En Sevilla

Santiago Jiménez y Paky Bejarano

Después de un convulso proceso de primarias plagado de incidencias y abandonos, la candidatura de Unidad Popular (Ahora en Común) en la provincia de Sevilla se ha presentado en un acto público. Encabezada por Miguel Ángel Bustamante, joven maestro afiliado PCA, incluye entre otros a Santiago Jiménez y Paky Bejarano, también del PCA y miembros de la corriente marxista El Militante, en los puestos 7 y 8 de la lista al Congreso.

La difícil tarea de formar un frente unitario de izquierdas

La plataforma de convergencia impulsada por el sector de IU encabezado por Alberto Garzón se ha encontrado con muchas dificultades internas y sólo ha conseguido sus objetivos parcialmente. La alianza con Podemos ha quedado definitivamente descartada y para colmo Iniciativa per Catalunya, cuyos votos son fundamentales para alcanzar el 5% y que IU tenga grupo político en el parlamento, concurre en otra coalición con Podemos como ya hiciera en las autonómicas catalanas.
Estas tensiones internas han alcanzado en Sevilla un grado muy elevado a propósito de las primarias para configurar la candidatura. Por cierto, un fraccionamiento y un enfrentamiento que ya existía en la estructura sevillana de IU y que ha acabado por trasladarse sin matices al proyecto de confluencia. La cuestión es que Izquierda Abierta y la militancia de la CUT de Sánchez Gordillo que aún queda en IU, han decidido no participar en este proceso y desligarse de Unidad Popular, dejando el peso político casi en exclusiva al Partido Comunista.
En este sentido, el PCA tiene la difícil papeleta de mantener el diputado que se consiguió en Sevilla en las últimas elecciones generales pero ahora en unas condiciones políticas más complicadas. La táctica correcta de orientar la organización hacia un frente de izquierdas que conecte con los movimientos en lucha no acaba de consolidarse y sin embargo es la propia estructura y organización de IU la que se resquebraja en medio de la confrontación interna y las deserciones.
Se corre el peligro de que los trabajadores y la juventud sólo vean en esta plataforma electoral una extensión de IU y sus problemas, los mismos que la han llevado a perder espacio político, militancia y votos, algo que se agrava aún más en Andalucía después de la errática participación de IU en el gobierno de recortes de la Junta de Andalucía. Es necesario romper esta imagen negativa, y defender un programa político a la altura de lo que están demandando los sectores más avanzados de la clase obrera y un discurso coherente durante la campaña pueden cambiar la tendencia.

Un programa de ruptura con el capitalismo

Esta es precisamente la gran aportación de la asamblea de Sevilla y de Andalucía al proyecto unitario. Su elaboración ha sido fruto del debate político colectivo y asambleario, donde las posiciones más reformistas, más acordes con lo que asume el sistema capitalista, han sido minoritarias frente a la defensa de propuestas con un contenido anticapitalista y de clase, combinadas con las premisas básicas de un genuino programa socialista: nacionalización de la banca y de los sectores estratégicos de la economía, reforma agraria basada en la expropiación del latifundio, planificación democrática de la economía, etc. El programa levanta las consignas que han popularizado las marchas en lucha, “pan, trabajo y techo”, pero, correctamente reconoce que estas necesidades básicas no pueden ser satisfechas bajo el dominio de los poderes económicos y de una falsa democracia sometida a los dictados de la banca y el capital. Las medidas de urgencia social y el restablecimiento de los derechos sociales y democráticos perdidos en estos años constituyen un verdadero programa de transición, es decir, un conjunto de reivindicaciones reconocibles y aceptadas por los trabajadores para que la experiencia de la lucha cotidiana contra los ataques de los empresarios y del estado burgués sirva para poner en el orden del día la necesidad de abordar las tareas socialistas. Para ello, como señalamos en el programa, hay que “extender la democracia real a las fábricas, los centros de trabajo y estudio, barrios en la ciudad y el campo, creando los órganos de poder y control ciudadano y obrero”.
Es efectivamente un arma para ganar la atención de amplias capas de los trabajadores machacados por la crisis, por el paro y por los recortes capitalistas. La cuestión es que los representantes de Unidad Popular se lo crean y lo defiendan coherentemente durante la campaña y después de ella. Decimos esto porqueeste es el contenido del programa aprobado en Andalucía, pero no es el mismo de Unidad Popular en el resto del estado, más del corte de lo que ha sido el programa federal de IU en estos años. De hecho, las aportaciones andaluzas, que no cuadran ni pueden introducirse en la “aplicación informática” con la que supuestamente se ha elaborado el programa federal, serán consideradas un “anexo” al programa, y gracias.
Los marxistas de El Militante lo tenemos meridianamente claro. Defenderemos el programa andaluz.

En Guadalajara

Carlos Rodríguez

La candidatura de Unidad Popular se con­formó en Guadalajara por sectores de la izquierda que agrupaban desde movimientos sociales, IU, los marxistas de El Militante y personas sin afiliación, que coincidimos en la defensa de un programa para revertir las políticas de recortes económicos y en los dere­chos democráticos, en la necesidad de la movilización para conseguirlo y cuyo objetivo es, en última instancia, la trans­formación de la sociedad. Esta candida­tura es fruto del proceso de frente único, de convergencia, que se dio primero en la calle, manifestándonos y luchando contra la política derechista y represiva del Partido Popular, y en segundo lugar en las pasadas elecciones municipales cuando la candidatura de Ahora Guadalajara, elegida también en proceso de primarias, obtuvo cuatro concejales, que­dándose a un puñado de votos de obtener el quinto, lo que hubiera arrebatado al PP la alcaldía de la ciudad.
También se acercaron al proyecto mi­litantes de Podemos desilusionados por el giro derechista de su dirección y el método antidemocrático que adoptaron para elegir a sus candidatos a las generales, que rompía abiertamente con la idea original de que fueran las bases, los círculos, las que decidieran.
En las primarias de Unidad Popular en Guadalajara han participado 350 personas, en la votación presencial y por internet. Ha sido la más elevada de cualquier organización política provincial en elecciones de este tipo, mostrando las ganas de los trabajadores por participar y cambiar las cosas desde abajo, a pesar de la premura con la que tuvimos que convocarlas y la poca propaganda que pudimos hacer. Ganó Domingo Alcázar, miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, seguido por Adela Somolinos, afiliada de IU de Cabanillas del Campo, y como número tres Carlos Rodríguez, de El Militante. También Sergio Simón Bona, compañero de El Militante y afiliado del Sindicato de Estudiantes, va segundo en la lista al Senado.
Tras el proceso electoral hicimos un llamamiento a Podemos en Guadalajara a confluir en una candidatura conjunta, elegida por la base democráticamente, desafortunadamente nuestra propuesta ca­yó en saco roto, y la dirección estatal de Podemos lo rechazó. Es una lástima, ya que extrapolando los resultados de las autonómicas —en Guadalajara Podemos obtuvo un diputado regional—, unificando todos los votos a la izquierda del PSOE se podría conseguir uno de los tres diputados en liza, algo que nunca había sucedido anteriormente.
Lejos de desanimarnos, hemos tenido reuniones semanales de cara a preparar las elecciones y existe buen ánimo. Somos conscientes de que es muy difícil que consigamos el diputado, pero hemos enfocado la campaña con el objetivo de agrupar a todos los que luchan contra este sistema, por una sociedad mejor y para popularizar nuestro programa, utilizando la campaña electoral para fortalecer la conciencia y la organización. ¡Después de las elecciones, la lucha sigue!

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