paro y al hambre a su antojo, teniendo la capacidad de contratar o no al trabajador según su conveniencia. No olvidemos que en Cortes la empresa más grande es el ayuntamiento, lo cual permite que las prácticas del enchufismo y el clientelismo adquieran una dimensión verdaderamente gigantesca.
Un sector de trabajadores ha dado un paso al frente votando nuestra candidatura, pero la presión constante e insoportable de los caciques, que han desarrollado una intensa campaña basada en el miedo y las amenazas, no ha permitido romper todavía el clima de sometimiento frente a los poderosos. Esta tendencia conservadora necesita superarse para que se produzcan cambios profundos como en Madrid, Valencia, Barcelona, Cádiz, etc. La victoria con casi el 40% de los votos ha sido para una candidatura llamada Vecinos, confeccionada tres meses antes de las elecciones y apoyada por empresarios de la construcción, del corcho, de la explotación del monte, etc.
Si bien queda camino por recorrer, estamos enormemente satisfechos de nuestra campaña, que ha sido un ejemplo de honestidad y trabajo militante. Hemos conseguido nuestros propios recursos económicos, hemos visitado cada una de las casas para poder explicar de tú a tú nuestras propuestas, hemos realizado un acto de presentación de candidatura y tres mítines. En definitiva, hemos estado al lado de los trabajadores y de todas las familias que tienen problemas y dificultades.
Si hay algún hecho que queremos destacar, es nuestro profundo agradecimiento a los trabajadores y trabajadoras, a los jóvenes, que nos han apoyado. Comprendemos el enorme valor de cada uno de esos votos y los recogemos para seguir adelante. Ese es el éxito de nuestra campaña a pesar de no haber conseguido representación en el Ayuntamiento. La bandera de la izquierda que lucha, la bandera de la dignidad de la clase obrera, ha ondeado y seguirá ondeando en Cortes de la Frontera. En nuestro pueblo las transformaciones siguen un ritmo más lento y costoso que en el resto del estado, pero gracias a los compañeros del Comité de Parados, a la candidatura y los votos de La Hora del Pueblo, estamos conectados con esa maravillosa ola en beneficio de los oprimidos que recorre todo el estado.