Individuos como Rajoy, Merkel o Cameron, que han apoyado sin dudarlo las intervenciones imperialistas y las guerras en África u Oriente Medio para hacerse con los recursos naturales de estos países, para hacerse con un trozo de mercado o para conquistar posiciones geoestratégicas que sirvan a sus intereses; que visitan y alaban sin problemas a países con regímenes dictatoriales, lloran ahora lágrimas de cocodrilo.
Son los mismos que saquean las arcas públicas para rescatar bancos mientras desahucian a familias trabajadoras, nos roban la educación y la sanidad públicas, aprueban leyes mordaza y envían sindicalistas a la cárcel. Son los que reciben con cuchillas o enviando a centros de internamiento a los inmigrantes que cruzan el Estrecho en busca de una oportunidad. Son los que ahora quieren aparecer como “solidarios” que clasifican en absurdos cupos la vida de millones de personas que han sido despojados de todo, casas, trabajo y familia. Nada que ver con la tremenda oleada de solidaridad de miles de personas anónimas en Alemania, Austria, Hungría, Grecia o el Estado español. Nosotros comprendemos perfectamente el drama que viven nuestros hermanos y hermanas en Siria, Afganistán, Iraq, Libia y en todos los países destruidos por las guerras de rapiña. No queremos cupos ni excusas baratas, queremos una vida digna para todos los que huyen del horror, como la queremos para todos los jóvenes y trabajadores del mundo. Porque claro que hay recursos y claro que la sociedad se puede organizar de otro modo, garantizando las necesidades de la mayoría y no solo las fortunas de unos pocos.
Desde el Sindicato de Estudiantes lanzamos una campaña de solidaridad con nuestros hermanos y hermanas refugiados. Vamos a organizar asambleas y acciones de solidaridad con ellos, además de actos de protesta el próximo 30 de septiembre en todos los centros de estudio. Vamos a dejar claro que aquí son bienvenidos y que con la lucha unida de los jóvenes y los trabajadores tenemos que desalojar de los gobiernos a los representantes del horror y la necesidad. Nuestros problemas no vienen de fuera sino que viven en nuestros países, en nuestras ciudades, en casas de lujo y vistiendo trajes caros. ¡Ellos son nuestros enemigos! ¡Continuemos la lucha para echar de una vez al gobierno de la minoría, al gobierno del Partido Popular!

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