“Los fascistas me amenazaron con un cúter en la espalda al grito de rojo de mierda”

En diciembre el IES público Núñez de Arce de Valladolid organizó una excursión para 2º de Bachillerato al Valle de los Caídos. Esta actividad culminó con varios grupos de estudiantes cantando el Cara al sol y mostrando banderas con simbología franquista, todo ello con la complicidad de profesores del centro y de su dirección. Lo ocurrido en este infame episodio de apología del franquismo fue denunciado por el portavoz del Sindicato de Estudiantes en Castilla y León, Víctor Martínez.

Aunque tuvo gran repercusión mediática, las autoridades educativas no han movido un solo dedo para sancionar estos hechos.

Esta es la impunidad de la que gozan los fascistas y que, sin duda, está alimentado la campaña de acoso y violencia que, desde entonces, está sufriendo nuestro compañero Víctor de 16 años, quien ha sido agredido al grito de “rojo de mierda”, insultado y amenazado de muerte por varios elementos de extrema derecha de su instituto, el FP La Salle Managua, y de la ciudad donde vive, Palencia, en varias ocasiones. Y nuevamente, pese a su denuncia ante la policía, no se ha tomado ninguna medida.

Hemos hablado con Víctor para saber cómo se encuentra, conocer de primera mano lo ocurrido y las acciones que desde el Sindicato de Estudiantes están llevando a cabo para responder a este atropello.

El Militante.- En primer lugar queremos trasladarte todo nuestro apoyo, calor y solidaridad. Cuéntanos, ¿en qué han consistido las agresiones?

Víctor Martínez.- El pasado 28 de enero fui violentamente agredido por dos energúmenos de extrema derecha de mi propio instituto. Me empezaron a increpar llamándome “rojo de mierda”, “te la estás ganando”, “hay gente pidiendo información de dónde vives y pagan 10 euros por ella”… Mientras recibía estos insultos y amenazas, me golpearon y llegaron a ponerme un cúter en la espalda diciéndome: “qué, ahora qué”. Y todo ello ante un profesor que presenció esta agresión y no hizo nada por detenerlos.

Inmediatamente, desde el Sindicato de Estudiantes hemos comenzamos una campaña de denuncia pública, porque no van a conseguir amedrentarnos ni intimidarnos. Solo tres días después, el viernes 31 de enero por la tarde, un grupo de fascistas trató de asaltar el local del Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas en Palencia, en el que yo me encontraba en ese momento, para agredirme de nuevo. Intentaron reventar la persiana y las ventanas, pero no lograron acceder al interior.

EM.- ¿A qué crees que obedece que estos energúmenos puedan actuar de esta manera?

VM.- Esta persecución no es ninguna casualidad. Es producto, en primer lugar, de que la ultraderecha cree que puede hacer cosas como organizar una excursión al Valle de Cuelgamuros para exaltar los cuarenta años de una dictadura sangrienta como fue la de Franco sin que aquí pase nada. Y claro, cuando lo denunciamos públicamente y les señalamos, no lo pueden soportar.

Todo esto tiene mucho que ver con la normalización del discurso de odio contra las personas migrantes, contra quienes salimos a las calles a reivindicar nuestros derechos o con los mensajes negacionistas de la violencia machista y lgtbifóbica. Unos discursos que organizaciones como el PP y VOX vomitan y difunden desde todas las esferas, también desde las instituciones supuestamente “neutrales”, alentando agresiones como la que yo estoy sufriendo, pero hay muchos más ejemplos.

En mi caso, la única actuación por parte de la consejera de Educación de Castilla y León, Rocío Lucas —por cierto, una señora que se jacta de provenir de familia franquista—, apoyada por Vox, ha sido defender la organización de esta “excursión” ante los medios de comunicación. Para ella no solo es normal, sino que lo apoya y lo avala. Es insultante, aunque no puedo decir que me sorprenda.

Y en segundo lugar, esto ocurre porque desde la izquierda institucional, durante años nos han dicho que teníamos que ignorar el avance de la extrema derecha en lugar de confrontarlo. Se llenan la boca de democracia, libertad y derechos humanos, pero cuando ocurre un episodio como el del IES Núñez de Arce no hacen absolutamente nada. ¿Dónde está el Ministerio de Educación del PSOE, y este Gobierno que está de gira por el 50 aniversario de la muerte del dictador? ¿Qué han hecho la Inspección educativa o la delegación del Gobierno cuando hemos denunciado estas agresiones? Nada.

Esta permisividad, esta connivencia, es la que da vía libre a los ataques y agresiones fascistas que estamos sufriendo.

EM.- ¿Qué acciones habéis puesto en marcha y qué reivindicáis?

VM.- Lógicamente, estamos exigiendo la expulsión inmediata del centro de estudios de estos dos fascistas. Es vergonzoso que a día de hoy, pese a estar denunciados, no hayan sido sancionados ni detenidos. ¿Qué más tiene que pasar para que se les ponga freno? ¿Acaso me tienen que mandar al hospital de una paliza para que aquí se mueva algo?

Por supuesto, también pedimos que se sancione con contundencia al profesor que permitió la agresión sin inmutarse. ¡Increíble!

Tengo muy claro que solo con la lucha organizada y la movilización de los trabajadores y la juventud es como se puede enfrentar el ascenso de la extrema derecha, las agresiones fascistas y su impunidad. Por eso confiamos en todas y todos los activistas y militantes de la izquierda combativa, sindical y política, en los colectivos sociales,  antifascistas, feministas…, y vamos a hacer realidad el dicho popular de que “la unión hace la fuerza”.

La respuesta está siendo muy positiva, en apenas 48 horas más de 300 organizaciones y activistas se han adherido al comunicado de denuncia que hemos publicado. No vamos a parar hasta obligar a la Consejería, al Ministerio y a delegación de Gobierno en Palencia a que actúen, y hasta conseguir que la ultraderecha saque sus manos de una vez de la educación pública.

Debemos señalar ante el conjunto de la sociedad estos ataques, aislarles y basarnos en la lucha política y la movilización. Debemos de mandar un mensaje contundente: no tenemos miedo, no guardaremos silencio, no permitiremos la represión. Ya tuvieron bastante nuestros padres y nuestros abuelos con cuarenta años de brutal dictadura.

EM.- ¿Quieres añadir algo más?

VM.- Esto no es un caso aislado. Es la consecuencia de este sistema capitalista que produce lacras como el fascismo. La juventud combativa, la de los barrios obreros, necesitamos hacernos más fuertes. Para ello hay que organizarse y tener un programa político que combata el capitalismo, que tenga claro cómo acabar con la extrema derecha, hay que crear comités antifascistas en cada barrio, centro de estudios y centro de trabajo.

Por esto, yo estoy organizado en el Sindicato de Estudiantes y en Izquierda Revolucionaria, una alternativa revolucionaria a la barbarie fascista y capitalista, con un programa que defienda a los oprimidos. Este es el único camino. ¡Contra el fascismo no hay tiempo que perder!

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