Las recientes elecciones municipales y autonómicas mostraron en Asturias, al igual que en el resto del estado, un claro giro a la izquierda, reflejando los profundos deseos de cambio que se han ido desarrollando en el seno de la sociedad en los últimos años. Como señalamos en el análisis de los resultados electorales, la derecha se desploma y la izquierda obtiene una victoria arrolladora prácticamente en todos los núcleos importantes de población,así como en la mayoría de los pueblos asturianos.
Esta victoria constata además que, de haberse conseguido la confluencia presentando una candidatura que agrupara el voto a la izquierda del PSOE, esta opción gobernaría en las principales ciudades y muy probablemente en el Principado, provocando un cambio sin precedentes hasta la fecha (ver El Militante nº 294 del mes de junio).
Sin embargo, pese a este imponente resultado electoral, la jornada de investidura del pasado sábado dejaba un sabor agridulce en miles de trabajadores y jóvenes que han visto cómo Foro Asturias, el partido de derechas fundado en 2011 por el ex Popular Álvarez Cascos, mantendrá el gobierno de Gijón aun habiendo perdido la mayoría absoluta y también cómo finalmente el PSOE se hace con la alcaldía de Oviedo, a pesar de que SOMOS (Candidatura de Podemos en Oviedo) haya obtenido más concejales.
Ni el nuevo gobierno de Gijón, ni el de Oviedo, reflejan el brutal giro a la izquierda de los resultados electorales del 24M
Es necesario recordar brevemente los resultados electorales en ambas ciudades el 24 de mayo para comprender que este desenlace poco tiene que ver, a nuestro juicio, con las aspiraciones de la mayoría, que votó para lograr un gobierno verdaderamente de izquierdas en las palabras y en los hechos. Por un lado la derecha, tanto en Oviedo con el PP como en Gijón con Foro Asturias, perdía la mayoría absoluta y , en ambos casos, la suma de los concejales del PSOE, de las candidaturas impulsadas por PODEMOS[1], y de IU posibilitaba desalojarles del poder. En el caso de Oviedo, SOMOS se situaba como segunda fuerza con 6 concejales, por delante del PSOE, con 5. En Gijón sucedía lo contrario, el PSOE con 7 concejales era primera fuerza y Xixon Sí Puede la segunda con 6. IU obtenía 2 concejales en Gijón y 3 en Oviedo.
Con estos resultados, parecía que en ambas ciudades la derecha perdería el gobierno, siendo en Gijón el PSOE quien asumiera la alcaldía y en Oviedo Ana Taboada, la candidata de SOMOS, quien llegó incluso a cerrar un acuerdo de gobierno con el PSOE e IU.
Sin embargo, finalmente Xixón SÍ Puede se negó a apoyar la candidatura del PSOE, lo que dio como resultado la victoria de Foro Asturias al ser la lista más votada. El principal argumento esgrimido para hacer esto radicaba en la más que probable imputación del candidato del PSOE, José María López, por el caso de los sobrecostes del Musel. Esta decisión, ratificada en asamblea por Xixón Si puede y posteriormente en una consulta abierta tras los resultados del 24M en la que participaron alrededor de 3.500 personas, no refleja las expectativas de cambio volcadas electoralmente en los más de 76.000 votos cosechados por las principales candidaturas de la izquierda (35.105 PSOE, 29.750 Xixón Sí Puede y 11.533 IU), ni tampoco de los más de 40.000 votos de las candidaturas a la izquierda del PSOE.
Como era previsible, la decisión de Xixón Sí Puede dio a la Federación Socialista Asturiana la excusa perfecta para romper el acuerdo al que habían llegado en Oviedo para hacer alcaldesa a Ana Taboada, con lo que el PP podía continuar al frente del Ayuntamiento. Finalmente esto no sucedió, pero fue a costa de que SOMOS renunciara a la alcaldía, entregándosela al PSOE y frustrando lo que hubiese sido un cambio histórico en la capital asturiana.
¿Era este el único escenario posible? Por la unidad de la Izquierda que Lucha para echar a la derecha
Frente a la decepción y a la frustración que ha supuesto esta situación para miles de trabajadores, la opción hubiera sido, en nuestra opinión, apoyar la investidura de Jose María López en Gijón, sin que ello implicase ningún tipo de pacto o acuerdo con el PSOE y por supuesto sin entrar en el gobierno. Si finalmente éste es imputado, los concejales de Xixón Sí Puede, junto con los de IU, podían y debían pedir su dimisión, apoyándose como en el resto de cuestiones importantes en la movilización de la calle.
De esta forma, se le cerraría el paso a Foro Asturias, demostrando a la vez a la base del PSOE que existe una alternativa a su izquierda, poniendo al PSOE en evidencia cada vez que este se negara a aplicar las políticas sociales y económicas que necesitamos los trabajadores y la mayoría de la sociedad.
Por el contrario, la opción de dejar gobernar a Foro como “mal menor” además de ser difícilmente comprendida por la mayoría de los votantes de la izquierda, incluidos los que votaron a Xixón si Puede, permite a la dirección del PSOE poner el foco sobre la errónea decisión de Xixón Sí puede y, desviar la atención respecto a las políticas contrarias a los trabajadores que ellos mismos han estado aplicando. Todo esto por no hablar de la carambola que les ha permitido hacerse con la alcaldía de Oviedo.
Evidentemente, la dirección del PSOE ha maniobrado para preservar sus intereses partidistas, como muy bien han señalado desde las candidaturas impulsadas por PODEMOS. Por supuesto, esto no sorprende a nadie pues hace mucho tiempo que la dirección del PSOE ha vuelto la espalda a su base social, haciéndose en muchos aspectos indistinguible de la derecha, tanto en sus políticas como en sus formas.
Pero eso no quiere decir que para los trabajadores sea indiferente que el gobierno esté en manos de unos o de otros. La prueba más evidente son los propios resultados electorales en Asturias y en el resto del estado, donde las candidaturas de confluencia han sido apoyadas por el PSOE en muchos lugares, no por la simpatía del aparato sino por la enorme presión que existe a favor de la unidad y la determinación de echar a la derecha. Pese a todos sus discursos previos, al PSOE sabe que un pacto con el PP contra la izquierda, a escasos meses de las elecciones generales supondría su sentencia de muerte.
En todo caso, lo sucedido en Gijón y Oviedo no puede eclipsar la cuestión fundamental: el profundo cambio que se está produciendo ya en la sociedad, y su reflejo electoral que, sin duda continuará en las elecciones generales, permitiéndonos, a través de la unidad de las candidaturas a la izquierda del PSOE, terminar con este gobierno de la derecha que está suponiendo una pesadilla para las familias trabajadoras.
[1]SOMOS en Oviedo, y Xixón si Puede en Gijón