Diferentes institutos públicos de más de una decena de barrios de Madrid y alrededores están bajo la amenaza de cierre o de fusión con otros centros. Este ataque del gobierno de Cifuentes, apoyado por Ciudadanos, en la Comunidad de Madrid forma parte de un plan mucho más amplio de la derecha para desmantelar y privatizar la Formación Profesional pública.
En el instituto Valcárcel, en el barrio de Moratalaz, se pretende suprimir el ciclo formativo de Automoción. En el IES Vallecas I, uno de los más afectados, se anunció la eliminación de todas las enseñanzas de FP, y la derivación de alumnos a otros institutos (Pacífico y Palomeras) que agudizarán sus problemas de masificación, además de provocar que muchos estudiantes tengan que desplazarse fuera de su barrio para poder continuar sus estudios. En el IES Goya, del Barrio de La Elipa, la Consejería ha anunciado la supresión del grado medio de Equipos Electrónicos de Consumo. El IES La Cañada, en Coslada, ha sido amenazado con el cierre total. En Usera se prevé cerrar el grado de Imagen y Sonido del IES Pradolongo, y derivarlo al IES Puerta Bonita en Carabanchel. También eliminarán las enseñanzas de Administración y Gestión del IES Ciudad de Jaén, llevándolas al IES Pío Baroja. Los estudiantes de Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas del IES Pérez Galdós, en el Barrio del Pilar, serán trasladados al IES Rosa Chacel del distrito de Hortaleza, que acogerá también las plazas de Cuidados Auxiliares de Enfermería que se cerrarán en el IES Joaquín Turina de Chamberí.
Unificar la lucha de todos los centros para frenar los planes de la derecha
No es ninguna casualidad que los centros afectados en esta oleada de cierres y fusiones sean públicos (no se tocan los negocios de los empresarios de la privada-concertada), o que se encuentren todos en barrios obreros. Primero nos cierran las puertas de las universidades a las familias humildes con tasas impagables. Ahora, cuando aumenta la demanda de FP eliminan plazas públicas impidiendo que continuemos estudiando para obtener una cualificación mínimamente decente. Así seremos explotados sin derechos, por empresarios que se lucran de nuestro trabajo, además de hacer de la educación un negocio. De hecho, en los últimos años, gracias a los recortes del PP, han sido decenas de miles los estudiantes no admitidos en la FP por falta de plazas. Los que han tenido la suerte de conseguir una plaza pública han sufrido la falta de medios.
Nuevamente la comunidad educativa no se ha quedado de brazos cruzados. Profesores, padres, estudiantes y vecinos ya hemos respondido a estos ataques. Tenemos que hacer de estas batallas centro a centro, una movilización general unificada. ¡Así somos más fuertes! Hoy son algunos institutos los afectados, pero mañana serán todos los demás. Hay que unificar todas las movilizaciones y reivindicaciones y elaborar un calendario de lucha común. Terminar este curso luchando y empezar el próximo con una auténtica rebelión en las aulas es la manera de frenar la ofensiva contra nuestro derecho a una educación pública y de calidad.
